Aarón sufre el fuego amigo en su primer partido desde febrero
El guardameta sustituyó al lesionado Rui Silva y repelió casi todo el peligro, pero no pudo solucionar los dos errores de la defensa rojiblanca
Chema Ruiz España
GRANADA
Lunes, 29 de junio 2020, 00:55
La última vez que Aarón Escandell se enfundó los guantes, consciente de que defendería los palos, fue el pasado mes de febrero, cuando lo único ... que agitaba el fútbol español era el paso firme de un Granada recién ascendido y un Mirandés de Segunda en la Copa del Rey. La lesión de Rui Silva le ofreció ayer la oportunidad de estrenarse en este fútbol posconfinamiento, una opción para argumentar su reciente renovación, hasta 2023. Por si la tarea de demostrar que el futuro de la portería rojiblanca está asegurado no fuese lo suficientemente ardua, también tuvo que hacer frente a fuego amigo, aprovechado por un Eibar que, aunque en una posición cómoda, no rechaza los regalos.
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Se plantó bajo el larguero de Los Cármenes por primera vez en Liga, enlutado y tenso, que no nervioso, aunque una recepción en semifallo seguramente asustó a más de un hincha en su casa. Inui buscó un aliado en el área, pero su centro desde la izquierda tomó una curva peligrosa. No parecía tener problemas para recoger el esférico, pero se topó con el poste y el balón se le escurrió, a punto de cruzar la línea de gol. Fue el primer aviso sobre el arco rojiblanco, después de un par de intervenciones con los pies. Al siguiente, llegó el gol.
Lo marcó De Blasis, en carrera tras una falta de entendimiento entre Germán y Yangel Herrera. Encaró a Aarón con dos toques y empleó el tercero para, con sutileza, dibujar una elevada comba sobre la cabeza del guardameta. El valenciano apenas pudo estirar los brazos y seguir con la mirada el hipnótico movimiento de caída del balón.
Su equipo quedó sonado y él comenzó a sudar. Le probó De Blasis, tras una combinación entre los cuatro hombres de ataque del Eibar, pero repelió con firmeza el potente disparo del argentino. Logró alejar un par de cesiones comprometidas, retener un tímido puntapié de Kike García y respirar en un pase raso de Orellana que no encontró rematador en el área pequeña.
El valenciano no tuvo demasiado trabajo en el segundo acto. Inui le entregó un par de centros y Kike García marró una ocasión clarísima. Se resarció con un tiro ajustado al que no llegó la estirada de Aarón, vendido de nuevo por la zaga. El portero rechazó con el muslo lo que parecía ser el tercero, de nuevo firme ante De Blasis, y acabó colgando balones a Germán, de área a área.
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