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Litronas en uno de los paseos junto al cauce del río Genil Jorge Pastor

La suciedad se acumula en las riberas del Darro y el Genil

Zonas como las inmediaciones del Genil más allá de la Inmaculada son un basurero a base de restos de botellón

Jorge Pastor

Granada

Viernes, 5 de octubre 2018, 02:12

A veces no hace falta más que pasear tranquilamente, pero con los ojos muy abiertos, para observar que aspectos muy sensibles como la limpieza son ... mejorables en algunos puntos de Granada que, además, están normalmente muy concurridos. Al menos esa es la percepción que tiene el ciudadano atento cuando bordea los dos principales ríos que cuartean la capital, el Genil y el Darro. El primero porque es un eje vertebrador del desarrollo residencial de Granada –miles de familias lo ven con solo abrir la ventana– y el segundo porque también es un eje vertebrador del desarrollo turístico a los mismos pies de la Alhambra, el conjunto monumental más visitado de España. El titular de trazo grueso lo tiene usted arriba: los ríos están limpios pero los entornos, donde sigue habiendo botellones, están sucios. Incluso muy sucios en el caso, por ejemplo, de las inmediaciones del Genil pasado el hospital de la Inmaculada –la continuación de la calle Doctor Alejandro Otero–. Botellas de cristal rotas, vasos, muebles... de todo un poco. Los taludes que hay bajo el viaducto de la Circunvalación son un auténtico basurero.

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No es el único sitio conflictivo en la ribera del Genil. En el embarcadero, también un lugar de encuentro para jóvenes y no tan jóvenes, aflora la basura. Tres cuartas de los mismo sucede en los jardines de la plaza del Humilladero y en el Paseo del Salón, especialmente en los parterres que delimitan con el Genil. Siguiendo este mismo camino, pasado el Puente Verde, litronas, litronas y más litronas. Algunas de ellas junto a papeleras rebosantes. Éste era el panorama ayer por la mañana.

Desplacémonos ahora hacia el Darro. Tras los rigores del verano, el caudal baja escaso pero cristalino. Hay zonas con desechos como cajones de plástico junto a los muros de la iglesia de San Pedro y San Pablo. Sólo hace falta asomarse a los tapiales para comprobarlo. Con un poco de suerte, eso sí, se puede ver también algún pato. El lecho del Darro no está impoluto, pero su estado tampoco es preocupante. Lo que sí resulta preocupante, sobre todo en caso de crecida, es la gran cantidad de árboles caídos y masa vegetal inerte en el curso –posiblemente arrastres tras las lluvias torrenciales de marzo–. El 'espectáculo' sí es lamentable pasado el Rey Chico, en el aparcamiento que hay junto al arranque del Camino de la Fuente del Avellano. Algunos desaprensivos han tomado aquello como un retrete al aire libre con vistas a la Alhambra. Instantáneas del jueves 4 de octubre a las doce del mediodía. Muy cerca de donde miles de turistas pasan todos los días en dirección hacia la Alhambra por la Cuesta de los Chinos o hacia el Albaicín o el Sacromonte por la Cuesta del Chapiz.

El Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Granada ha anunciado que solicitará a la empresa encargada del servicio de limpieza en Granada, Inagra, y la encargada del mantenimiento del Genil en su tramo urbano, Emasagra, que tomen cartas en el asunto y que eliminen estos focos de suciedad –y también insalubridad–. El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, ya requirió una actuación urgente para la retirada de lodos tras las fuertes tormentas del pasado 19 de septiembre.

Así lo hizo Emasagra en las jornadas siguientes, utilizando maquinaria pesada tras pedir a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) que abriera las compuertas de la represa que hay junto a la Inmaculada, y que proporciona la altura suficiente para abastecer las acequias con las que se riegan tres mil hectáreas de cultivos en la Vega de Granada. Ayer Emasagra continuaba con estas tareas, pero más arriba del canal de aguas bravas, donde una excavadora seguía sacando barro.

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Revisión del cauce a diario

Fuentes de Emasagra han aclarado que su responsabilidad atañe exclusivamente al Genil, no al Darro ni al Beiro. La revisión del cauce, comentan, se realiza a diario, aunque agregan que, en función de la suciedad, se interviene todos los días de la semana o tan sólo dos o tres. Hay época, como el verano, en que se intensifican estas labores. Sobre todo desde la desembocadura del Darro hasta la Inmaculada, donde la estanqueidad de las aguas provoca malos olores cuando el calor aprieta y se descomponen microorganismos. Emasagra libera para ello un presupuesto anual de 175.000 euros.Trabajan entre cuatro y ocho operarios en función de las necesidades, a veces abordo de una barquilla para actuar en el trecho más caudaloso.

¿Cuáles son sus trabajos más rutinarios? Pues básicamente dos. Por una parte, el desbroce y la retirada de vegetación en los márgenes del Genil desde Puente Verde hasta los túneles del Serrallo. Es decir, si nos atenemos estrictamente a esta encomienda –el convenio tiene más de una década–, el área en torno a la Inmaculada quedaría fuera. A pesar de ello, Emasagra confirmó ayer que inspeccionará este espacio para tomar las medidas que se consideren convenientes. Emasagra también se encarga, por otra parte, de quitar lodos, grasas y arenas del Genil.

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En este punto conviene recordar que unos siete mil granadinos han plasmado su firma para apoyar la renaturalización del Genil, según un proyecto de Ecologistas en Acción. También lo ha hecho el pleno del Ayuntamiento de Granada hasta en tres ocasiones, en 2002, 2006 y más recientemente en febrero de 2018. El Genil está hormigonado desde 1995, una inversión que supuso la ampliación del caudal, la habilitación de un complejo sistema de compuertas abatibles y la construcción de un embarcadero y zonas deportivas.

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