Fabián Orellana dribla a Carlos Neva en la banda. BALDOMERO
Granada - Eibar

Las vacaciones de Orellana

La contracrónica ·

Héroe caído del ascenso a Primera 35 años después en 2011, gobernó el encuentro que nadie quería jugar porque fue el único capaz de pensar el fútbol con claridad entre el bochorno; era su última tarde en el Eibar y cortó dos orejas

Lunes, 29 de junio 2020, 01:00

Hacía un calor insufrible como para jugar al fútbol pero hay genios que lo hacen bien aunque les apetezca poco. Fabián Orellana regresó a Los ... Cármenes pero no hubo nadie para recibirle, con pitos o como fuese. Si acaso le sorprendió el renovado color de los asientos, «que ya tocaba» pensaría, ayer vacíos. Estaban todos muy preocupados por la hidratación, con botellas, toallas empapadas y bolsas de hielos, pero él sólo tenía ojitos para la pelota, como siempre, salvo cuando se le cruzan los cables con los árbitros. Era su último partido con el Eibar y decidió despedirse a lo grande, cortando las dos orejas a su 'ex' para brindárselas a Mendilibar antes de irse de vacaciones como buen hijo díscolo pero agradecido.

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Orellana, héroe caído del ascenso a Primera 35 años después en 2011, gobernó el encuentro que nadie quería jugar porque fue el único capaz de pensar el fútbol con claridad entre el bochorno, agujereadas las medias para que aireasen los gemelos. No le amedrentaron los golpetazos de Eteki y Yangel en los primeros minutos; él, que no necesita correr, que jugó 72 horas antes contra el Valencia, había ido a torear. En el choque de dos equipos recios sofocados sólo podía imponerse un brujo, o Vico o él, y el cordobés quedó engullido.

Hasta en el neofútbol pandémico hay cosas que no cambiarán nunca, como que el Granada pierda contra el Eibar. Se han convertido los armeros para los nazaríes en algo así como lo que llegó a ser el Bayern de Munich para el Real Madrid, una bestia negra que se cruza y despedaza sin contexto que valga. José Luis Mendilibar debutó como entrenador del Eibar en Los Cármenes en 2015, en el primer verano de prácticas de este plumilla en estas páginas. Ganó aquel día y desde entonces los rojiblancos han vivido una permanencia, un cambio de propietario, un descenso, dos temporadas en Segunda, un ascenso y este histórico curso –hasta se contrató al plumilla–, pero Mendilibar sigue en el Eibar y el Granada no le ha ganado todavía. Mucho tiene que cambiar la historia como para que los dos coincidan y los nazaríes no empiecen el año contando dos derrotas; o quizás sólo que Mendilibar deje el Eibar.

Machís perdonó impedido por Correa, excompañero en el Cádiz; De Blasis burló la resistencia de Aarón y Kike García arrastró por la calle de la amargura a Germán y Vallejo, que podrían ser padre e hijo. No lo veía claro Diego Martínez, que ahora luce el 'look' degradado como sus futbolistas, y hasta el cuarto árbitro; pareció especialmente callado, algo raro porque ahora puede escucharle hasta el lateral del costado opuesto. Por momentos pareció que el único plan de juego de ambos contendientes era hacerlo por la sombra. No pasó mucho más en la última faena de Orellana, retirado a los 75 minutos regalando la victoria y la permanencia a su equipo. Marraron el empate al final Carlos Fernández y Soldado. El primero tuvo tanto tiempo que Ighalo habría recortado cinco veces; el segundo vio llegar a Dmitrovic con la musiquita de los negros del ataúd de fondo.

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Con dos orejas se despidió de los suyos Orellana, que sigue pareciendo un chiquillo travieso aun con 34 años. No es época para jugar a fútbol y ha decidido terminar su temporada cuando por contrato le tocaba. Dicen que se irá al Valladolid. Me agrada pensar que pasará sus vacaciones como un Neymar menos rico; salvo si se las paga ya Ronaldo. Lo merecería.

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