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Álvaro Vadillo celebra la consecución del 2-0, antes de que Puertas le abrace. PEPE MARÍN
La crónica

Goleada al ritmo de los acelerones

Victoria que se puso a placer para el Granada ante un Córdoba esquelético que resistió gracias a su meta y a algún lance aislado

Rafael Lamelas

GRANADA

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Domingo, 30 de septiembre 2018, 00:46

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Pudo ser una masacre si al Granada no le da por ser clemente a ratos ante un Córdoba esquelético, que encajó cuatro goles a pesar de que su mejor futbolista fue, de largo, el portero. Carlos Abad recibió dos tantos antes del entreacto pero evitó con sus manos, y los palos, un resultado de escándalo en relación a las clarísimas oportunidades de los locales. Tras el descanso, los rojiblancos levantaron algo el pie de acelerador. Una aislada reacción califal, fruto de un dudoso penalti, fue aplastada por un inmediato golpe de gas de Montoro. Pero siguieron sin querer hacer sangre del magullado y en un espasmo blanquiverde, Bambock puso un escalofriante 3-2 a pocos minutos de final. El público, envuelto ya en la lúdica ola, casi ajeno a la aparentemente fácil inercia, se enchufó de nuevo al partido, tocó arrebato y sus hombres reaccionaron. Hay una conexión evidente entre grada y campo este curso, vasos comunicantes que se retroalimentan. La prolongación se desprendió así de angustias y permitió a los nazaríes abrazar el triunfo con un contragolpe, para que Rodri se estrenara también ante la red.

Granada CF

Rui Silva; Víctor Díaz, Germán, Martínez, Álex Martínez; Fede San Emeterio, Montoro, Puertas, Vadillo (Pozo, m.63), Fede Vico (Nico Aguirre, m.74); y Adrián Ramos (Rodri, m.80).

4

-

2

Córdoba

Carlos Abad; Aythami, Quintanilla, Fernández, Quezada; Blati Toure, Bambock, Jovanic, Jaime Romero (Jesús Valentín, m.61); Aguado (Javi Lara, m.71) y Piovaccari (Erik, m.19).

  • Goles 1-0, m.7: Fede Vico; 2-0, m.19: Vadillo; 2-1, m.49: Aythami (de penalti); 3-1, m.54: Montoro; 3-2, m.85: Bambock; 4-2, m.92: Rodri.

  • Árbitro Pizarro Gómez (colegio madrileño). Amonestó a los visitantes Piovacari, Jaime Romero, Jovanovic y Quezada.

  • Incidencias Partido de liga disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 9931 espectadores (cifra oficial). Antes del encuentro se le rindió un homenaje sobre el césped a José Mingorance, ex jugador del Granada y del Córdoba.

El Granada se quitó pronto Riazor de la cabeza. La derrota en Galicia pesó poco en la conciencia ante una víctima propiciatoria como el Córdoba de Sandoval. Achicharrado, no se reconoce en su conjunto, que deambuló al principio como un espectro, vulnerable en su retaguardia, endeble en las disputas, inocuo en ataque. Mala pinta y ambigua competencia para unos rojiblancos que repitieron alineación por tercera jornada consecutiva y que encajonaron a su adversario prácticamente desde el pitido inicial.

  • Granada Córdoba

  • 53,8% Posesión 46,2%

  • 8 Remates a puerta 2

  • 2 Remates al palo 0

  • 7 Remates fuera 2

  • 0 Paradas 4

  • 16 Faltas cometidas 21

  • 3 Fueras de juego 1

  • 4 Saques de esquina 2

La efectividad resurgió en los nazaríes. Tras un centro de Álex Martínez que Ramos no remató al medir mal el salto, Fede Vico armó la catapulta en una falta que Carlos Abad alejó de puños. Fue el preámbulo del primer jolgorio. El cordobés rescató enseguida el maleficio del 'ex'. Ha esperado para estrenarse ante la red y lo consiguió ante el club en el que se formó antes de emprender una errante carrera.

La acción retrató las limitaciones de la defensa contraria. Vadillo profundizó y dejó el balón atrás con una pisada hacia Víctor Díaz, que centró al instante. Ramos captó la atención de los centrales pero el esférico pasó de largo, donde Vico recibió solo, templó con suavidad y disparó esquinado. La celebración quedó amagada por no cebarse con sus paisanos, aunque los seguidores desplazados no se lo perdonaron después, cuando fue sustituido. Él no disimuló la sonrisa mientras sus compañeros le achucharon. La tierra tira, pero el profesionalismo, más.

Culminado su ayuno, Vico se pudo dar un atracón. Desdibujada la defensa rival, la vanguardia nazarí salvó la trampa del fuera de juego con constancia y profundidad. El mediapunta se plantó ante Abad en un duelo que resolvió el arquero. Puertas rebañó la bola al acecho, pero su chut también salió despedido gracias a la estirada del canario. Parecía Neo deteniendo las balas.

El Córdoba apenas dejaba huellas arriba. Se desplegó mucho por la izquierda, con un Quezada insistente pero blando al retroceder. La pesca rojiblanca era abundante ante la dislocada circulación enemiga. Ramos orientó alto un disparo en una acción que él había interceptado. Puertas descompuso después a su par y sirvió para que Vadillo se midiera en otro mano a mano ante Abad, que salvó el cancerbero con reflejos felinos, aunque el gaditano lanzó un mero perdigonazo. Rui Silva abortó el contragolpe siguiente con una salida rápida. El luso, templado con los pies, flojeó algo más que otros días con las manos.

Sandoval echaba humo en el área técnica y decidió cortar por lo sano con un cambio a lo Paco Jémez. Retiró a Piovaccari, que ya había sido amonestado en un encontronazo y rozaba la expulsión, para dar vuelo a Erik. La cosa no es que mejorara en demasía, pero el de Humanes al menos consiguió que concluyeran el choque con once efectivos.

El asedio del Granada continuó por tierra, mar y aire. Una falta al área que peinó Martínez aproximó a Vico a un nuevo gol, pero siguió sin culminarlo. Sería el de la otra 'uve' quien sí retomara la algarabía. Vadillo convirtió el segundo de la tarde, tras una exhibición de habilidad de Adrián Ramos. El colombiano buscó precisamente al del Puerto de Santa María con un pase atrás, que le devolvió el balón combado y al espacio. Encaró el cafetero perseguido por Aythami y Bambock, que no acertaron a interrumpir su zigzag. Con el gesto firme y la bola pegada a la bota, alcanzó la línea de fondo y buscó a su socio. Vadillo llegó de atrás y soltó el martillo.

Se abrió una fase imponente, de despliegue cuidado y lanzamientos variopintos. Vadillo observó a Vico por dentro y este buscó a Puertas, que voleó para dar en el poste. El cordobés vio el cielo abierto y chutó duro, pero Abad volvió a intuir su intención y la pelota reventó contra el larguero. Parecía imposible. Un rato después sería Vadillo quien volvería a exponerse ante Abad, pero tampoco logró burlarle y el cuero acabó en un córner que cabeceó Víctor Díaz fuera por poco. El desparrame se perpetuó en el jardin del rival. Martínez probó otra tijera en la continuación de un saque de esquina y hasta Ramos malogró otro desafío ante Abad. Le intentó regatear, pero el balón se le fue largo.

Perdonar se pudo pagar

La sensación es que el encuentro debió quedar finiquitado, porque un arañazo del contrincante, pese a su debilidad, podía alterar el escenario. El rasguño llegó en un extraño penalti que Pizarro Gómez cobró en contra de Víctor Díaz, que encimó a Jovanovic y este cedió como la plastilina. Aythami marcó y obligó al Granada a aumentar el ritmo. Apenas lo hizo, cantó bingo con un tiro de Montoro que, esta vez con fortuna, rebotó en Blati.

Con 3-1, el Córdoba sacó un central para darle una mano de cemento a su agrietado muro. Diego soltó a Pozo para que contribuyera a resolver cualquier interrogante, pero fue Jovanovic quien se escapó ante Rui Silva, golpeando fatal.

Javi Lara dio estrategia al Córdoba tras su ingreso y Aguirre robusteció al Granada. Parecía un mero epílogo, pero Bambock desconcertó. El año pasado, un susto así acabó en tragedia con la Cultural, pero las cosas han cambiado. Hubo temperamento para aguantar y responder. Germán salió al quite, Puertas compuso la carrera, Montoro dio criterio para devolverle el balón y Rodri cerró el trabajo para asentar la victoria y dormir segundos. Con solvencia, pese a algún sobresalto.

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