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Una mujer observa estanterías con productos en un supermercado ante la mirada de unos jóvenes. F. GÓMEZ
Rascarse el bolsillo y no llenar el carro

Rascarse el bolsillo y no llenar el carro

Granada es la provincia andaluza donde más se ha encarecido la cesta de la compra y los servicios básicos desde el inicio de la crisis

Juanjo Cerero

GRANADA

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Domingo, 11 de noviembre 2018, 13:27

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Desde que la crisis económica desembarcara de lleno en España hace ahora una larga década, el coste de llenar el carro de la compra y el acceso a los servicios básicos en la provincia granadina ha subido, de media, un 10%. Los gastos propios del hogar, aún más. Es la cifra global que se desprende del estudio detallado del Índice de Precios de Consumo (IPC), que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que mide la evolución del coste de la vida para los ciudadanos a través del análisis de diversos grupos de bienes y servicios.

En este lapso de tiempo, el crecimiento ha sido bastante desigual: entre las cosas que más se han encarecido se encuentran elementos imprescindibles y casi universales de la vida diaria, como la electricidad, el agua o el transporte público. Según el análisis de estos datos del INE durante la última década, Granada resulta ser, de hecho, la provincia andaluza donde más subió desde la crisis el precio del carro de la compra y esta serie de necesidades fundamentales, entre las que también se encuentra el acceso a la vivienda.

Con dos puntos de diferencia sobre los datos de Huelva y Málaga, que ocupan respectivamente las posiciones segunda y tercera en este escalafón autonómico, en Granada el coste de los servicios básicos aumentó muy por encima del conjunto de los precios. En concreto, entre los meses de septiembre de 2008 y 2018, último del que dispone datos el INE, el crecimiento en este apartado -que aúna el carro de la compra tradicional, basado en la alimentación, junto a los gastos del hogar y el acceso a los suministros de agua y electricidad- fue del 16,25%, mientras que el general fue del 10%.

Hay grandes diferencias una vez que se desgrana la evolución de los precios según su tipología. Hay aumentos de hasta el 80% en algunos productos, como el tabaco. Es el mismo en todas las provincias andaluzas porque el precio viene determinado por el Estado. Y también bajadas superiores al 50%, sobre todo, en los sectores más relacionados con el ámbito tecnológico, que han vivido una explosión espectacular en los últimos diez años.

Menos con más dinero

El coste de los productos de alimentación subió en Granada un 8,7% en estos diez años de crisis económica. Un crecimiento que no se corresponde con el de los salarios, aunque de este último extremo no hay datos disponibles para este año. Pero partiendo de los que tiene disponibles el Ministerio de Hacienda, que llegan hasta 2016, entre 2008 y ese punto el salario medio ni siquiera subió. Según la Estadística de Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias, el salario medio de los granadinos pasó en esos ocho años de 15.908 a 15.008. Es decir, que mientras el salario medio bajaba un 6%, los precios crecían justo en el mismo porcentaje. Esto supone que se produjo una pérdida de poder adquisitivo para los consumidores: el dinero de un ciudadano cualquiera ha ido valiendo menos conforme el coste de la vida se iba encareciendo y los salarios no lo hacían a la par. Una medida, la de desvincular la subida de los sueldos al IPC, como ocurrió con las pensiones, que se anunció como excepcional por causa de la crisis que está siendo difícil revertir a pesar de que ya van tres años de anuncios de recuperación.

Como consecuencia directa del encarecimiento de la materia prima, la granadina fue también una de las dos provincias andaluzas donde más subió el precio de ir a bares y restaurantes. En concreto, lo hizo un 11,4%, sólo por detrás de Córdoba, con apenas una décima más.

De hecho, en algunos de los subgrupos que el INE analiza para realizar sus cálculos del IPC, Granada lidera el encarecimiento en Andalucía. Ocurre con partidas como las bebidas no alcohólicas, con un crecimiento acumulado del 19%, y gastos derivados del hogar, como las reparaciones y obras de conservación. Por el lado contrario, es la provincia donde menos aumentó el coste de la electricidad, el gas y el resto de combustibles; el precio subió un 30%, tres puntos por debajo de Sevilla, donde más lo hizo.

En un análisis somero en términos generales, de los 43 grupos distintos de bienes y servicios que analiza el INE, ocho de cada diez subieron de precio desde el comienzo de la crisis. Los que no lo han hecho se deben sobre todo a los cambios en el sector tecnológico en este tiempo. Así, por ejemplo, los equipos de telefonía bajaron un 73% desde 2008 y los audiovisuales y de fotografía un 58.

Suben educación y vivienda

En otro de los apartados que más afecta al nivel de vida de la ciudadanía es el de los costes de acceso a la vivienda. Desde que fuese precisamente una burbuja hipotecaria lo que diera el pistoletazo de salida a la crisis que estalló en el verano de 2008, el alquiler ha vivido un incremento medio del 7,75%, según el INE, mientras en otros servicios de alojamiento, más directamente relacionados con el sector turístico, este porcentaje alcanza el 24,5%. En el caso del alquiler, este 7,75% coloca a Granada como la segunda provincia con un mayor encarecimiento en el ámbito andaluz, sólo por detrás de Cádiz, donde este indicador alcanza el 9,2%.

Otro de los aspectos destacables del análisis de los datos del IPC es el efecto que ha tenido sobre el precio de la educación la reforma del sistema que introdujo la implantación del conocido como Plan Bolonia en las universidades españolas. Desde septiembre de 2008 hasta el mes pasado, lo que paga un granadino por acceder a la educación superior, igual que el resto de los andaluces, ha aumentado un 57,3% desde la implantación del nuevo sistema. El conjunto de la educación, por su parte, lo hizo en un 25%; sólo en Cádiz se encareció a un ritmo mayor. Una parte significativa de este incremento, además, se produjo en sólo un año, el de la entrada en funcionamiento del Plan Bolonia. Entre 2012 y 2013, la subida fue del 8%. Si se continúan sumando fechas hasta alcanzar 2015, el momento en el que la escala ascendente comienza a ser más estable, el incremento del coste es del 11%. Desde entonces se ha encarecido aún más.

Ocio y telefonía, más baratos

Los datos del coste de la vida para los granadinos en los diez años desde que comenzó la crisis económica también alberga algunas buenas noticias. Dos de los casos más significativos provienen del sector cultural y la sanidad.

De acuerdo con la información disponible en el Instituto Nacional de Estadística, en el caso de los servicios relacionados con la salud, Granada aparece como la provincia de Andalucía donde menos aumentó el coste del acceso y el uso de la sanidad. Lo hizo en un 5,7%, mientras que en lugares como Almería, Córdoba o Jaén las cifras superaron el 10%.

En lo que respecta al ámbito cultural, el precio medio descendió un 12% en el grupo general de ocio y entretenimiento. Sólo lo hizo de manera más acusada en Jaén, con un 13,6%.

Algunas de estas tendencias adquieren un cierto grado de obviedad si se tiene en cuenta que se analizan en un marco temporal de diez años, que resulta ser muchísimo tiempo dependiendo del sector al que se mire. Así ocurre, por ejemplo, con la telefonía móvil y otros servicios asociados. Hace diez años, el 'smartphone' no era un accesorio imprescindible para cualquier ciudadano; ni siquiera era tan raro como ahora encontrar a una persona que no portase un teléfono en el bolsillo. En estos diez años, y en buena parte gracias a lo que se conoce como economías de escala, que permite bajar los precios de un producto o servicio conforme más cantidad del mismo se produzca, los precios han caído por encima del 73% en el caso de Granada.

Una tendencia similar se puede encontrar en el grupo de equipos audiovisuales y de fotografía, el segundo que más bajó, con un 57,87%.

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