Un SOS para salvar los grafitis del Realejo

Una jirafa que desaparece y reaparece y que ahora vive en el muro del colegio Santo Domingo. Un caracol que dormitaba en la trasera de la iglesia de Santo Domingo y que se ha mudado 'despacito y buena letra' desde la calle Aguado hasta el Barranco del Abogado. Todos ellos borrados y redibujados para sobrevivir en un barrio, el Realejo, cuyos vecinos adoran estos grafitis, pero que las normas de protección de patrimonio condenan a la desaparición.

No son los únicos. Ahora es el turno del gran mural de la Cuesta Escoriaza, que al igual que los otros mencionados, son obra de El Niño de las Pinturas, y que tiene también su historia particular. El mural dibuja un niño en cuclillas ante una montaña de botes de pintura y una frase a mítica que dice: «Y haciendo cosas que rompo para arreglarlas y volver a romperlas paso mi tiempo...». Pintado en 2001, la sensibilidad municipal hace que justo delante del mural haya un enorme contenedor de basura y, por si fuera poco, tras casi dos décadas, el muro sobre el que está pintado, se cae a pedazos. Yel grafiti con él.

Por esta razón, en marzo del año pasado se lanzó una campaña para recabar apoyos para pedir al Ayuntamiento de Granada que reparara el muro para que el grafiti pudiera ser restaurado. Raúl, El Niño de las Pinturas, explica que «por fin llega la contestación, aunque no es la esperada. A pesar de las casi 1.500 firmas conseguidas hasta la fecha a través de change.org se ha dictaminado desfavorablemente».

Añade que «en marzo de 2019 inicié el trámite burocrático para poder restaurar una pared en el Realejo donde pinté uno de mis grafitis más emblemáticos del barrio. Han sido meses de consultorías legales, recabar papeles, ir de un sitio a otro para tramitar la solicitud.... poner mucha energía e ilusión. Después de muchos meses de silencio del anterior equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Granada, el actual me ha respondido«.

«Y no ha sido la contestación que esperaba. A pesar del apoyo de las asociaciones de vecinos del barrio del Realejo y del Barranco del Abogado, a pesar de las casi 1.500 firmas conseguidas hasta la fecha a través de change.org , el Ayuntamiento ha acordado 'dictaminar desfavorablemente la propuesta». Argumentan que «debe ajustarse a la Ordenanza de Pinturas Efímeras o en murales, no permitiéndose este tipo de actuaciones en el casco histórico».

El Niño de las Pinturas critica que «no han respondido a la petición de restauración del muro (que considero que supone un peligro público debido al estado de deterioro en el que se encuentra) ni se autoriza a restaurar el grafiti. Tenemos quince días para recurrir, pero ya hemos aportado todos los documentos, hemos expuesto los motivos por los que iniciábamos la petición, hemos presentado los apoyos y las firmas», se lamenta.

Su conclusión se resume en la siguiente pregunta:«¿Y así quieren conseguir que Granada sea un referente cultural y artístico?. De hecho, en las redes sociales se critica con dureza la posición municipal ante los grafitis de un equipo de gobierno que aspira ala Capitalidad Cultural Europea.

Por esta razón, tanto el artista como las asociaciones de vecinos lanzan ahora un SOS para salvar los grafitis del Realejo.