Dos guardias civiles de Maracena salvan la vida a una víctima tras practicarle un torniquete
Los agentes contuvieron la hemorragia: «Nos enviaron a Cogollos Vega advertidos de que un padre había apuñalado a su hijo»
José R. Villalba
Granada
Jueves, 16 de febrero 2023, 00:36
Curro y Óscar llevan muchos años de patrulla por las calles del cinturón metropolitano de Granada. Les basta una mirada, un gesto o cualquier otro ... signo de complicidad para hablar sin palabras, para actuar de forma intuitiva sin órdenes de mandos o para saber qué hacer en momentos muy complicados. Estos dos guardias civiles, nativos del Zaidín, se vieron en una de esas situaciones difíciles el pasado martes 7 de febrero.
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«Nos enviaron a Cogollos Vega advertidos de que un padre había apuñalado a su hijo. Nos podíamos imaginar el peor de los escenarios, pero cuando llegamos fue brutal lo que vimos», apunta Curro. Fueron los primeros en llegar a la calle Alhambra de este municipio y se encontraron a la víctima tirada en el suelo en medio de un gran charco de sangre. El autor estaba en la misma puerta de la vivienda donde sucedieron los hechos.
«Se estaba desangrando, perdía mucha sangre y sabíamos que si no se cortaba esa hemorragia podía morir en cuestión de poco tiempo», esgrime este guardia, que le pidió a su compañero que buscara alguna prenda para hacerle un torniquete con el que frenar la hemorragia en el brazo, provocada por las cuchilladas propinadas.
Óscar, su compañero, solicitó a los vecinos allí presentes una venda. «Nos dieron una camiseta, la hicimos jirones y mi compañero le hizo un nudo al brazo para taponar la salida de sangre». Óscar y Curro coinciden en lo mismo: «Lo primero es el auxilio a la víctima y así lo hicimos. Quizá eso le pudo salvar la vida», destaca Óscar.
La víctima quedó en el suelo en espera de que llegara un dispositivo sanitario. En todo momento estuvo consciente, salvo al final cuando ya era introducido en la UVI móvil, cuando perdió la conciencia. Los propios sanitarios, a posteriori, elogiaron la intervención de los dos guardias civiles, porque sin ese torniquete las posibilidades de supervivencia de la víctima hubieran sido mínimas.
Curro sabía sobradamente que el nudo con la tela de la camiseta no podía fallar. «Hice un nudo marinero: lo aprendí en un curso de patrón de barco que hice en su día con la intención de entrar en el Servicio Marítimo de la GuardiaCivil». Curro no logró entrar en Servicio Marítimo; por suerte para los vecinos de Maracena, él y Óscar están destinados en el puesto de la Guardia Civil de este municipio.
Gracias
Días después de estos hechos, la víctima del apuñalamiento se encontró con unos guardias y les dio las gracias por la labor de auxilio. El agradecimiento no fue directamente a los dos protagonistas de la acción, pero llegó a estos dos veteranos guardias civiles por terceros. «Lo hicimos con esta víctima y lo haremos con cualquier otra. Es parte de nuestro trabajo, quizá la parte más desconocida para la población».
Después de aquella acción, Óscar y Curro se montaron en el coche patrulla para seguir con su trabajo, como si nada, como una acción más de su jornada de trabajo. Sin necesidad de que nadie se lo reconociera, sin pretensión de nada, con la humildad de quien sabe que ha actuado de la mejor manera posible.
«Simplemente saber que esta persona ha tenido una segunda oportunidad en su vida ya es una gratificación bastante grande. Ojalá sirva para que rehaga su vida», concluye Curro.
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