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Fran Rodríguez
GRANADA
Viernes, 20 de septiembre 2019, 00:33
Un parpadeo. Eso ha tardado Ansu Fati en pasar de contemplar la humilde grada del Municipal de Armilla a ser la estrella en ciernes que podría anunciarse este sábado por megafonía en Los Cármenes. El día en Armilla, la noche en el Zaidín. El 11 y el 31. Y entre todo, apenas cuatro meses. El joven extremo, extremadamente joven, ya era con 16 años insustituible en el Barcelona juvenil que apeó al Granada de su primera experiencia copera. No ha llegado a soplar vela alguna y es la pieza más atractiva de los de Valverde.
Granada es una plaza importante en la fulgurante carrera balompédica de aquel don prematuro. Andalucía acunó ese talento que Sevilla acogió. Curiosidades de la vida, la aventura de los Fati en busca del sueño español ha llegado a un punto de reciprocidad digno de la mejor película de 'Hollywood'. Ahora es España la que sueña con Ansu. Precisamente su pasaporte español será un hecho este sábado.
En la cantera del Sevilla se pulió un talento bárbaro. Cerca, muy cerca, trabajaba un metódico entrenador pleno de ilusión que se haría grande ascendiendo al Sevilla Atlético y gigante haciendo lo propio con el Granada. El técnico que tendrá el difícil reto de parar, ya no sólo a Ansu, sino a sus compañeros este sábado. Ya de azulgrana, el chico nacido en Guinea-Bisáu acaparó todas las miradas para explotar aquí. Fati regresó al Sur en 2013 y descubrió la ciudad de la Alhambra en una semana mágica que le bastó al mundo del fútbol para apuntarse su nombre. El torneo de alevines de LaLiga protagonizado por Ansu fue trepidante, asumiendo la tarea del gol (siete). Granada fue el epicentro de una tormenta solo avistable para los amantes del fútbol base, que supieron de momento la magnitud de esa próxima realidad. Para los demás, niños que jugaban bien.
Pasaron más de seis años hasta que Ansu Fati volvió a Granada. Tras su enorme temporada en Liga y la Champions juvenil, el dorsal 11 del Barcelona era la principal atracción de una mañana histórica en la que los rojiblancos, comandados en la banda por Rubén Torrecilla, disputaban por primera vez la Copa del Rey Juvenil. Ya desde el calentamiento, los aficionados rojiblancos debatían acerca del equipo culé. Con multitud de jugadores internacionales en categorías inferiores, la pregunta del día era saber quién era más peligroso entre los visitantes. Los más entendidos señalaban a Ansu Fati, casi sin saber su nombre, pero ensimismados en la explosividad del 'pequeño Démbelé'. «Es mejor que él, ya mismo está en el primer equipo», señalaban los más entusiastas abriendo un debate que parecía lejano ayer como hoy real.
El primer tiempo de los culés y Fati iba para decepción, maniatados por un Granada brillantísimo. «No es tan bueno», se llegó a escuchar. Por desgracia, bastó parpadear para perderse una jugada individual del '11' que acabó en gol de Marqués. En la ciudad condal sellaría el pase culé con un auténtico golazo ante los rojiblancos. Desde entonces, un parpadeo hecho verano. Sólo un parpadeo y Ansu ya no amenaza Armilla, sino a Los Cármenes y al mundo, decidido a ser la estrella de España.
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