El PSOE ante el 'reseteo' de enero
crónica política ·
La línea política marcada por Pedro Sánchez suscita recelos entre socialistas históricos; sobre todo, por la falta de debate interno. Pero los cargos en activo esperan que todo cambie tras la NavidadEl sanedrín del PSOE de Granada está que bulle. Hay sanchistas por encima de cualquier circunstancia –varios exsecretarios provinciales–, aunque alguno está descolocado tras el ... golpe de la agencia de inteligencia artificial. Los hay que añoran otro partido donde los debates internos eran tan encendidos como enriquecedores –también en este grupo hay más de un exsecretario general–. El intercambio de mensajes es constante. Varios miembros del sanedrín apuntan por separado el mismo nombre: «Llámalo, está que brama», señalan a un compañero que desempeñó algunos de los cargos más relevantes a nivel provincial. Pero justo para que esta crónica no sea pasional y desequilibrada se opta por otros perfiles. Cuatro socialistas influyentes; tres que engrosan ya la categoría de los históricos y un cuarto en activo y que se supone bien informado. Esta es una muestra de las sensaciones dentro del PSOE granadino en este momento; cuando la política se ha convertido en un cruce de reproches sin ningún puente y los adjetivos ni siquiera llaman la atención de tanto que se les ha perdido el respeto.
«Hay un runrún muy potente. Han cerrado las ventanas que existían para opinar, han desaparecido los órganos de control internos y, entonces, tienen que asomarse a través de los medios de comunicación», justifica uno de los entrevistados la intervención esta semana del presidente de Castilla la Mancha, Emiliano García-Page, o la crítica descarnada del veterano Alfonso Guerra. «En los comités federales se iba a debatir de política. Las posiciones que se han tomado ahora no se han acordado en ningún órgano del partido, ni en un congreso… le hemos dado el mando de la tele a Pedro Sánchez para que elija el canal». Al autor de los entrecomillados lo llamaron para firmar el manifiesto contra la reforma de la sedición y la malversación que han rubricado, entre otros, el exvicepresidente de la Junta de Andalucía Manuel Jiménez Barrios y el exconsejero Paulino Plata; además de antiguos ministros como César Antonio Molina o Virgilio Zapatero. En su caso no ha sucrito el texto, aunque comparta gran parte del argumentario.
El sanedrín es también disciplinado con el partido; ninguno quiere exhibir críticas que provoquen titulares y uno de ellos hasta intenta meterse en la cabeza de Pedro Sánchez: «El momento es difícil. Estas decisiones no las toma él solo. Sigo pensando que el partido tiene una ejecutiva y que hay un consejo de ministros. Me inclino por que estas medidas estén enfocadas para conseguir un mejor funcionamiento del Estado. Pero es bueno que se discuta dentro, que se debata, y que quien defiende estos cambios pues pueda también exponer los motivos», apunta alguien que tuvo responsabilidad tanto orgánica como institucional en Granada. La reforma del Código Penal es lo que más les cuesta digerir: «Oyes que con la reforma del delito de malversación se va a favorecer a los corruptos y eso es preocupante. Sin embargo, el Gobierno dice que no... En el 'sí es sí' no hay discusión alguna. Habrá que modificar la ley. Lo que no entiendo es por qué no se hace».
«Le hemos dado el mando de la tele a Pedro Sánchez para que elija el canal»
Alguno ya atisbó hace años esta evolución y marcó distancias. «Este acercamiento al independentismo tiene sus riesgos. Apaciguar a base de hacer concesiones puede comprometer la estructura territorial. Te dicen que no es así y te lo tienes que creer», se resigna otro socialista granadino que ha ocupado numerosos cargos de responsabilidad. «No hay que ir en contra del líder, pero sí se puede decir algo. No me gusta el análisis público, pero hay momentos en los que hay que manifestar una opinión para que la ciudadanía entienda que el PSOE no es un partido monolítico». Quien se expresa así forma parte aún de algunos órganos del partido y no recuerda cuándo fue la última vez que lo convocaron. «No podemos llevarnos a engaño; le hemos dado carta blanca y ahora la está ejerciendo».
Todos están espantados con el discurso político actual; a un lado y a otro. «¿Dónde estamos? Porque la alternativa es un PP que quiere inferir en las decisiones a través del Tribunal Constitucional». «Se habla con descaro de jueces de derecha y de izquierda. Se miente permanentemente y el ciudadano se aleja de la política. Y si eso pasa, la izquierda pierde siempre. Por un solo motivo, la derecha vota en bloque. Por un solo motivo, la izquierda deja de votar», apunta un histórico con experiencia municipalista. Y esto engancha con el futuro inmediato, una campaña electoral que se echará encima a la vuelta de los polvorones. «Cualquier ola negativa nunca es beneficiosa».
Este temor se palpa dentro del PSOE. «Los alcaldes están preocupados. Lo último que quieren es que haya interferencias externas», señala un cargo público en activo. «Todos nos hemos pasado un poco», admite sobre el clima vivido en las últimas semanas. «Los procedimientos son rápidos, pero no ilegales», añade sobre la tramitación de enmiendas en el Congreso.
En el PSOE andaluz hay cierre de filas. El miércoles tuvieron los diputados en Madrid la cena de Navidad y existe un consenso generalizado para respaldar a Pedro Sánchez. Entienden que era necesario salvar el presupuesto para evitar elecciones anticipadas en un momento crítico y todo se justifica –en términos electorales– por el peso de Cataluña en los comicios venideros: «Se va a convertir en el nuevo granero de votos socialista». Antes, lo era Andalucía.
Los dirigentes socialistas confían en que las Navidades traigan un cambio de pantalla. «En enero se pulsará el botón de 'reset' y va a cambiar el clima. Habrá una aceptación popular creciente y se acabarán las polémicas».
El problema es cuando se pierde el control de las crisis que uno mismo genera.
LA ENCUESTA DEL PP
Mientras tanto, el PP nada en agua en calma en Andalucía. Este estado de confianza placentera, mal administrado, puede ser también el más peligroso. Los populares ya están en clave electoral, aunque estiran los tiempos para que los candidatos no se expongan en exceso donde no sea necesario. Le pasa al propio Feijóo, a quien este tránsito hacia las generales se le empieza a hacer largo.
La dirección regional no descarta pese a todo resolver las candidaturas de las capitales andaluzas ante de que acabe el año. Esta semana le han entregado la encuesta sobre Granada capital; con un trabajo de campo realizado antes de las últimas polémicas nacionales y de la adjudicación de la agencia de inteligencia artificial a La Coruña.
–¿Da mayoría? –pregunto a Juanma Moreno.
–¿Tú me ves contento? Y se marcha con una sonrisa indisimulada y al instante comedida. Que para eso es Juanma Moreno.
ONOFRE EN EL CONGRESO
Onofre Miralles dejó el Ayuntamiento pero ese estilo incisivo –a ratos provocador– de gestionar los asuntos lo ha extendido al Congreso, donde en pocas semanas ha protagonizado varios momentos que no han pasado desapercibidos para los focos. En las comisiones, donde se hace el trabajo más técnico y que suele pasar desaparecido, también ha tenido algunas intervenciones fieles a su estilo, de las que levantan suspicacias, siembran dudas y pone sobreaviso al contrario.
Esta misma semana, a propósito de una proposición no de ley sobre el acceso a los cuerpos habilitados nacionales, Miralles deslizó un mensaje aparentemente encriptado; de esos que solo son capaces de descifrar los vivos y los muertos. ¿Cómo se puede buscar las vueltas a una proposición tan anodina? Pues el diputado de Vox recriminó al PP que «solapa» las funciones de secretarios, interventores y tesoreros en los ayuntamientos con despachos profesionales. «Podía darles muchos ejemplos. Me voy a ir a uno en concreto de la provincia de Granada que copa el 80% de los servicios jurídicos que externalizan alcaldes de su partido. No creo en las casualidades». Y señaló a una concejala.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión