Muere Tico Medina a los 86 años

Escolástico Medina García, Tico Medina, casado y padre de cuatro hijos, ha muerto en su casa de Madrid a los 86 años, de ellos más de 70 dedicados al periodismo activo en numerosos medios de radio, prensa y televisión, entre los que figura IDEAL, periódico en el que ha mantenido cada domingo hasta que las fuerzas le han acompañado su página de 'Crónicas Granadinas'. El periodista arrastró durante los últimos años «una mala salud de hierro» debido a un ictus y a una dolorosa dolencia crónica.

Nació el 11 de septiembre de 1934 en Píñar, una pequeña población agrícola de la comarca de los Montes en la que una calle lleva su nombre.

En su familia no hay tradición periodística, pero la necesidad de contar cosas lo llevaba en la sangre desde niño porque en su casa «veía y tocaba periódicos». A los 7 años empezó sus estudios en los Maristas de Granada, y ya entonces comenzó a escribir guiones de radio, y a colaborar en la revista de la 'Academia Isidoriana'.

Cuando acabó su primer ciclo de formación se trasladó a Madrid con la idea fija de convertirse en periodista. Se matriculó en la entonces Escuela de Periodismo pero se pasaba más tiempo en las redacciones de periódicos y radios ofreciendo colaboraciones que en la clases. Su carrera profesional arrancó en 1950 en la revista 'Careta' y desde ahí ya no pararía como profesional que se abrió paso en programas míticos de la radio como 'Cabalgata', con Boby Deglané, en los periódicos Informaciones, Pueblo y ABC, en la revista Hola y sobre todo en televisión, a partir de 1952, como pionero de TVE en los estudios del Paseo de la Habana con el programa 'La pequeña historia de hoy', que fue el primero de una docena de formatos en los que ejerció de reportero, director y presentador, entre ellos '300 millones'.

Afable, divertido, socarrón, inteligente, curioso, siempre intencionado pero nunca de 'bisturí afilado' porque defendía el respeto por encima de todo, llegó a tatuarse un barco para escribir un reportaje sobre tatuajes, y a probar LSD para hacerlo sobre las drogas.

Todo es la vida del periodista granadino son datos extraordinarios. Lo son las más de 30.000 entrevistas a los grandes personajes del siglo XX y XXI de las que recuerda en especial la del Che Guevara o Pablo VI, y lamenta que no llegase a tiempo para Rita Hay- worth, a la que vio agonizar tras una puerta.

Acumula además una veintena de libros publicados con biografías autorizadas o no de Julio Iglesias –de la que vendió casi un millón de ejemplares–, Lola Flores, Manolete o Manuel Benítez 'El Cordobés'; y la experiencia irrepetible de tratar y conocer a líderes mundiales como Castro, Indira Ghandi, la madre Teresa de Calcuta o Nixon, la multitud de medios de comunicación y programas por los que ha pasado, o el número de países que ha conocido para sacar historias preguntando «entre palacios y establos», aunque curiosamente, como reveló en una entrevista, al tipo más sabio que entrevistó lo encontró en la calle, en la isla de La Graciosa. «Me acerqué a un pescador y le pregunté si allí moría mucha gente y me dijo: 'aquí se mueren todos, como en todos sitios'».

Así se entiende que solo en Google el nombre de Tico Medina aparezca ligado a 2.330.000 referencias, que da idea también de la proyección del periodista fuera de España, sobre todo en los países de Hispanoamérica, donde fue nombrado corresponsal para TVE en México en 1977 para cubrir todo el área de Centroamérica. De regreso a España pasó por la dirección del diario La Voz de Albacete, puesto que abandonó pronto, y en 1989 regresó a América como corresponsal de ABC, periódico en el que ha desarrollado buena parte de su carrera profesional y en el que además fue jefe de reporteros. Su profundo conocimiento de la realidad social, económica y política de los países latinos le ha mantenido siempre cerca de Hispanoamérica como una referencia constante en su actividad profesional.

Sería difícil entender el periodismo de las últimas décadas sin Tico Medina y las múltiples facetas que ha desempeñado, aunque quizás donde más cómodo se ha sentido ha sido como reportero, que es también donde su labor ha brillado siempre con la intensidad de los pocos que son elegidos como auténticos maestros para hacerlo todo y todo bien.

El escritor americano Ernest Hemingway lo describió como «el periodista capaz de hacer de la pequeña noticia la gran noticia». Y eso hacía el formidable Tico, porque eso era lo más difícil y no todo el mundo sabía ni podía encontrar la grandeza de una historia en los pequeños detalles.

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