Soldado: «Tengo una complicidad especial con Diego Martínez»

El punta califica el curso pasado, con la consecución europea, como «grandioso». Soldado tiene claros qué valores explican el éxito del Granada la pasada campaña, y los enumera: «Trabajo, humildad, respeto por nuestra profesión y ambición». Principios que ha aprendido con el tiempo y que no tuvo tan presentes en su etapa en el Real Madrid: «No llevé la vida que debía, no estaba preparado. No supe aprovechar esa oportunidad. No descansaba, no comía como tenía que comer, no era consciente de que era casi profesional ya con 17 o 18 años y no lo supe llevar».

De Valencia se marchó con catorce años después de que Vicente del Bosque, entonces responsable de la captación en la cantera blanca, fuera a verle jugar al patio de su colegio. «Llevaba un año siguiéndome», revela. «Me costó muchísimo adaptarme porque yo era un niño muy familiar. Pero la verdad es que no me arrepiento de nada, fue una de las mejores decisiones que he tomado», remarca ahora, con el recuerdo de su estreno en Champions League con el gol de la victoria ante Olympiacos aún en la retina como su mejor momento.

Hoy trata de inculcar su experiencia a otros chicos más jóvenes. «Viene mucha gente joven por detrás y hay que tener los pies en el suelo y ser consciente de la oportunidad que te están brindando. Hay que poner todo de tu parte para sacarte el máximo rendimiento», subraya Soldado en la entrevista con 'El Club del Deportista'.

El actual delantero del Granada califica como su vuelta a Valencia como la mejor etapa de su carrera. «Volví más maduro, habiendo creado mi propia familia y siendo el referente de un club tan grande. Fue increíble. Un reto apasionante que disfruté al máximo desde el primer minuto hasta el último», describe. No lo pasó tan bien en Inglaterra como futbolista del Tottenham. «La Premier era una Liga que me atraía muchísimo. Pensaba que mi juego se podía adaptar muy bien, pero la realidad fue muy distinta. Sufrí muchísimo cada vez que estaba en el campo, era un fútbol muy, muy físico, y me veía superado por todos los lados», reconoce.

De ahí se marchó a Turquía, un cambio de aires que le generó «muchas dudas» pese a su curiosidad. «Me apetecía vivir ese ambiente, el de los campos turcos. Fue una experiencia muy buena, enriquecedora para mis hijos», sostiene ahora, pese a que hubo una etapa en la que llegó a plantearse que «ya era hora de parar». Pero no lo hizo y recaló en el Granada, el equipo que le ha devuelto la felicidad plena. Una experiencia que, inevitablemente, le quedará marcada por la pandemia de Covid-19. «Nos tenemos que acostumbrar. Tenemos que ser todos conscientes de la situación que estamos viviendo, que es bastante peligrosa», reseña.