El arsenal contra la trinchera para ser líder

La placidez rojiblanca se altera por la visita a un campo de dimensiones ajustadas en el que se tiende al juego directo, con la posibilidad de que llueva para aumentar la dificultad. Diego Martínez tendrá que incorporar el chubasquero al equipaje de un equipo que se ha sabido adaptar a distintos escenarios hasta ahora y que, en teoría, no experimentará retoques al recuperarse Ángel Montoro para la cita. El centrocampista valenciano no es el único que recibe un trato personalizado para su recuperación física con el fin de evitar que cualquier molestia se agrave, pero su papel es tan relevante que obliga al mayor esmero de los servicios médicos del club.

Derribar la resistencia del portero Dani Jiménez es una misión compartida de los futbolistas de rayas horizontales. La mayoría está mejorando sus registros de puntería con respecto a la pasada temporada, lo que eleva la felicidad en la dirección deportiva que los seleccionó o les dio la confianza para continuar en la plantilla. Alejandro Pozo igualó con su golazo ante el Mallorca su última marca con el Sevilla Atlético, dos. Vadillo y Puertas no celebraron nada el año anterior y ahora ya llevan dos y seis, respectivamente. El tope del gaditano en la categoría es de siete con el Huesca hace dos cursos; el del almeriense, ocho en el conjunto de su tierra antes del regreso, a punto de superarlo. El que anda demasiado seco es el delantero centro habitual. El colombiano Adrián Ramos. Un futbolista que faculta a la escuadra para progresar en ataque con sus inteligentes movimientos y su presencia a la hora de controlar balones aéreos, pero que anda sin remate.

Repasar la carrera de Ramos permite comprobar que, aunque lleva años instalado en la élite, hace tiempo que no es un artillero de cifras considerables. Hay que retroceder a su época en el Hertha Berlín para verlo superar la decena de goles. En el Borussia Dortmund, con una participación secundaria, colocó dos, nueve y dos en su trienio allí, antes de marchar a Granada. En aquella segunda vuelta en Primera materializó cuatro tantos, los mismos que consiguió la pasada campaña en Segunda, salpicada por las lesiones y periodos posteriores muy bajos de forma. En este ejercicio lleva un gol. Lo consiguió en la tercera jornada, en el primer triunfo del curso, ante el Osasuna (2-0 al final). Había sido titular en el debut liguero en Elche, en el que se le vio muy tieso; y suplente frente al Lugo en Los Cármenes hasta que Rodri se lesionó. Desde entonces no ha perdido el sitio, aunque ha resaltado más por sus asistencias y por los espacios que ha abierto a los compañeros que por su acción directa ante los cancerberos.

De las cuatro dianas de la pasada temporada, dos las contabilizó precisamente ante el Alcorcón, aunque fue en Los Cármenes. Al Santo Domingo no fue porque sufrió una rotura muscular. Ahora tendrá que fajarse como el resto sobre el césped en el que tiene que ser clave.

Uno de los aspectos que conspira contra el contrario es la falta de descanso de esta semana, pues tras el alargue del partido en Tarragona, el miércoles ya tuvo que viajar a Lugo para, al día siguiente, disputar la correspondiente eliminatoria de Copa del Rey, en la que cayó por 0-1. Ahora le toca concentrarse en una disputa que realmente marca su futuro en una división en la que se ha asentado. Su panorama es idílico de momento. Ocupa la cuarta plaza y hace gala de una firmeza defensiva que les coloca no sólo como el mejor blindaje de Segunda, sino también de Europa. Lleva siete partidos sin perder y hasta la muesca en el Nou Stadi encadenaba 6322 minutos sin acudir a su propia red.

Sólo el Sporting, en la prolongación y con un tiro sorprendente, llegó a sacar un empate de Alcorcón. Los locales llevan seis meses sin perder allí. El Granada lamentó una jaqueca en Coruña, pero en el resto de salidas sumó siempre. Menos en Elche, de tres en tres. Veremos si es más duro el puño o el escudo. Acabar líder la jornada está a mano.