«Tras la cuarentena, se nos olvidó cómo hablar con un camarero o con un desconocido»

En esta entrevista coral recuerdan su confinamiento, una medida que, aunque parezca increíble, les ha dejado sin habla. «No lo hemos llevado demasiado mal. Pero algunos hemos notado que nos ha afectado a nuestra capacidad de socializar. Se nos olvidó cómo hablar con un desconocido o con un camarero. Después de la cuarentena, no teníamos ni idea de cómo hacerlo. Ya los que antes ya les costaba salir a la calle, pues ahora más. Estar en la calle nos ponía nerviosos», explican las secuelas del enclaustramiento.

En cambio, en sus casas, su locuacidad no se resintió durante el encierro obligado. Ahora tienen la palabra.

–¿Sobre qué y con quién debatieron durante la fase dura del confinamiento?

–Varios hemos debatido con nuestros padres, porque, en algún caso, tenemos ideas políticas muy diferentes. Y lo que hemos aprendido en el curso nos ha ayudado a que se callen, ja, ja, ja. No nos daban la razón, pero se cansaban y se iban. En general, hemos seguido debatiendo porque debatir es ya para nosotros un modo de vivir. Hemos debatido un montón.

–¿De dónde viene su afición por el debate?

–El año pasado, en Filosofía, hicimos debates en cada clase y ahí nos enganchamos.

–¿Cómo fomenta la filosofía el debate o es que han visto la serie 'Merlí'?

–(Sonríen por lo de 'Merlí') Es que nos enseñaron qué son las falacias y a argumentar... El tema era las apariencias y la realidad.

–¿Qué es una falacia?

–Argumentos sin base, cosas que usas para defenderte que no tienen sentido. Por ejemplo, intentar defender tu posición atacando a la otra persona. El 'y tú más'.

–¿Se apuntaron al taller de debate porque no tenían teléfonos móviles y no les quedaba más remedio que hablar?

–Todos tenemos móviles, pero hablamos entre nosotros. Si un compañero viene y nos dice algo no vamos a mandarle un wasap.

–¿Nunca les han dicho que en boca cerrada no entran moscas?

–Sí.

–¿Y aún así se arriesgan a hablar y a debatir?

–Es mejor hablar que callar.

–¿Y qué les parece eso de que por la boca muere el pez?

–Ja, ja, ja, nunca hemos entendido muy bien ese refrán. Estamos en una clase que hablamos bastante de muchos temas, sean de política o de lo que sea... Además, los profesores siempre nos han animado a dar nuestra opinión. Cuando hay un tema de actualidad, venimos aquí y lo comentamos.

–¿Cómo hacen para no usar la dichosa muletilla 'en plan' durante los debates? Tiene que ser un sufrimiento, ¿o no es para tanto?

–Ja, ja, ja. Es que los profesores nos repiten mucho que no tenemos que usarla. Ya tenemos aprendido que no hay que decirlo. Pero era dentro del instituto, cuando salimos y estamos entre colegas, lo decimos muchísimo.

–¿Qué planteamiento les tocó defender en el concurso que ganaron?

–A favor y en contra de si de debían censurar los eventos deportivos que organizan países que no respetan los derechos humanos.

–¿Qué posición fue más difícil de apoyar?

–La de defender la celebración de los eventos deportivos. Éramos más partidarios de que los países no participen.

–¿Como llevan lo de defender una cosa y al momento siguiente la contraria?

–Acabamos un poco liados. Al final, estábamos muy pérdidos.

–Pues eso lo hacen mucho los políticos y se quedan tan panchos, lo vemos a diario y más ahora con la pandemia.

–Bueno, nosotros partimos de que estamos actuando, por decirlo de alguna manera. En los debates defendemos cosas en las que no creemos, no como los políticos, que se supone que defienden lo que creen. Eso esperamos, ja, ja, ja.

–¿Piensan dedicarse a la política?

–No nos interesa. La política es complicada. No llegan a ningún punto

–¿Qué político español debate mejor?

–En general, los debates políticos en España son infantiles. Hay que guardar unas formas. Gritan y se interrumpen. Nosotros no interrumpimos. Levantamos la mano con respeto para pedir la palabra. No entendemos que a los tertulianos de 'Sálvame' se les exija lo que no pedimos a los políticos.

–¿Cómo argumentarían que el cambio climático es un cuento chino?

–Es difícil. Un argumento bueno sería decir que siempre ha habido cambios climáticos. Lo difícil es afirmar que este cambio climático no los estamos produciendo o acelerando nosotros porque es algo que está científicamente probado. Quien lo dice lo hace sin evidencias o tapando las evidencias.

–¿Y que la violencia machista no es para tanto?

–Eso es imposible de defender. Es muy fácil desmontar ese tipo de argumentos.

–¿Cómo ven el fenómeno de las noticias falsas, que ya es una pandemia mundial?

–Hay que tener criterio para elegir las fuentes de información. Unas son más fiables que otras. Los periódicos tienen más fiabilidad que las redes sociales. Aunque también hay algunos que mienten.

–¿Cómo fueron los exámenes de la asignatura 'Taller de debate'?

–Había que debatir. También teníamos que vendernos. La profesora trajo una bolsa de chuches y teníamos que convencer a los demás de que éramos los que más merecíamos esas chuches. Ganó Luca porque dijo que si le votábamos iba repartir las chuches entre todos, ja, ja, ja. Ylo hizo. Víctor, en cambio, dijo que se iba a quedar con todas las chuches porque se lo merecía por haber sacado un nueve de media, ja, ja, ja. Todo esto te sirve para aprender a hablar en público, reconocer tus errores, etc

–También han dicho que, durante el confinamiento, sometieron dialécticamente a sus padres...

–Bueno, pero al final te dicen: 'Esto es es así porque soy tu madre y ya está', ja, ja, ja.

–Una buena evidencia.

–Pues sí, ja, ja, ja.

–¿Hablando se entiende la gente?

–Sí... y escuchando. Una de las cosas que se valoraba en el torneo de debate era llegar a acercar posturas.