El testimonio de la hija mayor, plagado de «emociones de dolor», ha sido una prueba relevante. IDEAL

«Vuelve ahora mismo o voy a matar a los niños y a la perra»

Un año de cárcel para un vecino de un pueblo de Granada que amenazó a su mujer con deshacerse de sus dos hijos menores, que se encerraron en el baño aterrorizados

Yenalia Huertas

Granada

Miércoles, 8 de septiembre 2021, 20:23

Un vecino de un pueblo de Granada ha sido condenado a doce meses de cárcel por amenazar a su mujer, que había salido a la ... calle, con matar a sus dos hijos y a la perra de la familia. Los menores, de 8 y 15 años, en cuanto escucharon aquella terrible frase que su papá había dicho por teléfono a su mamá, cogieron a su mascota y se encerraron en el baño (el único lugar de la casa que tenía pestillo). Ya dentro, pidieron ayuda por el móvil de la mayor y no salieron hasta que llegó la Guardia Civil.

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Los hechos se remontan al 6 de septiembre del año pasado. Ocurrieron en el domicilio familia y se desencadenaron después de que la esposa del procesado le dijera que iba a salir a la calle. La relación entre ambos estaba ya muy deteriorada por otros desencuentros de pareja (el último conflicto conyugal había ocurrido dos días antes).

En ese momento, el acusado espetó a su esposa que iba «como una puta» a enseñar sus pechos y sus partes íntimas. Poco después, sobre las 13.00 horas, como ella seguía fuera, el acusado la llamó por teléfono. Tras dos primeras llamadas, hubo una tercera desde el domicilio a su móvil, durante la que efectuó la horrible amenaza. Exactamente, según consta en una sentencia dictada por la Audiencia Provincial a la que ha tenido acceso IDEAL, «le dijo con el propósito de asustarla: 'Vuelve ahora mismo o mato a los niños y a la perra', lo que fue oído por los menores».

Los menores, presas del miedo, buscaron con su perrita refugio en el aseo, del que no salieron hasta que llegó la Guardia Civil

En ese instante fue cuando ambos, presas del miedo, buscaron con su perrita refugio en el aseo, del que no salieron hasta que irrumpieron en la vivienda los agentes de la Benemérita. Aquella advertencia provocó en la madre de los menores también «gran inquietud por la suerte de sus hijos».

Los guardias civiles acudieron a la vivienda tras ser alertados por una tía con la que contactó la hija mayor de la pareja, que también mandó mensajes de audio y escritos a su mamá. Esos mensajes que la niña envió a su progenitora durante el encierro en el baño han sido una prueba relevante para determinar la culpabilidad del acusado, al igual que los testimonios de madre e hija, «coincidentes en lo esencial», así como «extremadamente valiosos, creíbles y sinceros».

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Un especial valor ha otorgado la justicia a la declaración de la hija, por «las emociones de dolor» que transmitió al revivir aquella amarga experiencia; sintió miedo de verdad ante la posibilidad de que su padre les hiciera algo. Tanto es así que cuando los agentes llegaron y el padre les franqueó la entrada para que comprobaran que no pasaba nada, la niña abrió y se arrojó a los brazos de uno de ellos «presa del miedo y el llanto».

Se da la circunstancia de que el procesado, dos días antes de lo sucedido, había denunciado a su mujer por una supuesta agresión que se investiga en otra causa. Por eso, su defensa interpretaba que la madre y la menor podrían haber urdido plan contra él para que se tuviera que ir de la casa. Esta conjetura es rechazada completamente por el tribunal, que recuerda que la propia menor, estando encerrada, mandó un mensaje a su madre diciéndole que esa misma tarde se marcharían de la casa.

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Vejación

Para la Audiencia, este individuo cometió un delito de amenazas en el ámbito de la violencia sobre la mujer y otro leve de vejación por el insulto que le profirió. Por el primer ilícito, ratifica la pena de 12 meses de prisión que se había impuesto al hombre, que no podrá portar ni tener armas ni acercarse ni a su mujer ni a sus hijos en dos años. Tampoco podrá comunicarse con ella por ningún medio. Por el segundo, avala un castigo de ocho días de localización permanente y otros seis meses más de alejamiento de su familia.

La condena de este tipo se produjo el 22 de septiembre del año pasado, tras la celebración de un juicio en un juzgado de lo Penal de Granada (el número 5), y ha sido ratificada a principios de este año por la Audiencia Provincial, aunque no había trascendido hasta ahora. El tribunal rechazó el recurso de apelación que interpuso el acusado. Contra el fallo cabía recurso ante el Tribunal Supremo. El asunto fue tramitado como juicio rápido por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Granada. Entre otros motivos, el hombre, que pedía su libre absolución, alegaba una posible vulneración de su derecho a la presunción de inocencia, la cual ha sido descartada. E teléfono contra el maltrato es el 016.

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