«La madurez de Bacca le va a ayudar a aportar cosas al equipo»
Juan Carlos Garrido, que fue el primer entrenador de Bacca en Europa, destaca la ambición y la capacidad de adaptación del punta colombiano
Cuando Carlos Bacca fue presentado en el Nuevo Los Cármenes como nuevo jugador del Granada una de sus frases quedó flotando en el ambiente: «Trabajaremos ... por conseguir entrar en Europa, no hay que tener miedo». Al delantero nacido en Barranquilla (Colombia) hace 34 años no le tembló el pulso a la hora de reconocer que «hay que ser ambicioso siempre, tengo en mi cabeza ser ambicioso y para eso se necesita fe y trabajo». Para que aquel muchacho que vendía billetes de autobús de la línea que une Barranquilla y Puerto Colombia haya terminado convirtiéndose en uno de los delanteros colombianos más queridos y laureados de su país –dos ligas y tres UEFA Europa League figuran en su palmarés– fue necesario que Bacca soñase a lo grande y que con trabajo y goles derribara todas las puertas que le separaban del éxito.
Que llegue al Granada a punto de cumplir los 35 años no es algo que juegue en su contra según la opinión de uno de los técnicos que mejor le conoce: Juan Carlos Garrido, el primer entrenador que tuvo cuando aterrizó en Europa. El técnico valenciano y Bacca coincidieron en el Brujas belga, el club que puso sus ojos en un delantero que metía goles como churros en el Junior de Barranquilla a pesar de 'llegar tarde' a la elite, puesto que no firmó su primer contrato profesional hasta que cumplió los 22 años. Pero a Bacca, que el día que debutó con el Junior metió sus dos primeros goles, no había nada que le parase y Garrido comenta que en Brujas «estuvo muy bien» especialmente en una temporada 2012/13 que fue «muy buena para todos» y en la que «progresó y maduró mucho».
«Era su primera experiencia en Europa y Bélgica era un buen país para ese tipo de experiencias. A él al principio le costó adaptarse por el clima, el cambio horario, la mentalidad, la comida... pero luego acabó siendo uno de los mejores jugadores del equipo», recuerda Garrido.
El que fuese entrenador del Villarreal o del Betis subraya que ante todo Bacca era «el líder del equipo» porque es un futbolista «con mucha ambición» y «en el momento final de la temporada, cuando peleamos por el título de Liga, se mostró como uno de los jugadores más determinantes».
«Él sabia que lo que hiciera ahí (en la Liga belga) le iba a catapultar y sabia lo que se jugaba porque había un seguimiento constante de clubes españoles y en estas circunstancias se convirtió en uno de los líderes del equipo, con una gran capacidad de liderar, de correr y de meter goles».
A la hora de valorar cuánto puede aportar el colombiano al Granada de Robert Moreno, Garrido cree que «mucho». «Ha ido madurando en lo relativo a estar en el fútbol europeo y él es un jugador que sabe estar siempre en el sitio que le corresponde. Unas veces ha sido la estrella y otras veces, como ahora en el Villarreal, ha tenido un papel más secundario pero, a pesar de ello, cuando se han necesitado sus goles los ha aportado», destaca.
Madurez
Garrido opina que Carlos Bacca ha ido ganando «madurez y saber estar» en sus tres últimos clubes –Sevilla, AC Milan y Villarreal– porque «en el Brujas sabíamos que era fundamental pero en el Villarreal era un jugador que sabía estar, que rendía y metía goles aunque hubiese otros delanteros (como el internacional español Gerard Moreno) por delante suya».
«Esa mezcla de ambición y de madurez le hace ser un jugador similar a lo que el Granada ha tenido estos años con Soldado y con Jorge Molina, jugadores que a pesar de su edad saben estar, saben competir, y ya no son solo esos jovencitos que se mosquean sino juegan todos los minutos», dice para resaltar unas virtudes que lo convierten en un jugador «más práctico y más feliz para el equipo» porque no solo trabajará para brillar en solitario sino que «trabajará para el equipo».
Garrido relata a IDEAL que él no se preocuparía de su condición física porque Bacca «es uno de esos jugadores que siempre está en forma». «No es uno de esos que ganan peso sino que se cuida y ya hemos visto en muchos casos recientes que eso de la edad no significa que un jugador te vale o no te vale, eso solo se puede demostrar con su rendimiento». De aquel Carlos Bacca que dirigió en el Brujas a finales del curso 2011/12 y en 2012/13, en el que marcó 25 goles que lo llevaron a ser traspasado al Sevilla por una cantidad cercana a los 10 millones de euros, queda la ambición por ganar –«en aquella época él ya era un chaval ambicioso», afirma– y «una madurez que le han dado los años y que le va a ayudar a aportar cosas al equipo». Aquel jugador, que el sevillismo destacó como uno de los grandes aciertos de Monchi como director deportivo, sería clave en la consecución de la tercera y de la cuarta UEFA Europa League del Sevilla FC. Su potencia y su olfato goleador lo llevaron, dos años y 49 goles después, a ser traspasado del Sevilla al Milan por 30 millones de euros.
«Es un buen jugador, un buen profesional con capacidad de adaptación y con mucha velocidad», subraya Garrido acerca de un punta que peleará por un puesto en el once con otros dos delanteros que dejaron muy buenas sensaciones en el año de su estreno en el Granada: Jorge Molina y su compatriota Luis Suárez. Si el técnico Robert Moreno logra sacar la mejor versión del alicantino y de los dos puntas cafeteros el ataque del Granada puede ser pura dinamita.
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