Espacios y duelos

Para que un equipo funcione tiene que ser bueno en algún patrón y mínimamente efectivo, al menos, en el resto. Confieso que cuando comencé a analizar el juego del Granada CF de Diego en Segunda división no conseguía descifrar en qué faceta pretendían poner el foco, me parecía bastante armónico en todas las variables del juego.

Conforme avanzó el campeonato percibí que había un aspecto que dominaban ante todos los equipos y eran los duelos individuales, circunstancia muy importante en cualquier modelo de juego y que en algunos casos no era un mérito adquirido por la elección de jugadores y si generado en las sesiones de entrenamiento.

Tras el ascenso me surgieron dudas si íbamos a poder mantener esa fortaleza, en una categoría donde un buen número de clubes solventan esa situación con la elección de jugadores dominantes en duelos y aunque había incorporaciones que ayudaban a mejorarla tipo Gonalons, Yangel o Duarte, el grueso del 'once' de cada jornada emergía de una categoría donde esa capacidad es potencialmente inferior.

El equipo siguió sin eludir el enfrentamiento directo y no optando por un sistema más basado en ayudas. Además, lo gestionaba con eficacia. Hoy es un escalón más en la necesidad del manejo de los once partidos que suele haber en cada encuentro, la gran virtud del Granada.

El fútbol es un deporte colectivo que se juega once contra once pero se suele ganar uno contra uno. En este caso, el Manchester presumiblemente va a llevar la exigencia hasta el límite, porque suman velocidad y precisión, pero por el momento esta plantilla y cuerpo técnico han respondido a cada estímulo de dificultad extra que ha afrontado.

Normalmente tendrán oportunidad de correr siempre que nos superen la presión o si hay pérdidas de balón en zonas en la que nos encuentren sin tiempo para realizar ayudas defensivas ante los James, Rashford, Greenwood, etc, o encuentren por dentro al faro de su juego ofensivo, un jugador superlativo como Bruno Fernandes.

En ese supuesto a veces nos van a desbordar en la pugna individual y habrá que confiar en que no sea el día de la efectividad y en la alargada figura de un portero top como Rui Silva, pero sobre todo habrá que reponerse mentalmente rápido, para seguir el acoso sin que el sobresalto haga que la duda provoque una herida que pueda con la inquebrantable fe de este grupo. La determinación en lo que hacen, para mí, es la mejor virtud de este equipo y eso, sin duda, no va a ser negociable.

De esto último no tengo ninguna duda y, como el mismo Diego dice, va a ser importante que ninguna jugada deje «resaca emocional», y se asuman con naturalidad sin que impida que el equipo siga siendo osado, vertical, camaleónico y atrevido en retar a cualquier rival.

En este noventa cumpleaños nadie hubiera visualizado este idílico escenario, así que este grupo de jugadores y cuerpo técnico se ha ganado disfrutar de el regalo que con su rendimiento han obsequiado a la afición .

Hoy más que nunca, 'carpe diem', rojiblanco horizontal.