Ver fotos

Una manifestante grita durante la movilización. FERMÍN RODRIGUEZ

Nada pudo silenciar los tambores

Ni la lluvia, ni el frío, ni el ataque de un perturbado armado con una navaja pararon el 25-N

Lunes, 25 de noviembre 2019

Publicidad

Fue una anécdota, pero una anécdota espeluznante. El agresor, al parecer, no estaba en sus cabales. Pero que un hombre armado con una navaja irrumpa ... en una manifestación contra la violencia machista explica mejor que cualquier lema por qué miles de mujeres volvieron a echarse a la calle en Granada en un nuevo 25- masivo y festivo..., a pesar de los pesares.

Por fortuna, el incidente se quedó en un susto. Nadie resultó herido. Fue tan rápido que no dio tiempo a que prendiera el pánico. Ocurrió alrededor de las ocho de la noche, cuando la marcha feminista se acercaba hacia el final de la Gran Vía para luego tomar la calle Reyes Católicos y descender hasta el Paseo del Salón, el lugar fijado para la conclusión.

En esos momentos, más de seis mil personas, en su mayoría mujeres jóvenes –incluso adolescentes–, caminaban por el asfalto mojado del corazón de la capital granadina. La lluvia, que cayó tímidamente durante buena parte del recorrido, había templado la temperatura ambiente: unos 13 grados. Frío, pero menos. Nada hacía presagiar lo que estaba a punto de suceder. Un individuo que empuñaba una navaja salió al paso de la batucada que abría la protesta. Según declaró una de las componentes de la banda que vivió el incidente en primera persona, el atacante logró rajar dos tambores antes de que las propias integrantes de Bembe, que así se llama la agrupación, se echaran sobre él para inmovilizarlo. «Lo redujimos nosotras. La Policía tardó un par de minutos en llegar y se lo llevaron detenido», explicó la testigo todavía un tanto conmocionada por lo ocurrido. «Es una persona conocida. Un indigente. Vive en la calle», añadió.

Efectivamente, el sospechoso sufre, presumiblemente, un trastorno mental que, al parecer, se vio agravado por el consumo de alcohol. «Decía cosas incoherentes», detalló otra de las personas que presenció el suceso.

Publicidad

Un ciudadano que pasaba por la zona increpó a los reporteros gráficos que habían grabado la escena, lo que añadió aún más confusión. En este sentido, los agentes de la Policía Nacional que velaban por el buen desarrollo del manifestación volvieron a intervenir para pedir al hombre que depusiera su actitud.

Ver fotos

Galería. Miles de personas se movilizan en Granada contra la violencia de género. F. R.

Tras esa ráfaga de acontecimientos, la marcha prosiguió su camino. Las mujeres encajaron el sobresalto con temple y enseguida pareció como si no hubiese pasado nada.

Publicidad

A pesar de la lluvia, el frío y el susto de la navaja, los tambores siguieron sonando con idéntica fuerza. De hecho, en cuanto la noticia de la agresión comenzó a llegar a los teléfonos móviles de los participantes en la protesta, la batucada era aclamada cada vez con más calor. Es verdad que la manifestación del 25-N no fue tan multitudinaria como en ocasiones anteriores, pero es que el tiempo no era el más propicio para echarse a las calles.

Ver fotos

Galería. Los carteles de la movilización. PEPE MARÍN

A las siete de la tarde, la hora fijada para el inicio de la marcha, apenas unas mil personas se agolpaban frente al edificio de La Normal. La sombra de un 'pinchazo' revoloteaba por las inmediaciones del Triunfo. Un ligero sirimiri, valga la redundancia, lo empapaba todo. Un grupo de jóvenes hizo una representación en la que reinvidicaron su parentesco ideológico con las brujas que ardieron en las hogueras en el pasado.

Publicidad

Instantes después, las integrantes de Bembe dieron la salida con un redoble portentoso. El sirimiri ya había adquirido galones de lluvia, pero el gentío no dejaba de aumentar. Mil personas, dos mil, tres mil, cuatro mil y, antes de alcanzar el ecuador de la Gran Vía, ya eran cinco mil. Al llegar al inicio de Reyes Católicos, la cifra de asistentes superaba los seis mil.

Vista general de la manifestación. FERMÍN RODRÍGUEZ

En la pancarta que abría la manifestación se podía leer: «Contra la violencia machista institucional. Protección para Juana y sus hijos», en alusión a la vecina de Maracena condenada a cinco años de cárcel por negarse a entregar a su expareja a los dos niños que tuvieron en común. La elección del lema no fue bien recibida por algunos grupos feministas, lo que generó una breve polémica en las horas previas al 25N.

Publicidad

En algunos momentos, las mujeres que portaban la citada pancarta gritaron: «¡Justicia para Juana!», pero no fue la consigna más coreada por el resto de las manifestantes. Juana Rivas no estuvo en la protesta, pero sí Paqui Granados, que fue su asesora legal.

Las hermanas Mirabal

Los eslóganes que se impusieron fueron «¡No es no y lo demás es violación!»; «¡Sola, borracha, quiero llegar a casa!»; «¡Mujer, si no luchas, nadie te escucha!» o «¡Machista muerto, abono 'pa' mi huerto!». Numerosos jóvenes también mostraban carteles que decían: «Sexo con sentido».

Noticia Patrocinada

Las manifestantes también comentaban, entre admiradas y orgullosas, la «valentía» de Nadia Otmani, la mujer que quedó parapléjica tras ser tiroteada por su cuñado cuando este pretendía matar a su mujer (la hermana de Nadia), y que ayer afeó al ultraderechista Javier Ortega Smith su discurso negacionista de la violencia de género. «Una mujer que iba en silla de ruedas le ha puesto firme al tipo ese de Madrid».

Nadia es una de las portadoras de la memoria de las tres hermanas Mirabal, que fueron asesinadas a garrotazos por esbirros del temible dictador dominicano Leónidas Trujillo el 25 de noviembre de 1960. En honor a esas tres mujeres se conmemora cada año en esa fecha el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1999, a propuesta de la República Dominicana y con el apoyo de 60 países.

Publicidad

Los tambores siguen sonando por ellas.

La última hora de Granada

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad