Venden en Nueva York una valiosa talla de un convento cerrado del Realejo
Los vecinos lamentan la pérdida de la escultura, que estaba en la iglesia de Los Ángeles, y se quejan de la fuga del patrimonio granadino
En el Realejo están dolidos y lo han sentido como una pérdida casi personal. Se trata de la puesta a la venta en Nueva York ... de la escultura de una santa de gran valor que ha escrito la historia del barrio desde su hornacina en la iglesia del convento de Los Ángeles.
Santa Margarita de Cortona, del reconocido escultor del barroco José de Mora, ha viajado desde el Realejo a la Gran Manzana de la mano de una galería de arte de Madrid, y los vecinos están apenados porque recuerdan la presencia de esta imagen en la iglesia del barrio que ya cerró. «La gente conocía esta escultura y tenían fotos de ella. La pérdida de este patrimonio supone que la esencia del barrio vaya diluyéndose. Además, es un daño para la ciudad de Granada», explica Alejandro Corral, presidente de la asociación de vecinos de este barrio, especialmente sensibilizado con el arte, que conoció la información por el Departamento de Historia del Arte de la UGR.
La iglesia conventual de Nuestra Señora de los Ángeles del Realejo, conocido popularmente como convento de las Vistillas, cerró a principios de 2018. Tanto las religiosas –Franciscanas Clarisas– como los bienes y objetos se traspasaron a los conventos del Santo Ángel Custodio y la Encarnación.
El presidente de la asociación de vecinos del Realejo se indigna al pensar en cómo ha podido acabar la imagen de Santa Margarita de Cortona en una feria de arte en Nueva York en lugar de formar parte del patrimonio de Granada. «Me consta que el convento del Ángel Custodio vendió parte de sus bienes al Museo de Bellas Artes, donde deberían acabar todas estas imágenes que tienen además un valor sentimental, como ésta para el barrio», apunta Alejandro Corral. También lo han lamentado desde la plataforma ciudadana SOS Granada que hablan directamente de «expolio» y lo suman a lo que ha ocurrido en el resto de conventos que han cerrado en el Albaicín.
El problema es que el patrimonio de los conventos no está inventariado y no existe un control sobre la riqueza artística que en ellos se escondía ni qué ha sido de esas imágenes. «Las administraciones deberían conocer ese patrimonio y buscar soluciones intermedias, como pagar por ellas en especie, o en cambios que les interesen a los propietarios de estas obras de arte», sugiere Alejandro Corral, que añade que las instituciones deberían estar pendientes de los bienes de los conventos que se cierran.
Corral señala que, además, se imagina que, «por desgracia», algún intermediario es «el que hace el negocio» con estas imágenes que llegan a las galerías de arte en lugar de quedarse en la ciudad, en este caso también del artista, que era granadino.
Santa Margarita de Cortona, que estaba en la iglesia del convento de las Vistillas, junto con otras imágenes de gran valor, aparece en el catálogo de la galería de arte de Madrid Nicolás Cortes. La escultura granadina se encuentra entre la lista de obras que este centro artístico ha llevado a la feria de arte de Nueva York Tefaf, que tuvo lugar a principios de noviembre y donde las obras de arte son puestas a la venta.
Esta misma galería vendió en 2016 otra imagen similar –atribuida a José y Diego de Mora– al Museo de Birmingham. La escultura representa a una mujer meditando con una cruz en la mano y es de José de Mora, que nació en Baza y que llegó a ser nombrado escultor de cámara de Carlos II.
Cuando el convenio de Las Vistillas cerró, la asociación Granada Histórica y Cultural denunció que en este caso del convento Los Ángeles se había hecho mal desde el principio. Aunque no está declarado como Bien de Interés Cultural, el inmueble tiene protección, por lo que debía disponer, dijeron, de un catalogo para la consulta administrativa. Las entidades culturales señalan otros casos de venta, traslado y dispersión de obras de arte en Granada, como el intento de enajenación del órgano del convento Santa Catalina de Siena, el traslado de un altar de Extremadura al convento de las Carmelitas de San José o el desmantelamiento de la Piedad y San Gregorio Bético.
Ahora, pasará a esta lista la pérdida de Santa Margarita de Cortona, a la que los vecinos del Realejo le tenían especial cariño y la visitaban en la iglesia del convento de Los Ángeles, según cuenta el presidente de los vecinos, Alejandro Corral, que espera que no se repitan estas pérdidas de patrimonio.
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