Cristina Moreno posa rodeada de sus jugadoras y de la delegada Vane tras entrenar. Pepe Marín
Femenino

Cristina Moreno debuta como entrenadora allí donde empezó a jugar

La legendaria central del Granada, retirada en 2023, asume un equipo de niñas en el Vandalia de Peligros, su pueblo, y ya siente «el gusanillo de ir a más»

Jueves, 23 de octubre 2025, 00:11

Más de diez niñas de entre 13 y 14 años, con guantes una de ellas, corretean en torno a un balón de fútbol por el ... césped del estadio municipal Antonio Bailón de Peligros cuando una voz detiene el entrenamiento. «¿A qué hemos venido?», inquiere la responsable del equipo de categoría infantil, que no es otra que Cristina Moreno, la legendaria central del Granada retirada tras el ascenso a Liga F en 2023 y que ahora da sus primeros pasos como entrenadora en el mismo Vandalia en el que empezó a jugar en su pueblo.

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«No tenía en mente ser entrenadora aunque tuviera el curso aparcado desde hacía años, pero me llamó el coordinador del Vandalia, David Guerra, y al proponérmelo me pregunté: '¿y por qué no?'. En otro club me lo habría pensado más, pero me hizo muchísima ilusión empezar en el de mi pueblo y en el que yo misma empecé un poco más grande ya, y cogí el reto con ganas», confiesa Cristina Moreno. La exfutbolista prefería empezar por lo bajo, con fútbol-7, y ahora procura ser la entrenadora que a ella misma le habría gustado tener a esa edad.

«Soy muy competitiva y no me gusta perder ni en los entrenamientos, e intento transmitirlo, pero dentro del aprendizaje y del disfrute; con eso, me quedo contenta, los resultados ya se irán viendo», sostiene Cristina Moreno, satisfecha por el debut con remontada de su equipo después de que sus jugadoras estrenaran la temporada «muy nerviosas». «Les pido que se pongan el mono de trabajo cada día y que luchen», apunta.

Cristina Moreno reconoce que a veces se pasa de intensa con sus jugadoras. «Soy muy pesada, y luego me digo que tengo que estar menos encima, pero es que quiero que aprendan lo máximo posible y transmitirles el conocimiento que tengo, sin ser yo muy experta más allá de mi experiencia jugando. Intento darles cariño y hacer que disfruten sobre todo, fue lo que les pedí desde el primer día; que vinieran con ganas y a esforzarse, que no pasaba nada si fallaban y que lo más importante era que mantuvieran siempre el respeto hacia sus propias compañeras, hacia el cuerpo técnico, hacia las rivales y hacia los árbitros», expone.

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Cristina Moreno dirige un entrenamiento. Pepe Marín

Da fe de todo ello Dani, una de las capitanas del equipo. «Muchas nos quedamos impresionadas cuando nos dijeron que vendría porque llegamos a verla jugar, y al principio nos costó adaptarnos por ser nueva, pero es muy buena entrenadora. Nos gusta un montón porque hace ejercicios muy chulos y estamos mejorando mucho con la intensidad que nos mete», celebra esta jugadora de banda derecha que sueña con ser futbolista desde que se apuntó al Vandalia por primera vez hace cuatro años. «Ojalá pueda llegar al Granada femenino y jugar en Los Cármenes como ella», anhela.

Con su padre Toni

Cristina Moreno vuelve a coincidir con su padre, Toni, ahora presidente del Vandalia tras haber sido ya entrenador suyo. «Me deja prepararlo todo pero luego le pido opinión siempre para que me oriente como en su día hizo cuando jugaba», admite. «Nunca pensé que fuera a llegar este momento, aunque yo le insistiera para que se sacara el título en su día, y estoy muy contento y orgulloso porque da gusto verle entrenar además: hace que sus jugadoras estén muy metidas, nunca para de corregirles y no tiene ni un mal gesto, con sus normas. Tiene muy claro de dónde viene y la disciplina que le han enseñado y también quiere inculcarla aquí para que nadie venga a pasar el rato solamente. Le ayudaré en lo que pueda, pero siempre desde un segundo plano», reseña, orgulloso de dirigir ahora un club con hasta ocho equipos femeninos, de benjamines a juveniles.

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Una realidad muy distinta a la que conoció la propia Cristina Moreno. «Cuando yo empecé solo había dos equipos femeninos en el club, uno hasta los 15 años y otro a partir de esa edad, pero ahora hay muchas más niñas jugando y muchos pueblos con equipos también fuera del área metropolitana», se congratula. Ahora entrenadora, todavía echa la mirada hacia atrás «con nostalgia y apego» al recordar su pasado como futbolista. «Veo cómo siguen disfrutando las que fueron mis compañeras y por momentos siento que podría estar ahí, con ellas, pero estoy muy orgullosa del momento en el que decidí dejarlo. Me lo pensé mucho, y hasta última hora, pero creo que fue ideal hacerlo tras el ascenso para cerrar el círculo», mantiene.

Si algo echa de menos Cristina Moreno de su etapa como futbolista es «el día a día y los viajes, porque de eso va el fútbol», algo que ahora puede revivir en parte como entrenadora. «Algunas de mis jugadoras sienten curiosidad por cómo se llega al Granada al tener esa ilusión, pero les digo que tengan paciencia y que disfruten hasta que pueda llegarles el momento», comparte. Ella, por ahora, solo piensa en lograr que mejoren; del futuro ya no descarta nada. «Nunca había pensado en ser entrenadora al máximo nivel tampoco pero con lo poco que llevo ya va picándome el gusanillo de progresar. ¿Por qué no?», sugiere.

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