De 'filipinos' a vietnamitas

Me explico; hay equipos donde metodológicamente y a nivel táctico está todo muy mecanizado y perfectamente engrasado. Son equipos muy reconocibles donde la idea del entrenador esta enfocada a jugar un tipo de partido y la plantilla ha sido confeccionada eligiendo jugadores cuyas características se adapten a las solicitaciones tácticas de ese tipo de juego. Son equipos que «saben a lo que juegan» y difíciles de ganar. Un ejemplo sería el Atlético de Madrid. Pero como en fútbol 'normalmente' cuando se escoge un camino se renuncia a otras opciones, esa identidad les lleva siempre al 'mismo partido', y cuando las circunstancias les solicitan otro tipo de registros, les cuesta mucho encontrarlos, buscando en esos casos la virtuosidad individual de sus jugadores franquicia.

Son ejércitos poderosos, quédense con el paralelismo militar... El Granada para mi no es ese tipo de equipo, es uno con una versión colectiva mucho más ecléctica y en cuya esencia camaleónica esta encontrando la solución a los distintos jeroglíficos que le plantean las constantes dificultades, que genera una densidad de partidos fuera de lo normal.

Hemos visto y la mayoría de veces con éxito el Granada rotundo y vistoso de los tres 'tenores', jugando un fútbol muy armónico y sometiendo a los rivales. Esta era la idea inicial cuando Diego se sentó delante de un papel en julio para diseñar la plantilla.

Pero las bajas le han llevado a otro tipo de escenarios menos vistosos siendo, a veces, un equipo replegado y solidario buscando transiciones rápidas, o con doble delantero centro y extremos buscando recuperar un marcador, o con Vallejo en medio o con tres centrales... Presionando a pares o replegado...

Pero esto no se improvisa porque la cimentación de este equipo, en muchos aspectos, parte de la implementación que han supuesto las ideas del entrenador en el desarrollo y rendimiento individual. No es casualidad que no siendo un equipo físico sea capaz de ganar o al menos igualar los duelos, que cada uno venza su mini batalla.

Diego ha conseguido una alquimia difícil de explicar pero sencilla de admirar, entre gen competitivo, fe ciega en lo que se propone y soluciones individuales que generan distintos matices colectivos

Hoy, precisamente, esa va a ser la gran ventaja ante las circunstancias. No sabemos si jugaremos con la habitual formación o con tres centrales, o con dos delanteros centros. No tenemos lateral izquierdo natural, nos va a ser difícil encarar lo últimos veinte minutos, etc. Para cualquier equipo serian obstáculos insalvables, pero este se retroalimenta de su propia resiliencia y versatilidad.

Seguramente no veamos la versión de ejercito contundente, que en verano pensamos como primera idea, pero estoy convencido que ganaremos la batalla con la 'guerra de guerrillas' a la que recurre este colectivo alineado por las ideas de su entrenador y que han generado una moral inquebrantable similar a la de los soldados de Vietnam.

Porque este equipo en carácter y convencimiento nos ha mutado de 'filipinos' a vietnamitas.

Carpe diem, rojiblanco horizontal.