Rompe el brazo con un bate a un policía de Pinos Puente y alega que el agente «puso la mano»
Tras agotar todos los recursos, el procesado ha sido condenado a cuatro años y dos meses de cárcel por atentado, resistencia y lesiones
La fiesta acabó con detenciones y un policía local en el hospital. Una pareja y un amigo habían estado todo el día consumiendo alcohol y ... drogas, y, al parecer, montaron una escandalera en su casa. La música sonaba a todo trapo. Se ve que algún vecino molesto por los ruidos llamó a la guardia urbana para que intentara poner orden. Dos agentes se presentaron en la vivienda en cuestión. Instantes después, llegó también una patrulla de la Guardia Civil.
Eran las once de la noche en una pedanía de Pinos Puente y el mundo estaba confinado por la amenaza del coronavirus. Los 'municipales' pidieron a los juerguistas que se identificasen. Uno de ellos se negó a hacerlo. Ante la insistencia de los patrulleros, cogió un bate metálico de béisbol y lo blandió frente a ellos. De repente, propinó un golpe con la barra a uno de los agentes y le rompió un brazo. Luego trató de apalearle la cabeza, pero se interpuso uno de los guardias civiles y lo impidió.
El agresor azuzó a dos perros (de una raza considerada peligrosa) para que atacasen a los miembros de las fuerzas de seguridad, pero los animales permanecieron en calma
El agresor también azuzó a dos perros (de una raza considerada peligrosa por su fiereza) para que atacasen a los miembros de las fuerzas de seguridad, pero los animales no le obedecieron y permanecieron en calma.
El caso llegó a juicio y el procesado, entre otras cosas, alegó en su descargo que fue la víctima la que «puso la mano», afirmó para desviar su responsabilidad. «El acusado (...) admite utilizar el bate de béisbol, aunque declara que únicamente daba giros en el aire y que sería el agente policial 'el que puso la mano' para recibir el impacto», recuerda la sentencia el argumentario del reo.
Asimismo, dijo que desconocía que los agredidos fuesen agentes de la autoridad o que tenía mal beber. Nada de eso convenció al juez. «El acusado tiene nula credibilidad». Bueno, el magistrado sí aceptó aplicarle la atenuante de actuar borracho y drogado. El resto del fallo fue el siguiente: cuatro años y dos meses de prisión por los delitos de atentado con uso de un instrumento peligroso, resistencia y lesiones.
En cuanto a la responsabilidad civil, tendrá que indemnizar con más de 20.000 euros al policía al que quebró el brazo, que ejerció la acusación particular de la mano del abogado Domingo Manuel Domingo Carrillo.
Tras agotar todos los recursos sin lograr ninguna rebaja o beneficio, la sentencia ya es firme, esto es, que el reo ya no puede volver a impugnarla.
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