Un Granada contra natura sufre un arbitraje controvertido en los pequeños detalles
Los rojiblancos explotan el bloque bajo y acciones al contragolpe, pero el triunfo se les fue en el minuto 85 tras decisiones dudosas de Soto Grado
Deslumbrados por Bryan Zaragoza, está pasando desapercibido el rigor del Granada durante gran parte del partido, que llevó al límite al Barça, por detrás en ... el marcador durante 84 minutos. Los rojiblancos tuvieron ese grado de concentración necesario para sostener durante mucho tiempo el resultado a favor ante un rival superior con el balón en los pies. A parte de la ventura de adelantarse en el marcador con el primer tiro del malagueño a los pocos segundos, los locales supieron compactarse sin renunciar a los ataques fugaces. Al final, les alcanzó para empatar, con pequeños detalles que influyeron, como la controvertida actuación arbitral. Lo curioso es que hubo quejas en los dos bandos.
«Vamos jugar el partido desde la rabia, desde la agresividad, desde la intensidad, desde chocar, desde tocar con la mano, desde meter la pierna...», repasó Paco López en el vestuario antes de entrar, toda una declaración de intenciones, en una imagen que desvelaron los medios oficiales del club nazarí. Lo hubiera firmado el mismísimo Diego Martínez en su día. Pero el valenciano añadió: «Y luego desde el fútbol, desde jugar, ser atrevido, desde llegar, desde apretar, desde juntarme... Todo esto es disfrutar», terminó antes de invocar a rebato en el corro con el «¿qué vamos a hacer? ganar, ganar y ganar», voz en grito, ritual habitual con el que el grupo se conjura en los prolegómenos.
Fue un Granada contra natura, muy alejado de las tesis fundamentales de su entrenador, al que en cualquier otro encuentro le gusta la presión avanzada y el debatir por la pelota. Renunció en parte a ello explotando el bloque bajo y acciones al contragolpe, a pesar de que el primer gol fue un robo en campo contrario. Esta versión más defensiva de los rojiblancos protegió a unos centrales a los que el exceso de exposición había retratado en demasía, como ocurre con Ignasi Miquel, quien firmó una actuación notable con los compañeros más cerca. Ricard se sintió mejor con Uzuni cerca y lo mismo ocurrió en la izquierda con el doble lateral formado por Neva y Álvaro. Miguel Rubio estuvo expeditivo, lo mismo que Torrente cuando entró. André paró lo suyo.
Paco López, sin embargo, mantuvo a un perfil creativo junto a Gumbau. El beneficiado fue Gonzalo Villar, con una enorme seguridad en las conducciones pese al hostigamiento azulgrana. Poco a poco, el murciano apunta a ser importante en sus esquemas. El domingo le tocó desgaste, pero su clase se percibe cuando recibe el esférico y levanta el mentón.
Boyé también hizo un trabajo extraordinario, ganando innumerables duelos, con una capacidad de protección de la bola en pleno acaso. Sin embargo, el argentino se desesperó en la segunda parte con pequeñas decisiones del árbitro, Soto Grado, que soliviantaron a la tropa de rayas horizontales.
Disputas que se cobraban a favor de unos en un lado, pero no igual en el otro sector. Caídas leves que no eran falta en casos similares, agarrones no pitados y algún lance a destiempo que no se cobró. La secuencia del segundo tanto visitante, con un empujón previo de Joao Félix a Vallejo, también despertó las iras de los rojiblancos. Callejón también se quejó de un choque en la cara que no pareció. En cualquier caso, estuvieron algo cándidos tal y como se había puesto el asunto.
En el Barça también hubo discusiones con el colegiado por anular el que hubiera sido tercera diana de los azulgranas, obra de Joao Félix. Todo por un fuera de juego de Ferran, que sí saltó e intentó el remate estando en situación ilegal justo antes del remate del portugués, aunque no contactara con el balón.
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