Carlos Neva responde ante un Athletic muy exigente
El lateral portuense disputó su segundo encuentro en la Copa con la compleja misión de contener las galopadas de Ander Capa y a los hiperactivos delanteros del conjunto rojiblanco
Chema Ruiz España
GRANADA
Jueves, 13 de febrero 2020, 01:45
Hace menos de un año, Carlos Neva jugaba con el filial del Granada, en Segunda división B. Debutó con 'los mayores' en Segunda y, como ... premio a su trabajo durante la pretemporada, Diego Martínez le hizo un hueco en su plantilla. Anoche, el lateral gaditano pisó por primera vez el césped de San Mamés, para disputar nada menos que la ida de las semifinales de la Copa del Rey –era su segundo encuentro en la competición–, convertido ya en una pieza importante del conjunto rojiblanco. Respondió con creces ante un Athletic exigente, que vuelca sobre los costados el peso ofensivo de todo el equipo, y estuvo cerca, incluso, de anotar un gol que allanase el camino a los nazaríes.
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El portuense regresó al 'once' tras descansar en el Wanda, con una misión cuando menos compleja. Debía contener las galopadas de los hiperactivos hombres de ataque del conjunto bilbaíno, pero, sobre todo, poner freno a Ander Capa, una locomotora en el carril diestro del Athletic. En el recuerdo aún estaba la primera parte en el Pizjuán, en la que tuvo que sufrir a Jesús Navas y Ocampos, dispuestos en un esquema similar al planteado anoche por Garitano. Sin embargo, el resultado individual fue distinto en esta ocasión. Estuvo más que correcto sin el balón, atento siempre a su marca, e impecable cuando entró en contacto con el esférico, aunque no pudo prodigarse demasiado en ataque.
El duelo fue continuo con Capa, que también era el encargado de evitar sus internadas, e intermitente con el resto de atacantes locales. Williams y Raúl García, en especial este último, se descolgaron con frecuencia hacia el costado del joven lateral, que echó en falta más ayuda de Machís.
Se sintió mucho más cómodo, al igual que sus compañeros, tras el intermedio, cuando Vallejo sustituyó a Puertas y Diego Martínez dibujó una defensa de tres centrales. Este ajuste le restó trabajo atrás y le permitió pisar campo rival, con toda la banda para correr. Dobló en un par de ocasiones a Machís, aunque sólo pudo colgar un centro al área, que terminó a las manos de Unai Simón. Más tarde, y ya sin Raúl García incordiando, provocó la mayor estirada del guardameta bilbaíno en el encuentro. Centró Víctor Díaz al área, pero no encontró una cabeza aliada. Neva recogió el rechace y, sin pensarlo, conectó un golpe seco abajo. Soñará con el guante del portero.
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