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Dani Benítez, durante su conferencia telemática. IDEAL
Granada CF | Dani Benítez: «De mí se han dicho barbaridades que no son ciertas»
Exrojiblanco

Dani Benítez: «De mí se han dicho barbaridades que no son ciertas»

El extremo balear ha dado una charla sobre su experiencia como profesional y los errores que le llevaron a abandonar la élite del fútbol | Admite que hubo contacto con el club antes de marcharse a Chipre y confiesa que le interrogaron por el robo a Los Cármenes en 2011

Chema Ruiz España

GRANADA

Viernes, 29 de mayo 2020

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Dani Benítez ha conocido lo mejor y lo peor del fútbol. Deslumbró como jugador del Granada, en una época histórica para el club rojiblanco durante la que ascendió de Segunda B a Primera, pero una serie de errores le llevaron a la lona cuando, en 2013, dio positivo por cocaína tras un partido en Los Cármenes. «Tienes una vida y, de un día a otro, cambia de forma radical», resume el extremo, actualmente futbolista del Poblense de la Tercera división mallorquina, que, arrepentido, trata de ayudar a que otros no vivan esta situación.

Lo hace por medio de unas conferencias organizadas por la Inmobiliaria 3.0 y Oya Abogados, enmarcadas en un proyecto a largo plazo que, cuando la situación lo permita, llevará al balear a colegios y empresas de Granada para compartir su experiencia. «Con este tipo de charlas, pretendo explicar, poniendo mi vida como ejemplo, que reponerse de los golpes es una cuestión de personalidad. Tú tienes unos objetivos y eso es lo que tiene que servirte para no venirte abajo», sostuvo esta tarde, en un segundo encuentro que, por la tesitura actual, se ha celebrado de forma telemática.

Durante este, ha abierto sus puertas para relatar su vida como futbolista y el desliz que le apeó de la cumbre. «Poner tu nombre en Google y mirar el historial lo puede hacer todo el mundo», comenzó Benítez, que inmediatamente después ha asegurado que «la vida ha sido muy difícil». «Me fui de casa cuando me faltaba una semana para cumplir 16 años, y ya entonces ganaba 900 euros con el Mallorca. Mi relación con mi padre no era buena y decidí salir de casa», se sinceró el extremo.

Sin una referencia paterna, cogió el gusto a la calle y, a pesar de que «no entraba en el prototipo de persona que el Mallorca tenía en su cantera», logró progresar en el balompié. «No sé cómo pude llegar a seguir mi carrera en el fútbol», admitió. Pasó por Pontevedra y Elche, en ambos casos cedido, tras lo que llegó Udinese, que le fichó para llevarle a la ciudad de la Alhambra. «Llegué a Granada con un Audi A3 que compré en Elche, pero yo no tenía carné. Mi expareja lo tenía, así que lo puse a su nombre. Estuve conduciendo sin carné varios años», reveló, antes de confesar que «cobraba cerca de los 20 millones de pesetas antiguamente, 120.000 euros, con 21 años».

Fue entonces cuando comenzó a adentrarse en una espiral de gasto y malas compañías que pronto comenzó a generar casi tanto ruido como hasta 2012 lo hizo su potencial futbolístico. «Yo he derrochado dinero por todos lados. Si tenía que dejarle dinero a un amigo o un familiar, se lo dejaba; si tenía que ir a comer con ocho personas, pagaba yo», sintetizó el extremo mallorquín, cuya faceta personal comenzó a introducirse en el campo cuando lanzó una botella a Clos Gómez tras un duelo entre el Granada y el Zaragoza. «Mi gesto es malo, pero aparte del botellazo, nos expulsan a cinco y no podemos estar en Vallecas. Ese día, si no hay escolta en el túnel de vestuarios, el árbitro no sale vivo de allí», expresó.

En 2014, un positivo en un control por cocaína puso fin a su etapa en el club rojiblanco. «Ya no me sentía a gusto allí. No tenía la relación con la afición que tenía antes y mi vida era todo el día para arriba, para abajo, de fiesta… Estuve ocho meses arrastrando una lesión, un desgarro en el abductor. Mi pensamiento tras la sanción era dejar el fútbol», reconoció, si bien insiste en que «había gente que salía mucho más». Los rumores sobre su vida nocturna corrieron como la pólvora.

«Yo he estado en mi casa, con mi mujer durmiendo, y ella ha recibido mensajes diciendo que estaba en la Mae West. También he recibido llamadas por la noche de Juan Carlos Cordero preguntándome dónde estaba», recordó. El futbolista admite sus errores y pretende evitar que otros los cometa, aunque sí quiso dejar claro que el positivo «fue un hecho puntual». «Yo nunca he fumado canutos porque no me gustan. La gente que me conoce sabe que no fumo», agregó, para añadir posteriormente que había escuchado «barbaridades» como que «había perdido un R8 -un coche de alta gama- jugando una partida de póker».

Robo en Los Cármenes

El balear también confesó un episodio que le hizo estar «a punto de abandonar el club». Fue en 2011, después de que robaran la caja fuerte de Los Cármenes tras un partido ante el Barcelona. «Me llamó Quique Pina, me dijo que me presentara en el club porque tenía que ir a declarar a la Policía Local sobre el robo», explicó Benítez, quien recuerda que pasó «un interrogatorio de una hora, con siete u ocho policías insinuando que tenía algo que ver». «Me levanté y me enfadé, les dije que esperaba que encontrasen a quien había sido, pero también que me llamasen para pedir disculpas. A día de hoy, nadie me las ha pedido», finalizó.

Posible regreso

A pesar de todo, Dani Benítez recuerda con nostalgia y cariño su paso por el club, donde vivió los mejores momentos de su carrera: «Me quedo con los ascensos. Recuerdo el campo del Alcorcón, en el que además estaban amigos míos de Mallorca y familiares míos. Es la mayor satisfacción del mundo». «A día de hoy, sigo al Granada. Desde que me fui, lo he seguido todos los años», aseveró el mallorquín, que además confirmó que «hubo una toma de contacto con la actual directiva, antes de irme a Chipre, cuando el Granada estaba en Segunda, pero ellos no quisieron que volviera».

Él sí desea regresar, aunque para formar una academia de fútbol. «Me gustaría mucho trabajar con la gente joven. Ya conozco el mundo de Primera y Segunda división y no es lo que más me agrada. Creo que lo que más me va a gustar es estar con los niños», aseguró, algo para lo que finaliza sus estudios de entrenador. Es el nuevo objetivo de un antihéroe que, como Ícaro, descubrió con la elástica rojiblanca que no podía volar cerca del Sol, pero que ahora quiere evitar que otros cometan el mismo error. El éxito ya no es material para él, sino que es «haber llegado a ser la persona que soy hoy y ver toda la evolución que he tenido durante estos años».

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