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A un futbolista como Roberto Soldado lo definen sus acciones. Las que son visibles y las que no. Es uno de esos jugadores a los que se mide mejor cuando se les ve en acción en el mismo estadio, bajo el criterio de la mirada propia y no de la realización televisiva. El valenciano, que necesitó unas semanas de adaptación al ritmo de sus compañeros y todavía termina los partidos con el alma por fuera, se ha convertido ya en uno de los referentes del equipo por todo lo que lo rodea dentro y fuera del campo. Es un líder. Lo sabe bien quien lo ha conocido dentro de un vestuario. IDEAL ha contactado con José Ángel 'Cuco' Ziganda, que lo dirigió en Osasuna en la 2006/07; Víctor Muñoz, que lo hizo en el Getafe en la 2008/09; y Salvador González 'Voro', actual director de organización del Valencia, quien además de convivir con él durante sus tres temporadas como 'che' fue su entrenador brevemente tras la destitución de Mauricio Pellegrino en 2012.
Ziganda acogió a Soldado en Pamplona en 2006 tras reemplazar a Javier Aguirre al frente de los rojillos con una previa de Champions League en el horizonte. «Llegó a un bloque muy compacto, que había sido cuarto, y de hecho fue el único que entró nuevo desde el principio. Sabíamos de su potencial, vino como un fichaje importante desde el Real Madrid, con una mentalidad muy ganadora. No le veía pegas a nada, no se ponía ningún freno», recuerda ahora el técnico. Osasuna no pasó esa eliminatoria ante el Hamburgo y jugó UEFA, donde alcanzó las semifinales ante el Sevilla en una temporada para el recuerdo en El Sadar y en la que Soldado superó la decena de goles por primera vez en la élite. «Su balance fue muy bueno tras un inicio complicado. Fue clave en muchos partidos. De hecho, marcó en la ida de la semifinal con el Sevilla para el 1-0 pero luego no pudo jugar la vuelta en el Pizjuán, tampoco Milosevic, y fueron dos ausencias fundamentales», lamenta todavía 'Cuco' Ziganda.
«Han pasado ya muchos años evidentemente y ahora se le ve con un poso tremendo, rindiendo desde el primer día en Granada, pero entonces tenía cosas de la juventud que también eran virtudes, era una persona muy ambiciosa, que quería aprender y comerse el mundo. Soldado dejó un gran recuerdo en Pamplona», lo rememora el navarro. «Es un jugador determinante. Últimamente participa más con la pelota en el juego; sigue siendo decisivo. Ha experimentado una gran evolución: antes todos sus movimientos eran al espacio, a la espalda de la defensa, y hoy es capaz de leer mejor el juego, incluso de retrasarse para tener más incidencia y dar un pase de gol, por ejemplo. Además tiene un golpeo tremendo, su pierna derecha es un misil», lo analiza Ziganda.
«Me gusta su ambición por querer jugar al fútbol, por rendir en un mundo profesional muy exigente. No va a pasearse», advierte. «No ha perdido su carácter, demuestra de una forma muy evidente que no le gusta perder nunca. Tiene muchos galones y experiencia, arrastra a sus compañeros con su influencia. Es un delantero ideal para cualquier equipo de la Liga y más para uno como el Granada que está tan bien armado», aprecia 'Cuco' Ziganda.
Dos años después, y tras una frustrante campaña en el Real Madrid de Bernd Schuster que ganó el campeonato, Soldado recaló en el Getafe de Víctor Muñoz, que no consiguió acabar aquella temporada. «Ante todo es un goleador, aunque ahora es uno muy distinto al que llegó al Getafe. Firmó desde el Real Madrid, era mucho más joven y no tenía la experiencia que ha adquirido luego jugando en equipos importantes con etapas tan fructíferas, siendo tan resolutivo», aprecia el entrenador. «Es una garantía de gol, resuelve partidos. Se ha ido haciendo con las temporadas y lo veo mucho más maduro, puede aportar mucho a sus compañeros y sobre todo goles. Además, es muy trabajador en los entrenamientos y puede dar ejemplo al resto de la plantilla», reseña Muñoz.
«Cuando lo dirigí me llamó mucho la atención lo listo que es de cara al gol. Es lo que mejor le representa», escoge para definirlo quien fuera entrenador de Soldado en el Getafe. «Ahora se va a enfrentar al reto de luchar por la permanencia, que también es bonito, y estoy seguro de que va a aportar mucho según se encuentre. Es un líder importante», lo califica Víctor Muñoz.
Dos buenas temporadas en el Getafe le valieron a Roberto Soldado para fichar por todo lo alto y diez millones de euros por el Valencia, donde llegaría a capitán en competición europea. Allí lo entrenaron Unai Emery, Mauricio Pellegrino y hasta Ernesto Valverde. También, con interinidad, el hombre que siempre está ahí en Mestalla. Voro, actual director de organización del club valencianista, habla con conocimiento de causa sobre el delantero ahora granadinista. «Es un punta con mucho olfato, que tiene el gol en la cabeza, tremendamente luchador con mucho afán y carácter aunque le haya traído también algún problema, pero eso va implícito en los genes y en su rendimiento. Nos hemos seguido viendo y además de un grandísimo jugador y profesional es una persona encantadora», lo describe con gusto. «Me alegra que siga dando guerra, y la va a dar, porque todas sus virtudes son mentales y lo va a dar todo», apunta Voro.
Como futbolista que fue, Voro comprende la decisión de Soldado de firmar por el Granada. «Tras haber estado dos años en Turquía debe ser un reto apasionante volver, sobre todo para él que es cabezón y se mueve por eso. Dentro de un grupo bien organizado y con buenos mecanismos él va a potenciar mucho más sus cualidades», augura el valencianista. «Puede aportar experiencia y goles. Esa capacidad fundamental para marcar que tiene, además de sus cualidades físicas, la tiene en su cabeza por su experiencia y su idilio con el gol. A pesar de que por ejemplo la velocidad se pierde con los años, va a rendir», se reafirma.
«Después de dos años fuera y de bajarse la ficha para jugar en Primera en una ciudad tan bonita como Granada, conociéndolo, no se va a dejar nada. No es el clásico jugador que para sus últimos años busca un retiro dorado. No es su caso», insiste Voro. Roberto Soldado ya da muestra de ello, fajándose como ninguno contra el que se ponga. Un nuevo referente para el Granada, un nuevo ídolo para Los Cármenes.
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