Misma liturgia pero chasco en la vuelta al templo

Había ganas de fútbol en el estadio, aunque en los prolegómenos las conversaciones de los aficionados giraban más sobre los fichajes y lo ocurrido con Samu Omorodion. Lo cierto es que conforme las inmediaciones del campo ambientaban y la gente iba ya concentrándose en lo que estaba por venir, los temas derivaban más hacia la ilusión del regreso a Primera y la alineación del debut en casa de Paco López.

Empezar a las 21.30 ayudó a mitigar el calor del día y las gradas adquirieron el colorido necesario para la ocasión, el rojiblanco. Se percibió que muchos seguidores con abono continúan de vacaciones porque asomaron huecos en zonas que son de carné, pero todo se compensó con las ganas de darlo todo por los suyos.

Ya antes del pitido inicial, sonó el 'Bienvenidos' que Miguel Ríos arregló para la escuadra. Cuando se escuchaba el 'Eye of the tiger' que precede al himno, llegó una incidencia curiosa. Un corte eléctrico que sobresaltó a todos y que puso en peligro el arranque del choque. La luz volvió pronto, pero no tanto la música. El himno salió de megafonía con los futbolistas ya saltando al terreno de juego.

El asunto de la falta de energía en la instalación reapareció durante unos segundos del primer acto. A partir de ahí, un encuentro equilibrado, con buenas actuaciones de los dos porteros, hasta que Rayo abrió la lata y mandó a la lona al Granada. Una decepción que querrán mitigar el sábado que viene.