Adrián Ramos y las lesiones singulares
La rotura en el oblicuo ha sido su primera dolencia seria de un curso en el que está siguiendo un plan especial de prevención
Rafael Lamelas
GRANADA
Martes, 19 de febrero 2019, 00:23
Las lesiones estaban respetando a Adrián Ramos. Sus cinco ausencias del equipo titular hasta la fecha se habían justificado por decisiones de Diego Martínez hasta ... que sufrió una dolencia singular contra el Deportivo. Una rotura fibrilar en el oblicuo abdominal, el músculo que protege la zona de las costillas, que le obligó a ausentarse en el partido frente al Córdoba y que le mantiene como baja. A favor de su recuperación actúa que esta semana el Granada no competirá debido a que al equipo le tocaba jugar frente al Reus. Ahora está por ver si llegará al duelo en Majadahonda del 3 de marzo. El club ha iniciado su programa de recuperación sin dar una fecha exacta.
Esta ha sido la primera dolencia seria del colombiano en este curso. El delantero, de 33 años, sigue un plan especial de prevención de un tiempo a esta parte que ha permitido optimizar su rendimiento hasta ahora, al menos en cuanto a participación. Ramos ha sufrido algunas molestias durante estos meses pero los servicios médicos han sabido recomendar cuándo descansar en algunas sesiones y en qué medida ha tenido que tratarse con los fisioterapeutas para rebajar molestias.
Ramos inició este verano su tercera campaña como rojiblanco, aunque en la primera de ellas llegó en el mercado de invierno. Junto al actual cuerpo técnico completó la última preparación estival sin resentirse de nada, por lo que fue titular en el debut liguero en Elche. El cafetero decepcionó y Rodri le arrebató la titularidad en la siguiente jornada, frente al Lugo en Los Cármenes. Lo curioso es que su sustituto sufrió molestias en el tobillo en ese encuentro, por lo que Ramos se incorporó a la cita en la segunda mitad. Fue así como retomó su presencia en el 'once', marcando en la siguiente fecha, contra Osasuna, su primer gol del presente ejercicio.
Enlazó ocho partidos con el equipo inicial, aunque sólo completó los 90 minutos en los dos primeros, contra los navarros y el Extremadura, y en el último, frente al Alcorcón, en la derrota por 1-0. En el tramo final de ese encuentro formó dupla con Rodri y el soriano –criado en Sevilla– generó varias oportunidades de marcar. Ese trabajo hizo que retomara el puesto de ariete en los tres siguientes duelos: dos victorias (Almería y Zaragoza) y un empate a cero (Numancia), aunque no anotó en ninguno de ellos. Ramos entró como refresco.
El paso por el banquillo volvió a servir de estímulo para el de Santander de Quilichao. Si tras su anterior suplencia le hizo una diana a Osasuna, tras esta logró dos seguidas: frente a Las Palmas (2-2, con Rodri completando el marcador rojiblanco) y el Sporting, en un 1-2 polémico, pues también le anularon un tanto por fuera de juego que no fue, como se vio en televisión.
Ramos se mantuvo como referencia en los triunfos en Málaga y Tarragona, volviendo a tener algo que celebrar en lo individual frente al Oviedo, con aquella maravilla en el minuto 83. Hizo un control orientado con el pecho tras un pase profundo y con el exterior de Fede Vico y corrió a toda mecha para superar a Champagne con una sutil vaselina. Desde entonces, el colombiano entró en una sequía. Siete encuentros en los que sólo se quedó en la reserva contra el Albacete tras llegar con retraso de sus vacaciones navideñas, en las que viajó a su país.
Rodri ha logrado dejarle en el banquillo en cinco ocasiones aun estando disponible para jugar
El oblicuo le ha fastidiado ahora, aunque en el pasado la cosa fue peor. Llegó en enero de 2017 para intentar la salvación en Primera, tras una extraña operación en la que el Borussia Dortmund lo cedía al Granada con una compensación económica que sufragó el Chongqing Lifan chino, otro de los clubes del presidente John Jiang. De hecho, hasta este pasado verano todavía estaba bajo esta fórmula de préstamo, momento en el cual firmó su contrato con el Granada, que se extiende hasta diciembre de este año. Sus emolumentos, compartidos entre el conjunto nazarí y el aporte llegado desde el país oriental han sido un misterio hasta la fecha, por lo que es difícil establecer cuánto cobra. Por parte del Granada se barajó un salario en torno al medio millón nunca confirmado por fuentes oficiales.
Llegó del Dortmund
Recién llegado de Alemania, inició su periplo con fuerza. En su cuarto compromiso se estrenó con un doblete frente al Betis, pero en el séptimo se lesionó contra el Atlético de Madrid en el aductor mediano de su pierna izquierda. No fue a El Molinón, donde el Granada perdió y tiró por tierra gran parte de sus opciones de permanencia. Fue suplente en la jornada siguiente, frente al Barça, e ingresó de revulsivo cuando el equipo todavía tenía posibilidad de imponerse a los azulgranas, con 1-1 en el luminoso, pero recayó de sus molestias. Los culés terminaron imponiéndose por un 1-4 y el cafetero agravó su percance con un edema fibrilar. Lucas Alcaraz, por entonces entrenador rojiblanco, ya no pudo contar con él. No dispuso del punta frente al Deportivo fuera y el Valencia en casa, choque tras el cual fue destituido. Tony Adams cerró aquella campaña con siete derrotas bajo su mando. Ramos se sumó en los cuatro últimos partidos, mejorando números con un gol en Anoeta y otro en El Sadar.
La campaña pasada se perdió doce encuentros debido a diferentes problemas físicos y apenas tuvo pretemporada por una adenitis perianal
Acabó muy quemado y sopesó su salida. En principio se incorporó a la pretemporada con Oltra. Se desplazó con todos a Holanda pero tuvo que regresar por una adenitis perianal, una dolencia no deportiva por la que tuvo que ser operado de urgencia en Granada. Tenía una infección severa que cortó su puesta a punto hasta finales de agosto. Aun así, intentó recalar en otro equipo a última hora de aquel mercado, sobre todo ante el interés del Levante, pero Jiang personalmente se negó a negociar. Ramos siguió y formó parte de los elegidos desde la jornada tres hasta las seis, frente al Córdoba. Falló un penalti y encima sufrió una rotura fibrilar en el recto anterior del cuádriceps de la pierna izquierda. Se perdió siete partidos. A su regreso, Joselu se había convertido en indiscutible y quedó como gregario. Todo empezó a cambiar en enero. Regresó tarde del parón navideño pero hizo entrenos intensivos para mejorar su condición física. Los efectos se notaron con su gol frente al Zaragoza y su doblete contra el Alcorcón semanas más tarde. Todo iba bien hasta que encalló tras el encuentro frente al Nástic, en el que encadenaron la segunda derrota seguida, tras otra en Lugo. Problemas en el aductor derecho le dejaron sin ir a Oviedo, el día que tropezó el Granada. Oltra fue cesado acto seguido. Ramos ya retornó en la etapa Morilla, anotando en el último partido del sevillano, frente al Huesca. Le relevó Portugal, con el que sí jugó todo pero se quedó seco.
Lleva cuatro goles, mismo número que en su primer medio curso y en toda la campaña pasada
Esta temporada, sin tantos sobresaltos en ningún aspecto, pues el técnico no peligra, parece que al menos las piernas le están respondiendo. El problema ha estado en su tronco. También en su ineficacia ante la red. Lleva cuatro goles, los mismos que en su primer medio curso y que en toda la campaña pasada. Habrá que ver si parar le sienta bien.
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