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Gema de los Ríos (izquierda), en el homenaje en Granada a su marido y al otro policía fallecido. A. AGUILAR
La viuda del policía granadino asesinado en Kabul: «He recibido otro nuevo jarro de agua fría»

La viuda del policía granadino asesinado en Kabul: «He recibido otro nuevo jarro de agua fría»

Sopesa recurrir el sobreseimiento de la causa contra el embajador en Afganistán y su número dos tras el atentado que costó la vida a su marido y a otro agente más

JOSÉ R. VILLALBA | A. AGUILAR

GRANADA

Viernes, 8 de septiembre 2017, 01:56

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El sobreseimiento libre decretado ante la querella presentada por tentativa de homicidio contra los máximos responsables de la embajada española en Kabul (Afganistán) tras los atentados que acabaron con la vida del policía destinado en Granada Jorge García Tudela y su compañero Isidro Gabino el 11 de diciembre de 2015 ha sido recibida por la viuda de este policía con mucha decepción, aunque acatando el fallo judicial como no puede ser de otra manera. «Ha sido un nuevo jarro de agua fría de los muchos recibidos ya desde el atentado», apunta Gema de los Ríos.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, sostiene que los acusados en la denuncia, el embajador de España en Afganistán, Emilio Pérez de Ágreda, y su número dos Oriol Sola, no son quienes deberían haber velado por la seguridad de la embajada, sino que debería haber sido el Estado. Por ello decreta el sobreseimiento libre de la causa contra los dos diplomáticos españoles.

La investigación judicial fue impulsada tras la querella presentada en abril de 2016 por la esposa del difunto policía. La embajada de España en Kabul estaba advertida a través de distintos informes policiales de que carecía de las medidas de seguridad indispensables.

La sede diplomática tenía informes de las carencias en seguridad que padecía

El primer auto judicial sobre este caso emitido por el juez Santiago Pedraz recogía los principales argumentos de la denuncia: «La embajada de España en Afganistán se construyó en el año 2008. La custodia de la sede diplomática, en aquel entonces, corrió a cargo de los Grupos Especiales de Operaciones (GEO), por su ubicación en una zona de alto riesgo y de conflicto. Ya en sus inicios empezaron a comunicarse al embajador y al Ministerio de Asuntos Exteriores las carencias en materia de seguridad. En los años 2012-2013 se sustituyó la vigilancia y protección de los GEO por funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, y aumentaron los informes sobre ausencia de seguridad y riesgo para las vidas de los allí destinados; informes que se comunicaban al embajador y éste, al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación».

Se trataba de instalaciones deficientes para el lugar donde se encontraba (garitas de paja, ventanas de plástico y puertas de madera).

«Ahora estamos barajando si recurrir en sobreseimiento de la causa o quedarnos solo en la vía civil con otro procedimiento que tenemos abierto. No sabemos aún qué hacer», señala la viuda de este policía que estuvo destinado en Granada durante once años.

«Yo esperaba ya cualquier cosa por eso no me ha cogido de sorpresa, aunque sí me ha decepcionado. Y lo ha hecho porque lo veíamos tan claro el que allí no había seguridad, pese a los reiterados informes emitidos advirtiéndolo. Hasta que ocurrió lo peor», advierte esta viuda que ahora lucha en el día a día por sacar adelante a sus dos hijos. «Cada día es más difícil superar esta pérdida, sobre todo, ellos -los dos menores- que van creciendo y cada vez notan más ese vacío dejado por la ausencia de su padre».

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