Un pueblo llamado Alhambra

La localidad levantada sobre un cerro que destaca sobre la llanura manchega comparte nombre con la universalmente famosa Alhambra de Granada lo que a lo largo de los años le ha valido numerosa anécdotas de visitantes despistados –incluso en la era del GPS– que acaban buscando el palacio nazarí a 300 kilómetros de Granada.

A todos los que llegan preguntando por la otra Alhambra los suele atender Eusebio López-Villanueva García, guía turístico y técnico de Turismo del pueblo. «Historias de despistes y confusiones tengo muchas. Una vez llegó al pueblo un autobús lleno de turistas japoneses que buscaban La Alhambra. No lograba explicarles así que les puse Granada en el GPS y les mandé para abajo», recuerda divertido.

Eusebio relata también la anécdota de otro matrimonio de turistas extranjeros que venía de Marbella y recaló en la Alhambra manchega por equivocación. Cuando le enseñó en el mapa la vuelta que habían dado y el rato que podrían llevar ya en Granada les faltaban manos para llevarse a la cabeza.

También se acuerda de aquel autobús de invitados granadinos que se dirigían de boda a Villanueva de los Infantes, «que es el verdadero lugar de La Mancha que aparece en El Quijote». Cuando vieron el cartel de Alhambra, se desviaron e incluyeron en el plan preboda una completa visita al pueblo para tener algo más que contar a la vuelta a Granada.

El guía local de Alhambra cuenta que es una de las localidades más antiguas de Castilla La Mancha y que por sus tierras han pasado prácticamente todas las civilizaciones que han entrado en la Península Ibérica. «Tiene vestigios del Paleolítico en sus alrededores y su cerro ha sido habitando desde hace cuatro mil años. Tenemos restos arqueológicos de todas las épocas y de todas las culturas que fueron pasando por aquí», presume.

En época romana el pueblo se llamaba Laminium y fueron los árabes los que llamaron a la localidad, Alhambra, 'la roja', por el color de la tierra donde se asienta.

«El nombre es contemporáneo a vuestra Alhambra de Granada, aunque nuestro pueblo es mucho más antiguo. El primer alhambreño era de la Edad de Bronce», relata Eusebio. Además del nombre, los árabes dieron a la Alhambra manchega «el trazado irregular de las calles, que son estrechas, con grupos de casas con patios interiores, el sistema de partición de la vega o la cerámica». «Todo está expuesto en nuestro museo arqueológico, que de los más completos de la provincia», apunta el director del centro, que como buen enamorado de su pueblo y de su trabajo que es promocionarlo, aprovecha para invitar a los granadinos a que lo visiten.

La Alhambra tocaya de la de Granada también tiene un castillo, «pensamos que era omeya pero ahora está en investigación que puede que sea cristiano». Y una pedanía, Pozo de la Serna.

«El que visite Ciudad Real no se lo puede perder. Alhambra es un pueblo pequeño machego que conserva su esencia. Recomiendo especialmente nuestros miradores, desde los que ver toda La Mancha. También la iglesia parroquial de San Bartolomé, que es del siglo XIII, el museo arqueológico, el etnográfico, los yacimientos, la metrópolis visigoda y la plaza mayor donde tenemos togados romanos con un templete», comenta el guía con entusiasmo.

En cuanto al gentilicio del pueblo es alhambreño y que Eusebio sepa, entre sus vecinos ahora no hay ningún granadino. «Tuvimos una vecina de Guadix, tenía un estanco, pero el marido fallecidó y se volvió a Granada», comenta.

El Ayuntamiento de Alhambra ahora vive momentos políticos convulsos y tampoco ayuda la pandemia, pero el técnico de Turismo asegura que le encantaría que la localidad se hermanara con Granada o poder colaborar con el Patronato en una exposición.

«La exposición se llamaría 'La otra Alhambra' y también haría referencia a la tercera Alhambra. ¡Sí! ¿no sabéis que hay otra más? También hay una Alhambra en Estados Unidos, en California».