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«Nuestra vida ha cambiado: gracias a la plaza en las oposiciones podemos plantearnos nuevas metas»

«Nuestra vida ha cambiado: gracias a la plaza en las oposiciones podemos plantearnos nuevas metas»

Hablamos con alumnos de Tecnoszubia que han sacado plaza en las últimas oposiciones de maestros en Andalucía. Son 247 los aspirantes con plaza en esta convocatoria que se han preparado allí, el 11% de todas las plazas de la comunidad

Martes, 27 de septiembre 2022, 00:53

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En tiempos de crisis y precariedad laboral, sus historias representan un rayo de luz. Son los relatos de los alumnos de Tecnoszubia historias llenas de vocación, de ganas de crecer personal y profesionalmente; ejemplos que nos muestran cómo reinventarse para adaptarse al mercado laboral actual y a las oportunidades que ofrece. Porque, aunque a veces nos quedemos paralizados, hay opciones que nos permiten optar a un trabajo para toda la vida: en 2023 y 2024 se celebrarán convocatorias por todo el país de varios cuerpos con miles de plazas en juego.

Llegan años históricos para el empleo público y en Tecnoszubia ya están preparando a centenares de aspirantes para conseguir una de estas plazas. Convertidos en referencia, sus números de aprobados son demoledores. Apunta: en septiembre comenzó la preparación de las oposiciones de Correos, Maestros, Profesores, Administrativos o Servicio Andaluz de Salud.

«Hay muchas preocupaciones que ya no voy a tener»

Hay, tras lo que cuenta Alberto López, nuevo maestro con plaza por la especialidad de Educación Musical, un ejemplo de sacrificio y una historia de pasión por la enseñanza. «Empecé a prepararme en 2015; mis primeras oposiciones fueron en 2017. En ese tiempo estuve actualizándome en cuanto a la normativa o los procesos metodológicos y puedo decir que he aprendido muchísimo, principalmente gracias a Tecnoszubia. Ellos me han ayudado a madurar todo lo que yo tenía dentro de mí, todo lo que, profesionalmente, necesitaba sacar adelante». Ahora vislumbra, por fin, una nueva vida: «Tengo que hacerme aun a la idea; poco a poco lo voy asimilando. Me va a cambiar la vida. Hay muchas preocupaciones que tenía que ya no voy a tener, puedo plantearme, por fin, otras metas».

Gracias al 9,53 que ha sacado, Alberto puede decir que ha rozado la excelencia. No ha sido casualidad, cuenta, tras años duros de preparación: «He estado trabajando de Interino en un Conservatorio. Todas las mañanas, antes de ir a trabajar, me iba a la biblioteca del pueblo y allí pasaba 5 o 6 horas estudiando y haciendo programaciones. Cuando terminaba de trabajar aprovechaba la poca energía que me quedaba y volvía a la carga».

Un tesón que se ha visto potenciado por el papel de la academia. «Entre otras cosas, me han ayudado con el ánimo que me han dado. Recuerdo los días previos a la segunda parte de la prueba. Se hacen muy difíciles, aunque vayas bien preparado, así que siempre necesitas ese punto de vista externo que te valore, que te permita conocer tus errores», explica.

«Mi vida y la de mi pareja ha cambiado»

Tuvo un hijo y se mudó con su pareja mientras opositaba; para Patricia Navarro, con plaza por la especialidad de Pedagogía Terapéutica, las oposiciones han sido un reto más en medio de años de transformación personal y profesional. Lo cuenta ella: «Ahora se me viene a la cabeza todo el esfuerzo que hemos hecho. Mi vida y la de mi pareja ha cambiado mucho en tres años. Tener que llevar tantas cosas para adelante ha sido difícil, pero, por otra parte, es bonito ver cómo vas obteniendo recompensas poco a poco».

Radiante, pero con la necesidad de respirar y comenzar a recoger los frutos de lo que ha conseguido, Patricia Navarro no duda a la hora de señalar a sus preparadores como responsables, en cierta medida, de su plaza en las oposiciones de maestros: «En mi caso ha sido fundamental la seguridad que me han ofrecido; respecto a los materiales, pero también con respecto al proceso emocional. Ellas, mis preparadoras, me ayudaban a encauzarme. Me devolvían a la tierra y me ayudaban a no perderme en el miedo, que es algo que en este proceso te puede paralizar».

«Opositar sin academia debe de ser doblemente complicado»

Ania Pérez ya es maestra de Inglés con plaza gracias al 9,6 que ha sacado en las últimas oposiciones de maestros. Se enteró del resultado por su pareja: «Estaba de vacaciones; mi pareja, que se encontraba en Granada, fue a la sede y se enteró de que sí, de que tenía plaza. ¡En las listas estaba mi nombre!».

Lo celebra, ahora, tras un año duro de preparación: «Lo más importante, sobre todo en los momentos duros, es saber tomarte momentos de descanso y apoyarte en gente que te acompaña de verdad, que está en el proceso o lo ha pasado anteriormente; te saben decir que pares, que descanses…para recargar las pilas y seguir», subraya.

Ese acompañamiento por parte de profesionales con experiencia lo encontró en Tecnoszubia. «Ellos te facilitan el proceso; te dan los temas, casos prácticos, exposiciones. Y el contacto con tu preparador, una persona que sabe por lo que estás pasando, te tranquiliza mucho. Hacerlo solo debe de ser el doble de complicado».

«Ha sido un año invertido y la inversión ha salido bien»

Terminó la fase más dura de la pandemia y a Elena Puertas, con plaza como maestra de Audición y Lenguaje, le esperaba otro proceso igual de complicado. «Venía de un año de pandemia, donde no había vida. Y este año, cuando todo se abrió, pensé: tengo que volver a dejar todo para dedicarme a las oposiciones. Soy una persona que le gusta salir, que le gusta estar con su familia y amigos y he tenido que sacrificarlo. Es un año invertido, pero la inversión ha salido bien».

Elena Puertas, como sus compañeros con plaza, tiene ahora un puesto asegurado de trabajo para siempre. Lo ha conseguido, también, gracias al esfuerzo y a dejarse acompañar en el proceso. «Empecé a prepararme en 2019. Estaba trabajando en un colegio concertado, muy a gusto, pero no son las mismas condiciones laborales. Comencé a compaginar el estudio con el trabajo; la primera convocatoria la aprobé sin plaza. Cuando volvió a salir la convocatoria me encerré con el objetivo de conseguirla, era la mía».

Para concluir, recuerda a su preparadora de Audición y Lenguaje como un punto de apoyo imprescindible -«Era como parte de mi familia: una persona paciente, motivante, que siempre tenía palabras alentadoras», afirma- y lanza un consejo a los que todavía no han conseguido plaza: «Cada uno tenemos unas circunstancias y no podemos estar mirando si el compañero ha estudiado más o menos; tenemos que centrarnos en lo nuestro e ir a lo mejor».

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