Los autobuses que salieron desde Granada llegan a Anduva
«Ascender aquí será complicado, pero confiamos en ganar el partido», comparten los aficionados tras ocho horas en la carretera
Los catorce autobuses cargados con alrededor de 800 granadinistas que sufragó el club llegaron directamente al estadio de Anduva en Miranda de Ebro antes de ... las nueve de la mañana, con más de una hora de antelación respecto a lo previsto, tras salir desde Los Cármenes a las 23 horas de la noche anterior. El viaje, durante el que unos vehículos hicieron dos paradas y otros tres, se hizo más o menos rápido para cada aficionado en función de su facilidad para dormir durante el trayecto.
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A lo largo del día se les unirán ya en la ciudad otros setecientos que se desplazan por cuenta propia. Con la localidad en fiestas por la celebración de San Juan del Monte, los primeros granadinistas en llegar a Miranda se la encontraron todavía desperezándose, con negocios que habían apuntado de casa como la cafetería Alhambra aún cerrados. Fue inevitable que la masa se desperdigase, sin un punto de encuentro claro al menos a primera hora, pero cuando abrió se convirtió en el punto neurálgico del granadinismo.
Óscar, Jose, David e Iván, amigos de Guadix, pasaron una noche «amena» porque ellos sí pudieron dormir como benditos. «Terminamos con el cuello hecho polvo, eso sí», admitieron. «Ascender aquí será complicado, porque tienen que darse muchos resultados de por medio, pero confiamos en ganar», compartieron. Lo que más les preocupa es el partido de su equipo, con fe en los goles de Uzuni, Bryan o Puertas, pero seguirán lo que ocurra en otros campos por las distintas aplicaciones digitales.
«Esperamos que nuestro paisano (por Raúl García de Haro) se porte, porque ya nos la hizo en Los Cármenes», bromearon. No se fían del Mirandés: «Los equipos que no se juegan nada son los peores».
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