«Hay socorristas que si saltan a por un niño hay que ir a rescatar a los dos»
Verano Ideal | Al sol ·
Entrevista a Oscar López, socorristaeduardo sanz
Viernes, 2 de agosto 2019, 12:13
Oscar López es un joven socorrista de 22 años. Oriundo de Otura, Granada, ha dedicado toda su vida al deporte. Antes de realizarle la entrevista ... pone una condición: pasase lo que pasase, no iba a dejar de mirar la piscina. Durante la hora de entrevista, Óscar responde a todo, posa para las fotos e incluso bromea con los bañistas; pero siempre atento a la piscina.
–¿Por qué te hiciste socorrista? ¿Fue difícil sacarte la licencia?
–Siempre me ha gustado la natación y todo lo relacionado con el agua, por lo que el socorrismo me acabó llamando la atención. Salvo a la licencia, fue como comer pan.
–¿Hay mucha demanda de socorristas?
–Sí, pero en estas fechas del verano ya menos, aunque siempre hay muchísimas solicitudes para los parques acuáticos, playas y piscinas. Por desgracia, aun así, la mayoría de veces no están bien pagadas
–¿Sigue habiendo demanda durante el invierno?
–En invierno también, principalmente para piscinas climatizadas. Pero que vamos, la lluvia es lo de menos porque de todas formas, durante el verano, a menos que haya una tormenta eléctrica, yo tengo que abrir y quedarme vigilando como cualquier otro día.
–¿Hay algo mas que tengas que hacer al margen de vigilar?
–La principal labor es velar por la seguridad del bañista, otra cosa es que nosotros también nos encarguemos de la limpieza básica de la piscina, pero eso no significa que a diferencia de lo que la gente cree, seamos de mantenimiento.
–¿Has tenido que intervenir ante alguna situación grave?
–En esta piscina no he tenido problemas especialmente serios, pero por ejemplo tuve un susto con un niño que haciendo la voltereta en el agua con un flotador se quedó atascado a la mitad. Aparte de eso, lo más grave fue tener que realizar la maniobra de reanimación a un vecino, pero nada más.
–¿Fue por meterse en el agua antes hacer la digestión como se suele decir? ¿O es un mito?
–En cierta parte lo es, porque el corte de digestión no se produce por la propia digestión, sino por un cambio de temperatura brusco. Cuando estás haciendo el proceso digestivo, la sangre se va al estómago, por lo que si coges y te tiras en plancha con el agua fría te puedes quedar en el sitio. Así que por precaución, creo que es mejor dejar una media hora de margen antes de entrar.
–Hablando de mitos, ¿es cierto lo del líquido rojo que señala a quien se orina?
–Sí, te digo por experiencia que en varias de las piscinas donde yo he estado lo hay. De color rojo y verde. Pero que vamos, que no me hace falta ningún producto químico para saber si alguien se ha meado, ya sale amarillo de por si.
–¿Cómo pasas tantas horas sin hacer nada más que mirar la piscina? ¿Tienes alguna distracción?
–Como mucho como pipas, que con la sal me espabilan, pero nunca dejo de mirar la piscina porque aparte de ser mi trabajo,que alguien se muera es cuestión de segundos. Otra cosa es el calor. Personalmente no tengo problema en meterme un un rato en el agua o darme una ducha si siento que no estoy completamente atento. Creo que es mejor eso que quedarse en el sitio con un sofoco que no te deje actuar bien ante cualquier imprevisto.
–Contrasta mucho lo que me dices con los típicos socorristas que se pasan el día sin hacer nada...
–De esos hay muchos, y es lo que más me molesta de la profesión. Están ahí porque existe mucho enchufismo de gente que por no saber, no sabe ni nadar. Vamos, que se tiran a la piscina a salvar a un niño y hay que salvar al niño y al socorrista porque se ahogan los dos.
–¿Crees que por esta gente la profesión se valora menos o te siguen haciendo el mismo caso?
–Pues hay de todo, quienes te hacen muchísimo y a los que le tienes que dar veinte voces para que te obedezcan. Por ejemplo, con la ducha de la piscina, por motivos higiénicos siempre le digo a todos que se bañen antes de entrar, pero hay gente que hasta se me ha tirado a la piscina lleno de protectory me ha dejado el pegote flotando en el agua.
Finalmente Óscar se despide, da la mano y señala por donde está la salida, todo ello sin levantar la mirada de la piscina ni un segundo.
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