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Penalva prueba una de las paletas de frambuesa en la fábrica de Nordwik. Alfredo Aguilar
«En una semana de verano vendemos lo mismo que en tres meses de invierno»

«En una semana de verano vendemos lo mismo que en tres meses de invierno»

Entrevista de verano ·

Nacho Penalva, jefe de ventas de helados Nordwik

Javier Morales

Granada

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Martes, 15 de agosto 2017, 00:24

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Un par de persianas separan el Sáhara y la Antártida en una nave industrial de Churriana de la Vega. A un lado, 30 grados; al otro, 30 bajo cero. El golpe es severo al cruzar esta linde casi inconcebible en el agosto del área metropolitana. Se trata de una de las cámaras frigoríficas en las que miles de helados Nordwik aguardan su destino ajenos al bochorno del exterior. Es una de las empresas granadinas que entre junio y septiembre estrujan al máximo su maquinaria: en una semana de verano venden más que en tres meses y medio de invierno.

Asegura su jefe de ventas, Nacho Penalva (Granada, 1979), que no ha variado mucho el arte de hacer helados desde 1979, cuando su abuelo empezó a fabricarlos. Sí han mutado los sabores. Mantienen, por ejemplo, la tarta de whisky como una de sus señas de identidad. Pero una de sus grandes apuestas de futuro es la 'paleta', con ingredientes como la zanahoria o la espinaca. Manda la alimentación saludable.

La fabricación en esta nave comienza en enero. Ahora la producción no es tan intensa, pero sí lo son las ventas y la distribución. Unas cuarenta personas trabajan en la fábrica durante el invierno. Ahora son más de 60, sobre todo de Churriana de la Vega (donde está la fábrica) y otros municipios metropolitanos.

-¿Cuánto helado producen al año?

-Casi cuatro millones de litros de helado. Tenemos aún más capacidad de producción y esperamos que el año que viene se incremente. Estamos muy ilusionados.

-¿Hay margen para vender productos nuevos?

-Hace tres años empezamos con la idea de volver a lo artesanal pero diferenciándonos de las empresas grandes. Antes se hacían polos de hielo que sabían a naranja o a fresa, ahora trituramos la fruta de temporada con productos locales, sobre todo mango de Motril, piña, limones... Hemos cambiado el concepto para hacer un polo que sea de fruta, porque el mercado deriva hacia lo sano: sin gluten, sin grasa, moderado en azúcar... Los dos primeros años fabricamos sólo frutas, pero ahora hemos sacado una línea 'biox', mezclando frutas con verduras: espinacas, piña y col rizada; fresa, frambuesa, remolacha y arándanos; papaya, mango, níspero y menta (...)

-¿El calor se deja notar en las ventas?

-Sobre todo se nota cuando empieza bien el verano. Este verano hemos repuntado en ventas, estamos creciendo casi a dobles dígitos. Se nota porque en enero y febrero la temperatura fue buena y muy continua (...) En una semana de verano se vende lo mismo que en tres meses y medio de invierno. A la gente le sorprende. Pero ya estamos trabajando en la campaña del año que viene. En cuanto llegue septiembre planificamos todo, pasamos pedidos a proveedores para en enero tener toda la materia prima y empezar a fabricar.

-¿Son sanos los helados?

-Todo comido con moderación es sano. Lo que no puede ser es la psicosis que hay por ejemplo con el azúcar, o la palma. Nos llamaba gente preguntando si fabricábamos con palma (...) Todos los chocolates, muchos artículos llevan palma. Nosotros no utilizamos palma, pero hay una psicosis... Lo mismo con el azúcar, no te puedes tomar un café con siete azucarillos, pero sí con moderación.

-¿Algún reto?

-Desestacionalizar, que en invierno la gente también consuma helado. En España, el precio de la fruta es más bajo que en el norte de Europa, y se consume más fruta que helado. Por eso, el consumo per cápita de helado en España es más bajo que en el norte, aunque allí haga más frío. Además, tenemos asimilado que acaba el 'cole' y ya se puede comer helado, llega septiembre y ya no. Es tajante. El reto de los heladeros es que se meta como un alimento más.

-¿Hasta dónde llegan sus helados?

-Estamos centrados en el territorio nacional. Pero nos ha entrado un pedido de Dubái, estamos mandando producto a Marruecos, Portugal, Francia... Pero creemos que todavía queda mucho por recorrer en España.

-¿Se ven superando a las grandes marcas?

-Al final tenemos que darle al consumidor producto bueno y diferente. No podemos llegar a esos niveles, pero creemos que el consumidor está cansado de esas marcas, quiere algo saludable y diferente.

-¿Hay algún helado fetiche?

-La tarta al whisky, que se hace a mano. Seguimos con la misma receta artesana que hace 45 años (...) Hacen falta 23 personas en línea para fabricar la tarta.

-¿Y alguno que se haya dejado de fabricar?

-Muchos, cada año se caen cuatro o cinco. Teníamos uno negro, el 'bambino', que en la nariz tenía una bola de chicle. A los clientes, como son temporadas que se cierran y que se abren, tienes que llegarles con algo nuevo.

-¿Tiene vacaciones?

-En septiembre nos cogemos unos días antes de que empiecen los coles. Pero ya estamos acostumbrados.

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