Obras por valor de 30 millones darán una nueva vida al distrito Chana
Vive un auténtico boom urbanístico que promete lavar la cara tanto a la parte más antigua del barrio y completar el desarrollo de las nuevas áreas de expansión
Donde el lino, donde las hojas de tabaco de los antiguos cortijos resuena el martillo neumático. Operarios con chalecos reflectantes se mueven rápidamente entre vaharadas ... de polvo. Unos cargan materiales. Otros hacen mezcla o colocan ladrillos en una labor frenética, pero precisa que asemeja la de una colmena. De sus manos surgen alcorques, bancos, rampas y aceras que pronto serán plazas y avenidas arboladas, pero también edificios de cinco, seis o siete plantas con decenas y decenas de viviendas.
Es la Chana. El barrio vive un auténtico boom urbanístico, una explosión de obras que afecta por igual tanto a las zonas donde los cultivos de los pagos viejos dieron paso a las promociones del Arzobispado y el antiguo Plan Nacional de Vivienda y Transporte durante el Franquismo como a los planes parciales más recientes, impulsados después de la última crisis del ladrillo.
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«Lo tenemos todo manga por hombro», reconoce con una sonrisa José Fernández, presidente de la asociación de vecinos del distrito. El responsable, que se acaba de jubilar, lleva toda la vida en el barrio y solo ha visto algo parecido en los 60 y los 70, cuando se multiplicaron las promociones que dieron forma a la zona. Era la época del desembarco. Miles de granadinos que se arremolinaban en los barrios históricos se mudaron a los bloques que surgieron donde caseríos, ventas y cortijos se entremezclaban con un puñado de fábricas de harina y la excepcional azucarera de San Isidro. Primero, se desarrolló Las Angustias. Luego fueron la Encina, las Perlas y las Torres, barriadas que dieron carácter a unos vecinos que, para ir al Centro, decían que iban «a Graná».
«Aquí se cumple el dicho: todo esto era campo y fíjate ahora», apunta Fernández, señalando hacia Santa Juliana, donde se levanta el colegio del mismo nombre. El presidente se muestra orgulloso de la historia del barrio y mira con esperanza los proyectos que se suceden en los últimos años, más de 30 millones de euros en inversiones que llegan de la mano de la Unión Europea, el Gobierno de España, la Junta de Andalucía, la Diputación y el Ayuntamiento. «Es un barrio muy necesitado, especialmente en la parte antigua, que ahora está resurgiendo en cosas que estábamos reivindicando históricamente y que creemos que pueden aportar el crecimiento que necesitamos», señala.
El barrio acumula en la actualidad proyectos que suponen más de 30 millones en inversiones
Entre los proyectos en marcha destaca la segunda fase de la carretera antigua de Málaga. Con 1.446.127 euros de presupuesto, la intervención contempla la transformación de la avenida en un bulevar en el tramo entre la Encina y Sagrada Familia. Es una actuación delicada, pues afecta a una de las arterias del barrio. Aunque las obras no están concluidas del todo, ya se pueden vislumbrar los principales detalles: aceras ampliadas, más zonas verdes, un solo carril por sentido y menos plazas de aparcamiento.
En una fase de avance similar se encuentra la reforma de la plaza de la Unidad. Estos trabajos financiados con fondos europeos cuentan con un presupuesto de 504.252 euros y van a lavar la cara a uno de los rincones con más sabor del barrio. Surgió del interés de los vecinos por tener un espacio abierto frente al interés de la promotora de los terrenos, que quería construir un bloque. Durante muchos días, se afanaron en desplazar los materiales de obra para impedir el avance del proyecto hasta acabar con el mismo. Aquella unidad dejó como legado una plaza que ahora contará con una zona de juegos infantiles y mobiliario urbano nuevo.
Otro de los trabajos de interés es la nueva rotonda de la avenida de Andalucía. Esta obra afecta a uno de los principales viales de entrada a la ciudad y al propio barrio. Responde a una demanda vecinal, que reclamaba una infraestructura que atenuara la velocidad y facilitara el paso de la Chana al Parque Almunia, y cuenta con un presupuesto de 287.980 euros.
504.252 euros
Reforma de la plaza de la Unidad
1.446.127 euros
Segunda fase de la reforma de la carretera de Málaga
287.980 euros
Construcción de una rotonda en la avenida de Andalucía
Las tres actuaciones afectan a puntos esenciales del núcleo histórico del barrio y prometen impactar de lleno en la movilidad del barrio. «Estamos muy necesitados de ayuda. Venimos anhelando el soterramiento, pero el barrio está creciendo y se están remodelando las partes antiguas. Hay que tener un poco de comprensión porque creemos que cuando todo esté terminado va a ser muy efectivo y va a estar mejor», asegura el presidente de la asociación de vecinos.
Sergio Ruiz, presidente de AMPEG y de FEVEMP, dos de los principales colectivos de usuarios de vehículos de movilidad personal del país, y vecino de la Chana, reconoce que uno de los principales problemas se producen en los accesos al barrio y considera que las obras «van a favorecer la movilidad, en especial la de los peatones». El responsable cree que las mejoras van a tener un impacto «positivo» en los comercios «porque la gente, al andar, va a poder mejor los escaparates». «Al mismo tiempo, va a quitar humo en una de las arterias principales del barrio. Es verdad que pierde un carril, pero se están ampliando en otras zonas, como en las Alquerías, por lo que no va a tener tanta incidencia», añade.
Para Víctor Manuel García, de la asociación de vecinos de Bobadilla, «las obras son beneficiosas porque van a lograr la mejora de uno de los accesos principales y para el tránsito». «Aunque se quita un carril, la problemática de la doble fila se acaba y se mejora en calidad de vida del entorno», añade el representante vecinal, que pide, no obstante, un carril bici que conecte a la Bobadilla con el resto de la ciudad y una reurbanización del final de la carretera de Málaga con el núcleo que rodea la antigua azucarera que ofrezca «una continuidad física».
Al otro lado de las vías
Las obras, no obstante, también están despertando voces críticas. «Todo lo que sea para mejorar, es bueno para el barrio. Otra cosa es que esté bien hecho. Creo que se ha ido a peor con los aparcamientos, que han reducido y ahora te hartas de dar vueltas y no encuentras. No sé si la ampliación nos va a beneficiar», reconoce José Antonio Merino, de Electrodomésticos Merino. Su opinión coincide con la de la dueña de otro de los negocios de la zona, que prefiere no dar su nombre. «No veo el cambio a mejor. La llegada de bloques sí es buena, pero si quitan aparcamientos, ¿cómo vamos a tener rotación para que vengan? Con dos carriles era mejor, aunque habrá que ver cuando se abra cómo funciona», señala.
Javier Rodríguez, presidente de la asociación de comerciantes y hosteleros de la Chana, reconoce que hay mucha diversidad de opiniones respecto a las obras. «Esperábamos actuaciones como la de la primera fase de la carretera de Málaga, que mantuvo el núcleo de la avenida, y, sin embargo, estamos viendo aceras demasiado amplias, de 12 metros, y aparcamientos desaparecidos», señala. El responsable cree que, por una parte, «es verdad que los escaparates de los negocios van a poder verse mejor», pero admite el temor a que la falta de lugares de rotación reduzca el goteo de clientes que mantiene con vida los establecimientos. «Habrá que esperar a que termine», señala.
Donde todos coinciden es en el impacto favorable de las nuevas construcciones que se están levantando al otro lado de las vías, en los Oestes. Se trata de la mayor bolsa de suelo residencial en desarrollo de la ciudad. Los terrenos eran antaño el lugar de juego de los escolares del barrio, que jugaban a la pelota a un paso de las vaquerías cercanas. De aquellos suelos brotó un primer entramado de calles que dio paso al Apache, la primera promoción de viviendas que se desarrolló. El edificio fue construido por la extinta Emuvissa hace una década y, durante mucho tiempo, fue un auténtico lastre para el Consistorio, que realizó rebaja tras rebaja para tapar el agujero. Entre tanto, se construyó un gran complejo deportivo y se dio forma al actual parque de las Alquerías. El resto, sin embargo, seguía sin desarrollar.
Los vecinos coinciden en que el desarrollo de las áreas de expansión de los Oeste puede favorecer la recuperación del núcleo antiguo de la Chana
La situación cambió hace poco ya con un contexto económico y urbanístico completamente distinto. Como apunta un vecino, «de pronto se puso de moda». Mientras al Ayuntamiento le volaban los últimos pisos en propiedad, importantes constructoras privadas, como Aedas u Osuna, desarrollaron varias promociones en la zona. En la actualidad, más de medio millar de familias viven en los nuevos bloques y la barriada crece por momentos con proyectos tanto privados como públicos. El más importante es el que Visogsa está llevando a cabo para la construcción de 153 viviendas con un presupuesto de obra de 19.175.413,33 euros.
Aunque el callejero ya está completamente desarrollado, las administraciones públicas trabajan en los últimos detalles para evitar que el crecimiento previsto se vea frenado por la falta de infraestructuras. En la asociación se recuerda la necesidd de mejorar la dotación escolar de la zona. Sin embargo, la principal reclamación es el soterramiento, como recuerda José Fernández.
Mientras llega el fin de las vías, en los próximos meses arrancarán las obras para ampliar el paso inferior entre las calles Washington Irving y Fernanda Laura. El proyecto, que cuenta con un presupuesto de 1.487.001 euros, eliminará el muro y abrirá un camino que unirá los ventrículos de una Chana que palpita con fuerza.
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