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Javier, con la bata blanca, recibe el primer abrazo de su cuñado días después de la operación. IDEAL

Día mundial del riñón en Granada

Salvado por el riñón de su cuñado: «No le podía dejar caer»

Cuando la enfermedad renal puso a Javier entre la espada y la pared, Ricardo no dudó en donarle el órgano y convertir su relación en algo único

Laura Velasco

Granada

Jueves, 9 de marzo 2023, 00:40

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Javier Camacho estaba celebrando su cincuenta cumpleaños cuando recibió el regalo de su vida. Enfermo renal desde joven, su dolencia estaba ya tan avanzada que era necesario trasplantarle. Y allí, entre felicitaciones y velas, su cuñado se ofreció a darle su propio riñón para salvarle la vida. «Me dijo: no te puedo dejar caer, aquí estoy para lo que te haga falta. Y me llevé una grandísima sorpresa», cuenta Javier. La operación se llevó a cabo hace seis meses y ambos se encuentran perfectamente. Este 9 de marzo, Día mundial del riñón, recuerdan cómo se fraguó ese irrompible vínculo que ahora les une.

Javier Camacho, de 54 años y natural de Jaén, llevaba dos décadas sufriendo la enfermedad renal crónica. Cuando le diagnosticaron, su hijo tenía un año y él estaba despegando en el mundo laboral, trabajando como ingeniero en su propia oficina. «Fue un palo», asevera. El tiempo pasó y sus riñones se fueron lentamente deteriorando. A sus cincuenta años, la enfermedad estaba tan avanzada que en cualquier momento entraría en diálisis. Los médicos comenzaron a sondear la posibilidad de un trasplante.

La hermana de Javier se ofreció a donarle el suyo, pero al hacerle las pruebas le detectaron un cáncer de colon. «Ahí comenzó su guerra. Afortunadamente se curó, pero ya no podía darme su riñón», apostilla. Su mujer tampoco resultó ser apta para la donación, así que las opciones de familiares directos se agotaban. Pero quedaba una última bala por gastar, la más inesperada. Ricardo López, marido de la hermana de su mujer, se ofreció a otorgarle su órgano. «No me lo esperaba. Teníamos una relación buena, pero él vive en Granada y yo en Jaén, no había convivencia, nos veíamos de forma ocasional. No tenía necesidad de hacerlo», relata.

Por su parte, Ricardo, natural de Huétor Vega, asegura que nunca tuvo dudas sobre su elección, pese a que pasaron varios años hasta que se materializó. Solo se asustó «un poco» dos días antes de entrar a quirófano, ya que «no es agradable operarse cuando se está sano», pero la ilusión ganaba por goleada. «Lo tuve clarísimo desde el primer momento. Tengo muy buena conexión con él desde que lo conocí», cuenta el granadino a sus 58 años.

Una donación cruzada

Ricardo le donó el riñón, pero no directamente, ya que no eran compatibles. Se activó el mecanismo de donación cruzada, a partir del cual una persona le da su órgano a la pareja de otra, y viceversa. En este caso fueron tres las parejas implicadas, de tres comunidades autónomas distintas. El trasplante se realizó en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves el 20 de septiembre de 2022, tres años y medio después de que Ricardo se ofreciese a llevar a cabo este acto altruista. El procedimiento para enlazar donantes y receptores no es tarea fácil, pero finalmente todo salió a la perfección. «Nuestra recuperación fue muy buena. Yo me fui al campo varios meses, sin contacto social, ya que los fármacos inmunosupresores que se administran al receptor dejan las defensas muy bajas. Me encuentro bien y mi cuñado también hace vida normal, no toma medicación. Es un campeón», expone emocionado Javier.

Al jienense aún le cuesta creer la suerte que tiene de contar con Ricardo. «Es una persona muy buena y generosa. Lo que más me sorprendió es la ilusión que tenía por la donación», apostilla. La relación que ahora les une es inexplicable. «Es un vínculo para toda la vida. Si antes lo quería, ahora lo adoro. Le tengo que poner un altar», bromea. Por su parte, Ricardo se siente «muy orgulloso» de haber donado vida. La cicatriz de 57 puntos, el «tatuaje», como él le llama, le recuerda lo valiente que fue. «Lo que vivimos fue emocionante, cuando se lo cuento a la gente no se lo creen», manifiesta el granadino. Su pasión siempre ha sido las carreras de coches. Cuando le pasaron a la UCI tras la operación, iba con el puño alto, con espíritu ganador. Feliz por haberlo logrado. «Esta ha sido mi mejor carrera. Estábamos los dos en el pódium», asegura. Una preciosa hazaña que ha unido a estos cuñados de por vida.

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