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El Granada da otro paso más
Los rojiblancos eliminan al Locomotive Tbilisi y estarán en la fase de grupos de la Europa League si superan al Malmö en Suecia el próximo jueves
Jueves, 24 de septiembre 2020, 21:57
El Granada dio otro paso más para estar en la fase de grupos de la Europa League. Ya sólo le queda el último; la gloria ... o el vacío, aunque el mérito de esta plantilla ya sea incomparable pase lo que pase. Con un dominio aplastante pero menos contundencia en el marcador de la que se podía prever, pues pudo ser una goleada escandalosa en el tramo final, los rojiblancos pasaron una nueva previa y se las verán en la definitiva el próximo jueves en tierras suecas ante el Malmö.
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El Locomotive Tbilisi resultó más correoso de la cuenta, resistente hasta que encajó el gol de Darwin Machís al principio de la segunda parte. A partir de ahí, llegaron oportunidades en cascada, pero el broche no llegó hasta la prolongación, cuando Molina se estrenó con la camiseta de rayas horizontales. El 0-0 al descanso dejó alguna sombra de duda, pronto despejada. Una expulsión en los georgianos puso todo cuesta abajo.
Granada
Rui Silva; Víctor Díaz, Germán, Vallejo, Carlos Neva; Gonalons, Montoro, Luis Milla; Machís (Antonio Puertas, m. 79), Kenedy (Soro, m. 62) y Soldado (Jorge Molina, m. 67).
2
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Locomotive Tbilisi
Mamardashvili; Gabadze, Sandokhadze, Gureshidze, Ubilava; Dartmeslia, Samurkasovi (Mtchedilishvili, m. 60), Shonia; Kirkitadze (Gavashelishvili, m. 75), Oulad (Kobakhidze, m. 71) y Sikharulidze.
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GOLES 1-0, m. 47: Darwin Machís; 2-0, m. 92: Jorge Molina.
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ÁRBITRO Serdar Gozubuyuk (Holanda). Mostró doble amarilla a Gabadze (m. 54 y 59). Amonestó también a los visitantes Dartsmelia (m. 9) y Oulad (m. 24), .
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INCIDENCIAS Partido correspondiente a tercera previa de acceso a la Europa League (resta la ronda play-off para llegar a la fase de grupos), disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, sin público en las gradas.
Esta secuencia de partidos se diseña para Diego Martínez como un trazo continuo, donde ya no es fácil distinguir teóricos titulares de presumibles suplentes. El entrenador prescindió de inicio de tres intocables como Domingos Duarte, Yangel Herrera y Antonio Puertas, lo que la temporada pasada se habría considerado un sacrilegio. Esta no. Vallejo tiene galones también en la zaga y hay cualificadas alternativas en la medular, con Gonalons en el vértice bajo de un triángulo invertido que por lo alto tuvo a Montoro y Luis Milla. Kenedy apareció en la izquierda, como en Durrës, pero se mantuvo Machís en la alineación, en la orilla diestra. Al venezolano no le gusta en demasía su perfil natural. Aunque se adapta, prefiere el sector opuesto para poder lanzar a meta. Los hechos le darían la razón después.
Los rojiblancos quisieron sacudir rápido, con algo de ansiedad, apresurados. Dio la sensación de que querían un tanto precoz, como el que demolió al Teuta, pero el Locomotive Tbilisi acampó mejor que los albaneses en su terreno. Firmes, los georgianos cedieron el balón la mayor parte del tiempo y se ordenaron escalonadamente para impedir una salida fluida de los rojiblancos, presionando en sus costados. Con un marcaje zonal en el área ante las acciones de estrategia, llegaron indemnes al descanso.
Metía bulla Diego Martínez, hasta a los recogepelotas, algo desconectado el del ala izquierda. Quería el gallego que todo se sucediera con celeridad. «Ritmo, ritmo», gritaba, ante un contrincante que las veía venir y que lucía una combinación rara en su indumentaria, con gris abajo y blanco arriba. Más allá de esta extravagancia, pretendieron con tacticismo convertir el encuentro en un tedio absoluto, en el que el Granada jamás se sintiera cómodo. Los nazaríes no querían contagiarse de esta deriva, pero querían imprimir tanto vértigo que erraban algunos pases, hasta cuando pasaba el balón por los mejores pies.
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Faltaba finura cuando se pretendía insertar un esférico en terreno enemigo. Incluso hubo un momento de giro al compás de los georgianos. Ese paso adelante del Locomotive era lo que necesitaban los locales para cabrearse y lanzar varias llamaradas. Pudo hacerlo Montoro, en una dejada de Kenedy tras gran centro de Víctor Díaz. El valenciano enroscó bien los tobillos y ya sí inició un carrusel de filtraciones e intercambios que comprometieron a Mamardashvili.
Gonalons probó fortuna de lejos, con ese porte que recuerda a Federer pero en futbolista, todo elegancia. Soldado flotaba en busca de socios, intentando asentar su sociedad con Kenedy (Roberto y Robert SL), sin despreciar la complicidad de Machís, que tuvo un mano a mano con el portero contrario, una vez que pasó al perfil zocato. El que le gusta. Desde donde golea.
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Vallejo le comprometió al cancerbero en una peinada y le pasó silbando un remate de Víctor Díaz, pero el arquero mantuvo su red impoluta en el primer acto. Sin cambios en la pausa, el Granada siguió percutiendo y el Locomotive soltando alguna tarascada, hasta que apareció Machís con un disparo que abrillantó la escuadra. Ese latigazo que restalla cuando culebrea hacia dentro. Dura losa para los visitantes, conocida la fiabilidad con ventaja en el marcador de las huestes de Diego Martínez.
El tanto reventó la trinchera georgiana, por la que se coló Kenedy con un tiro centrado. Sin precauciones, el Locomotive se hizo imprevisible, pero siguieron goteando llegadas de los locales. El lateral derecho Gabadze vio dos amarillas casi seguidas y dejó un tremendo agujero en su lado. Diego Martínez vio oportuno que debutara Soro, la única incorporación que no se había estrenado. Pronto justificó los parabienes con los que ha aterrizado. Se sincronizó con sus compañeros con calidad e inteligencia y tuvo un fenomenal remate de cabeza, pese a su corta estatura, que pasó cerca del poste.
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Montoro acarició el segundo gol en un par de intentonas y Machís siguió como Indiana Jones. Milla sacó el martillo de Thor, pero se topó con el poste en un zarandeo. Puertas salió por el extremo venezolano para mantener la firmeza hasta última hora. Nada más saltar, ya gozó de una ocasión, en plena descomposición del adversario, en inferioridad en todos los aspectos. Soro quiso plagiar a Kenedy y marcar en su primera actuación, pero se le resistió Mamardashvili. Tuvo que ser Jorge Molina quien clarificara el asunto, tras un rechazo del arquero. Balsámico para ir mejorando.
Rompió a llover en el cierre como un presagio de lo que pueden tomarse en Suecia dentro de una semana. Esa será otra historia. Tal vez, una hazaña más que contar en el futuro, la que abra los portones de un escenario nuevo. Primero viene el Wanda Metropolitano y luego pocos días más de preparación para el reto decisivo. Pasarlo es estar con los mejores del segundo torneo continental, el objetivo parcial de este arranque de temporada. Queda esa última zancada. La confianza está por las nubes pero tocará que los nazaríes estén a la altura y no se tambaleen. Con esta gente, como suscribiría Diego Martínez, se puede ir, si fuera preciso, al fin del mundo.
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