Diez años cerrada

La UGR desbloquea la obra de la piscina de Fuentenueva

Sin embargo, el cierre no ha durado unos meses, sino más de diez años. Desde entonces se ha escrito y dicho mucho sobre los modos de financiación, el dinero que sería necesario y cómo se financiarían esas obras. La piscina de Fuentenueva no era utilizada solo por la comunidad universitaria, que podía acceder a ella a precios muy asequibles, sino que también estaba abierta al resto de la ciudadanía.

Por fin, en marzo de 2023, la Universidad tiene el dinero comprometido para recuperar la piscina. La rúbrica y el anuncio están previstos para comienzos de la próxima semana, según ha podido saber este periódico. Serán más de tres millones de euros, según los cálculos que siempre ha comunicado la institución.

En los últimos años, la Universidad había negociado con la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda de la Junta de Andalucía para que el dinero que aportaría la administración autonómica por la compensación del paso del metro por el campus de Fuentenueva fuera para esta instalación. En un principio se había proyectado parte del montante de esa compensación para un parking al lado de las pistas donde estaba el Centro de Actividades Deportivas.

En noviembre de 2022, la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, explicó que estaban trabajando para que fuera posible. Se apuntó a que era necesario superar algunos temas jurídicos y, tal como ha conocido este periódico, ya están resueltos. La semana que viene se procederá al acuerdo (acto institucional) y se pondrá la primera piedra para que la piscina vuelva a funcionar en los paseíllos universitarios.

En todos estos años de cierre han crecido las hierbas y el deterioro de las gradas y todas las instalaciones se ha acelerado. Aunque nunca ha estado en el olvido ni de la comunidad universitaria ni de los vecinos de Granada, al ser la única piscina olímpica y un oasis en el que refrescarse y pasarlo bien en plena ciudad.

Las actuaciones en la piscina de los paseíllos universitarios se deben centrar, según se ha especificado en estos años, en terminar con las filtraciones del vaso, que perdía agua; mejoras en la depuradora y climatización; remodelación de los vestuarios; y obras en las cubiertas. El proyecto contempla todas las actualizaciones y adaptaciones normativas de una piscina olímpica, según lo solicitado en los últimos años por la Universidad.

Hace un lustro, cuando ya llevaba unos años sin funcionar, se explicaba que la intención de la institución universitaria granadina era que esta infraestructura pudiera estar abierta y en servicio los 365 días del año, es decir, adecuar la infraestructura a las exigencias del verano y del invierno. Las goteras y demás desperfectos aparecieron en una época de crisis en la que las obras habían pasado a un segundo plano y en donde la UGR ha ido acometiendo solo las urgencias.

«Una piscina olímpica en el centro de la ciudad y lleva cinco años cerrada. Es una verdadera lástima. Entiendo que hay otras cosas importantes, pero le pido que no la deje en el olvido». Fue la intervención de un claustral en 2018. Después llegaron más peticiones y declaraciones de autoridades universitarias y políticas. Por fin, la reapertura de la instalación se ve más cerca.