Uzuni, metido en la red de la portería. R. L. P.
La crónica

El Granada cae a plomo en Segunda

Los rojiblancos se estrenan en la categoría con derrota tras marcar primero pero sufrir la remontada del Albacete en minutos locos justo antes del descanso. Intentona posterior baldía

Rafael Lamelas

Granada

Jueves, 15 de agosto 2024, 22:48

El Granada sufrió una caída a plomo en Segunda división. Un aterrizaje forzoso en su estreno ante un Albacete astuto, que aprovechó unos minutos de ... desconexión de los rojiblancos que precedieron al descanso. Esta es LaLiga Hypermotion, una categoría habitualmente rácana en cuanto a fútbol, en la que se sobrevive sabiendo sufrir como perros y exprimiendo las virtudes propias, que han de ser variadas cuando se goza de un presupuesto holgado, como es el caso. Los Cármenes no lamentó ninguna derrota hace dos temporadas, el curso del ascenso, con una magia creciente incluso en días grises. En el nuevo ejercicio, la primera en la frente. Las intentonas constantes de la segunda mitad fueron baldías. Lizoain detuvo lo que no se fue al aire.

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Tiene muchísimo trabajo por delante Guille Abascal, que seguramente mostrará una alineación muy distinta en septiembre. No porque lleguen muchos fichajes nuevos, sino porque seguramente armará su once titular con futbolistas que no iniciaron el encuentro y que apartaran a alguno de los presentados. Tampoco ha de inventar la rueda con la táctica; es más importante que cualquier despistado o apático sea reprendido porque, en este nivel, la seguridad es lo fundamental para crecer.

Todo llegó a balón parado. El tanto de Miguel Rubio, tremendo en su remate, y las respuestas del Albacete. Recordando al mítico Benito Floro y su importancia al saque de banda, de uno peinado llegó el empate. El siguiente, de penalti, con Sergio Ruiz agarrando donde no se debe. Hubo un tercero, penoso por un fallo de marca en una falta botada al área, invalidado al menos por fuera de juego.

Granada

Marc Martínez; Ricard Sánchez, Miguel Rubio, Insua, (Gonzalo Villar, m. 84), Carlos Neva; Martin Hongla (Manu Trigueros, m. 46), Sergio Ruiz, Tsitaishvili (Pablo Sáenz, m. 70), Józwiak (Corbeanu, m. 63); Uzuni y Weissman (Lucas Boyé, m. 70).

1

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Albacete Balompié

Raúl Lizoain; Álvaro Rodríguez (Javi Rueda, m. 79), Jon García, Ros (Meléndez, m. 84), Jaume Costa (Juan María, m. 46); Medina, Riki, Morci, Fidel (Rai Marchán, m. 67); Quiles e Higinio (Juanma, m. 67).

  • GOLES: 1-0, m. 29: Miguel Rubio; 1-1, m. 42: Morci; 1-2, m. 45+3: Higinio, de penalti.

  • ÁRBITRO: Ais Reig (comité valenciano). Amonestó a los locales Miguel Rubio (m. 20), Sergio Ruiz (m. 45+2); Hongla (m. 45+5), Uzuni (m. 45+5), Józwiak (m. 86; en el banquillo) y Neva (m. 91); y a los visitantes Riki (m. 26), Ros (m. 28) y Medina (m. 69).

  • INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 1 de LaLiga Hypermotion, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 13.265 espectadores.

Abascal prescindió de Gonzalo Villar y Lucas Boyé, lo que despertó cierta suspicacia por su cotización en el mercado, aunque sea complicado que alguien los pesque por su precio. El entrenador apostó por Sergio Ruiz, otro con tentativas y algo discreto en pretemporada, y Shon Weissman, que definitivamente ha encontrado el indulto en su tercera campaña como nazarí.

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El Granada se movió a ráfagas en los compases temprano, más por inventiva individual que por coordinación del grupo. Insistió en el patrón estival, con una salida en corto, excesivamente al pie y demasiado lenta hasta que el balón llegaba a los costados. Tsitaishvili, por su rapidez, y Józwiak, menos brioso pero con buen perfil técnico, aceleraban las acometidas ante un Albacete bien plantado atrás y con algunas fases de dominio.

Uzuni buscaba la profundidad y Weissman acudía más a dar una referencia al resto. No terminaba de aparecer la electricidad y los manchegos buscaban la espalda de Neva. Marc Martínez alejó algún problema, aunque se le vio nervioso, como si no se creyera el paso a actor principal aprovechando que Luca ha estado muchas semanas fuera de combate.

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Tsitaishvili empezó a maniobrar por la derecha y despertó aplausos nostálgicos de un extremo desequilibrante, como lo fue el canterano Bryan Zaragoza. En una, el georgiano se internó y mandó el balón a la órbita, pero en otra puso un centro templado que Weissman, sin muelles, peinó con poca fuerza, sencillo para Lizoain.

Uzuni se picó sanamente con su compañero y se animó a tirar a puerta. Los visitantes rondaron el área local y se percataron de cierta dejadez en las marcas. Quiles perdonó desde dentro del sector crítico, con el panorama bastante despejado.

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El partido, con poco ritmo, era de intercambio de golpes. Tsitaishvili se encontró con el poste en una volea diagonal escorado por la izquierda. Uzuni provocó luego una falta pegada al banderín y Sergio Ruiz sirvió para que Miguel Rubio, que parecio el papá de todos los zagueros del Albacete, cabeceara con gula. Tenía tres tipos encima, pero ni con esas.

Muchas veces, un tanto serena. Lo cierto es que el Granada mejoró su frecuencia de pases y los verticalizó. Tsitaishvili arrancó como un guepardo tras envío de Hongla, pero no orientó bien el esférico. Hongla era el reflejo del encuentro en sí. A ratos, el proyecto de algo ilusionante por su energía; en otros, apático perdido, sobre todo en los quites.

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Ponía Álvaro Rodríguez los saques de banda como si fueran córners. En uno así de largo, rompió la piñata. Peinó Higinio, demasiado cómodo, y llegó Morci a concluir. Era el minuto 42.

Lo que sucedió después recordó a un manicomio. En una aproximación sin demasiada pimienta durante el alargue del acto, Sergio Ruiz se enredó en el forcejo sobre Riki y el árbitro convirtió su agarrón en penalti. Higinio ajustició para remontar. Pero la cosa pudo ser mucho peor tras una falta botada en ese tramo que remachó Jon García. Lo celebró, pero desde la sala VOR lo invalidaron por fuera de juego.

En esa infracción, Hongla vio amarilla y entre la tarjeta y la displicencia, Abascal vio conveniente que saliera Manu Trigueros, más cartesiano. El equipo saltó con ganas de revancha y Weissman y Tsitaishvili dieron los primeros avisos del segundo tiempo, pero el Albacete acechaba ante posibles nuevos fallos.

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El Granada iba decidido a voltear el asunto, acampado en terreno hostil. Lo intentó Insua y de nuevo Tsitaishvili, con una tremenda reacción de Lizoain. La diana se resistía y los de blanco respondían a la carrera. Morci esprintó por la izquierda y casi compromete con un centro bajo a Marc Martínez, que dudó y luego se repuso para salvar de milagro ante la intentona de Higinio.

Tsitaishvili se fue a la izquierda cuando entró Corbeanu, que cabeceó un centro suyo fuera. Boyé y Pablo Sáenz irrumpieron en la siguiente rueda de cambios y el chaval horneado en el filial se destapó con un centro que volvió a cabecear Rubio a la red. Sin embargo, la moviola retrocedió hasta una situación irregular de Trigueros y la fiesta quedó suspendida.

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La tuvo clarísima Corbeanu, pero pateó como en rugby, y más nítida aún Uzuni, con un regalo desde la distancia de Trigueros que el albanés precipitó estando solo frente al portero. El Albacete cerraba filas, rezaba y corría cuando encontraba pradera despejada, que alguna vez la encontró.

Con Villar dentro, el Granada improvisó con Neva de central y Sáenz y Corbeanu de carrileros. Lapso de nerviosismo y ansiedad, con paradones de Lizoain a Trigueros y Corbeanu. No carburaban las cosas, todo a empellones, y el cierre dejó una sensación amarga. Un correctivo para la reflexión.

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