La 'trastienda' de la Gran Recogida

Una nave para el bruto, otra para clasificación y otra para el almacenamiento. Un engranaje impulsado por cientos de personas que se han presentado voluntarias para poner un poco de cordura en este 'jaleo'. Han querido colaborar distintas asociaciones y empresas, internos de la cárcel de Albolote o colegios como el de Monaita-Mulhacén. Las 54 chicas de éste colegio han dejado con la boca abierta a los voluntarios que gestionan toda la recogida. Una imagen, la del pasado viernes por la mañana, que se presentaba desde la puerta de la nave como una anarquía absoluta, en su interior se convertía en un estructurado entramado de: «¿Dónde va esto?», «Ayúdame con ésta caja» o «Ya hemos cerrado cinco».

García contaba orgulloso la experiencia con las chicas y la entrega con la que trabajaban, «Ha sido un turno de cuatro horas que ha cerrado dos palé pero que si les dejan un rato más, clasifican toda la recogida»

No es la primera vez que esta escuela participa en la iniciativa y una de sus profesoras explicó: «A veces se nos olvida que estas niñas están desando ayudar y sólo hace falta pedírselo para que digan que sí sin pensarlo».

Las chicas, por su parte, aseguraban que si el año que viene se repite la iniciativa, volverán a presentarse voluntarias.

«Al principio todo era un caos, la primera caja que nos han puesto tenía de todo, pero cuando hemos empezado a clasificar, ha resultado ser bastante fácil», explicaban las estudiantes satisfechas.

Además de los cientos de kilos que se repartirán en diferentes asociaciones y comedores sociales, se han recaudado cerca de 1.500 kilos de productos perecederos.

Turrones, polvorones, rocas, chocolates, y demás típicos productos navideños, se repartirán estas navidades a las familias más necesitadas. «Parece que la gente se piensa que las personas que pasan hambre sólo se alimentan de legumbres y arroz», anotaba García y destacaba que nunca viene mal un poco de dulzura en los menús y sobre todo en estas fechas tan gastronómicas.

Serán 200 asociaciones de toda la provincia las beneficiarias de estas cajas navideñas que hubo que colocar en los supermercados que participaron en la Gran Recogida ante las donaciones de comida perecedera que se iban encontrando.

Enero y febrero, dicen, son los meses más duros en los comedores sociales.

«Hay un pensamiento que parece estar muy extendido y que hace pensar que la gente sólo pasa hambre en Navidad, pero no es así», destaca García. Dice que el nivel de donaciones aumenta en las épocas conocidas como 'más solidarias', entre las que se encuentra la Navidad, pero que hay que pensar que la gente que acude a pedir ayuda a las oenegés no desaparece con los Reyes Magos.

La falta de visibilidad por la falta de campañas o llamamientos solidarios empaña la concienciación de los ciudadanos a la hora de donar, pero las grandes marcas de supermercados siguen con esta tarea. Donan grandes cantidades de comida que, incluso, desde la asociación se elige el momento en el que se prefiere recibir.

«Con la recaudación de leche que tenemos ahora mismo solemos aguantar hasta marzo o abril pero este año va a ser complicado llegar porque la leche viene con una fecha de caducidad muy temprana, para febrero», aclara García.

Asimismo, García cuenta que la afluencia de gente en estos comedores no ha disminuido después de la crisis pero que han agrupado a estos grupos para poder distribuir mejor la ayuda.