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Tony Eskorzo, en el mítico túnel de la sala Planta Baja. ALFREDO AGUILAR
El señor adrenalina

El señor adrenalina

Perfil de Antonio Moreno, vocalista de Eskorzo y socio de la sala Planta Baja | Ser Tony Eskorzo es agotador. Graba canciones, sale en videoclips, hace giras, lleva la sala Planta Baja y tiene una productora discográfica

JAVIER F. BARRERA

GRANADA

Domingo, 10 de junio 2018, 01:44

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El Señor Adrenalina aparece a las once de la mañana en punto en la puerta de la sala Planta Baja. Es todo imagen. Cabeza rapada salvo la zona central como un príncipe mohicano, barba maléfica y ropajes que se componen de botakas, chupa guerrera verde y una camiseta serigrafiada. Estamos todos. Empezamos.

El Planta Baja es en sí mismo un universo mundo donde por la mañana hay un trasiego increíble de gente, desde la chica que limpia el bar hasta los distintos socios que han convertido el Planta en su cuartel general. Más adelante aparecen unos señores de la Junta para organizar en el local un concierto de promoción rockanrolera y entre todos convierten al Señor Adrenalina en Tony Eskorzo, un granadino del Zaidín que nació como Antonio Moreno hace algo más de cuarenta años en la Clínica de la Inmaculada y que estudió en el Abencerrajes, un colegio que, directamente, le marcó.

El Abencerrajes, un centro educativo público del Zaidín, tiene entre su lista de alumnos aventajados a gente como Javi Recio que tiene un Goya y fue candidato a los Oscar o Calagar13, un DJ y producto musical de alcurnia.

El molde de Tony se construye con Eskorzo el Planta Baja y el colegio Abencerrajes

Y a Tony Eskorzo es algo que, quien bien le conoce, dice que le enorgullece «porque -subraya-es un cole muy guay. Es de los que te marcan porque aprendes diferente. Te enseñaban disfrutando». Por ejemplo, destaca que en séptimo de EGB ya sabía de lenguaje cinematográfico, o también estimulaban el pensamiento crítico y funcionaba de forma asamblearia. No había materiales propios ni libros de texto. Todo era compartido, se hacía un mocho a principio de año y se compraban las mismas carpetas, los mismos bolis. Aquí nace el espíritu artístico y crítico de Tony, «porque si se te daba bien pensar te estimulaban para que lo desarrollaras», sentencia.

Ya tenemos en el molde de Tony Eskorzo con el Planta Baja y el colegio Abencerrajes. Queda la música, que apareció a los cuatro meses de que Tony empezara a tocar la guitarra. Fue un concierto en el Instituto Bola de Oro y cursaba tercero de BUP. «Tocamos y dijimos, tío ni nos hemos puesto nombre. Estábamos más preocupados por sabernos las canciones», admite. Ahí estaba el germen de Eskorzo con José Uribe (batería) y Carlos Díaz (guitarra de Eskorzo hasta hace poco). Ahí empezó todo», recuerdan ahora, ya que José Uribe también es socio en el Planta.

«Granada es una potencia cultural independiente donde hay sitio para todos»

Menos de dos años después, en la Nochevieja 95-96, Eskorzo sube al escenario. Es su primer concierto. En 1998, sale su primer disco, 'Mundo Bullanga'. Aquí en el Planta, apoyados en la barra del bar, sus colegas sostienen que «no te despiertas y dices que esto de la música es lo mío -reconocen-. Es con el paso del tiempo y los discos que dices que estás aquí. Puedes decir que eres músico, que sacas discos, que hay gente que te sigue. La música es vocacional y te das cuenta que eres profesional cuando te das cuenta que esto es tu vida. Y piensas para la música, tu vida es la música». Todos asienten. «Para Tony, desde que dejó de estudiar en la UGR, todo es música, es Eskorzo o el Planta, su forma de ver la cultura», agregan.

Entonces, van pasando los años. Cuando se quemó el Planta hace ya dos, pensaban que llevaban unos seis o siete años al frente de la sala y de su programación musical. Cuando sumaron años, se dieron cuenta que llevaban exactamente «el doble de años, trece para catorce, y ahora llevan quince y en 2020 Eskorzo cumple 25 años. Todo sucede muy rápido», señala.

El Planta

El Planta Baja es mitad sustento mitad problemas. Pero a Tony Eskorzo el Planta le mola todo. Recuerdan que siempre dice que «si fuera empresario lo cerraría, pero amamos la música», proclama. Por eso cree que el Planta, en primer lugar, es una responsabilidad, porque esta es la ciudad de la malafollá y todos te van a mirar a ver qué pasa, a ver qué haces. Tony entiende que es el Templo del Rock, del Pop y de la música Indi, pero también está convencido de que defienden bien el nombre del Planta Baja.

Sus socios en la banda y en el bar dicen que «siempre ha intentado que los conciertos sean un referentes, traer gente interesante. Y como nos gusta todo, no nos cerramos a nada. Aquí, en Granada, los músicos se posicionan esto sí esto no, y nosotros aprovechamos todo y descubrimos gente que no sabes ni cómo calificar ni clasificar», indica.

Otra de las claves que manejan y que definen su personalidad es que intenta siempre, marca de la casa, una programación que tenga espacio para todos los artistas que estén empezando, en el camino, y que tienen cosas interesantes que aportar a la escena musical.

Por eso, Tony Eskorzo entiende el Planta Baja como un tipo de sala «que es un escaparate, un medio para que las bandas puedan expresarse. No solo el Planta Baja, sino todas las salas», apostilla. Lo dicen con gran conocimiento de causa, ya que acaban de terminar una gira de veinte conciertos en salas de esta tipo, «que si no existieran Eskorzo tampoco existiría».

Los años noventa

La década de los noventa fue su edad de oro. Tony la ve como «una explosión de gente por la calle, con el Espárrago Rock y el Zaidín Rock». Su visión de Granada es que «era una ciudad que prometía un montón. La putada es que esas ascuas se apagaron a partir del 2008, no solo por la crisis sino por un cambio conceptual de las políticas, de perseguir ciertas historias». Tony tiene metida en su cabeza esta idea, la de que se persiguió esa Granada inspiradora a partir de los años 2003-2004, hasta que hace muy poco se han dado cuenta de que Granada no es solo Alhambra, Semana Santa y Sierra Nevada, sino que Granada tiene una cultura underground moderna que se puede exportar al mundo y que de hecho se exporta.

Y los pequeños detalles. Tony adora que ahora se puedan hacer pequeños conciertos hasta en tiendas de discos. Y que haya una programación cultural, moderna.

El resumen termina con este cuarto eje que termina de definir al personaje. Si el retrato ha comenzado con el colegio Abencerrajes, ha seguido con el Planta Baja y con Eskorzo, termina ahora con la ciudad. Con Granada, una ciudad que ama y define como «potencia de cultura independiente». Tony siempre ha pensado que «en Granada hay sitio para todo y para todos. Para lo tradicional y lo moderno, que será tradicional en un par de décadas». «Estamos haciendo historia, con el Planta, con Eskorzo con el movimiento cultural de Granada», está convencido. Queda el quinto eje que pone punto final al retrato: «Su hija de cinco años, su mayor proyecto».

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