Una mancha en el muro
Mi grada ·
«Ante el Celta, el Granada debe dar ese paso hacia delante que le ha situado entre los valientes; ganar y volver a dar un guiño a Europa»Once goles encajados en los últimos cinco partidos de Liga, pero sobre todo la intensidad y la concentración defensiva que había exhibido el Granada en ... la historia reciente para compensar la reducción de la pegada en ataque, permitían señalar al conjunto granadino con el sello de la fiabilidad. Pero en el fútbol, como en la vida, el tropiezo llega cuando menos se lo espera. En Pamplona lo hizo con todas las de la ley, con un partido en el que la actitud defensiva del equipo en general estuvo lejos de ser la mínima exigible, sobre todo en la primera parte. Porque el desastre defensivo del Granada ante Osasuna no es solo achacable a la defensa, que tampoco estuvo al nivel esperado. El equipo navarro, todo un flan por los nervios, exhibió más intensidad, más chispa y eso a veces puede desnivelar la balanza aunque el conjunto granadino sea superior como bloque y con las individualidades. El Granada se olvidó esta vez de que la intensidad defensiva es una exigencia ineludible. Más, cuando los goles no llegan con facilidad, pero en El Sadar al muro le salió toda una mancha.
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El Granada vuelve hoy a casa para retomar la meta europea con victorias y con su fútbol más contundente. El conjunto de Diego Martínez ha sumado solo un triunfo en sus últimos cinco encuentros, el de Osasuna en partido aplazado de la cuarta jornada. Lleva un tiempo de claroscuros en los resultados al margen de la Copa. Su fútbol ha dado un paso atrás y ha perdido algo de la frescura y el atrevimiento que lo habían definido como un equipo divertido y también admirado de la competición doméstica. No transita por una crisis aguda porque todavía conserva los valores que le impulsaron hacia la azotea de la Liga, pero ese trote cansino en la suma de puntos ha provocado el acercamiento de algunos aspirantes como el Betis y el Athletic, que pretenden la séptima plaza.
El Celta, rival hoy de los rojiblancos, visita Los Cármenes tras cuatro jornadas sin saborear la victoria. Pese a todo, es un enemigo de doble filo, porque su plantilla contiene suficiente calidad. El partido ante los gallegos tiene pinta de cruce de caminos: uno marca mayores ambiciones, y el otro indica la dirección del sufrimiento en la lucha por un puesto continental. En ese estado fronterizo y ante un rival de calado, el Granada debe dar ese paso hacia delante que le ha situado entre los valientes. El equipo granadino necesita ganar y volver a dar un guiño a Europa.
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