Jugar al contragolpe

El contragolpe es fantástico cuando no se convierte en la excusa para jugar mal al fútbol, cuando su concepto no encierra la realidad del juego, cuando no nos embauca la recreación que hacemos del hecho. Es aquí donde nace la famosa frase 'jugar para ganar' que olvida que para ganar antes hay que jugar, que jugar ya lleva implícito el ansia de conseguir la victoria; siendo lo mas ganador 'jugar para jugar', idea que no fracciona el juego ni desune el mundo. Es decir, jugar al juego y no jugar a la idea que tenemos del juego.

Porque el contragolpe no es más que un concepto que altera nuestra concepción de las cosas, que descarta la complejidad del juego, que no llega a abarcar la riqueza contextual de cada sucesión de momentos. Habiendo que dejarlo estar, dejarlo ser, sin hacer vida ni alarde de ello. Jugar al contragolpe es como vivir sólo para el fútbol, olvidando que tienes una familia y amigos, que además del fútbol está el cine, el teatro y la música, que la vida es mucho más para simplificarla en una sola cosa.

Esto ya lo dijo Juanma Lillo, que como Los Simpsons tiene una frase o una escena para cada momento que vivimos: «El que solo sabe de fútbol, ni de fútbol sabe». Que el Granada CF gane partidos con goles de contragolpe no quiere decir que este equipo no practique fútbol, el problema es creer que jugar al contragolpe es la solución a los problemas que pueda tener un equipo en relación al juego.