El chico que venció a sus demonios para ser la primera piedra de un club
Perfil ·
El cántabro, en un alarde de madurez y compromiso, decidió parar de jugar durante su etapa en Las Palmas por salud mental, le dio visibilidad al problema y lo superóFran Rodríguez
Granada
Miércoles, 10 de agosto 2022, 00:45
¿Qué hay más importante que hacer el gol de la victoria?; ¿Evitar el de la derrota?, ¿regatear a tu par?, ¿proteger el cuero ante una presión intensa?, ¿dar la asistencia perfecta? Todo tiene una misma y olvidada respuesta:ser feliz. Sergio Ruiz (El Astillero, Cantabria, 1994) lo quiere seguir siendo en Granada. El nuevo medio rojiblanco es un jugador especial porque fue la piedra fundacional de un club, algo que no todos los futbolistas pueden decir;y porque es uno de los pocos valientes que públicamente expuso sus demonios internos, asumió que le habían vencido en la ida y les remontó en la vuelta. Es, en resumen, un ganador.
Esta historia empieza en El Astillero, un coqueto pueblo de currantes en el que 18.000 habitantes forjan su carácter con el furioso ir y venir de las olas. En ese húmedo y verde paraje comenzó a dar sus primeras patadas a un balón Sergio Ruiz. Lo cierto es que estuvo lejos de despuntar. Pasó por el Arenas de Frajanas, el Atlético Perines y, ya como juvenil, en el conocido Laredo. Como sénior, se enroló en el Pontejos y el Atlético Albericia.
Una carrera discreta, casi amateur. Hasta 2015, cuando el Racing de Santander lo firma para su filial, el Rayo Cantabria. Una oportunidad tardía pero que aprovechó al extremo. Se endureció en el centro del campo y en solo un año se ganó plaza en el primer equipo. Tras tres años de lenta consolidación, dio un paso más al ascender a Segunda. Ya era indiscutible y se habló de una venta, pero apostó por seguir en casa.
Su buen año en Segunda, a pesar de las complejidades colectivas de aquel Racing, sirvieron para que la MLS llamara a su puerta. El Charlotte quería pagar la cláusula de rescisión de Sergio y este aceptó el reto. Se dio una cosa curiosa. Era, desde su fichaje, el único jugador de la plantilla. La franquicia estaba recién fundada, por lo que fue su primera piedra. El primer jugador en toda la historia del Charlotte FC. Como el estreno del club se retrasó por la pandemia, los norteamericanos decidieron cederle a Las Palmas 18 meses.
Allí es donde rozó el cielo y rompió tabúes. Se hizo fundamental para Pepe Mel, desbancó a Jonathan Viera. Como interior o mediapunta, Sergio Ruiz aportaba entusiasmo, descaro, pegada desde segunda línea, trabajo sin balón, contundencia en la presión y mucha inteligencia. Sin embargo, se quebró. En sus redes y las del club, anunció que descansaba del fútbol debido a un problema de salud mental. Distintos problemas personales hacían inviable lo más importante, ya no de un futbolista, sino de una persona. No era feliz, no se podía centrar en él, en su esposa, su familia y en dar el 100%en el campo. Fue honesto consigo mismo y con el club. Se cuidó mental y físicamente, y no fue hasta cuatro meses después que ya recuperado debutó en la MLS. Tras solo 19 partidos allí, aunque estaba a gusto en Charlotte, le ha llegado una gran oportunidad para dar pases, meter goles, crecer, ascender, ganar, empatar o perder. Pero siendo feliz.
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