Tres años de cárcel para un empleado de banca de Santa Fe que se quedó dinero de clientes

La resolución, consultada por IDEAL, considera probado que el acusado, que no tenía antecedentes, era empleado de una oficina de Banco Mare Nostrum (BMN) -entidad que ha sido absorbida por Bankia- ubicada en Santa Fe. El procesado «con ánimo de beneficiarse económicamente, desde esta oficina, simulando la firma de los titulares de las cuentas en los correspondientes recibos de reintegro, se apoderó para sí de diversas cantidades que aquellos habían depositado en el referido banco», señala la sentencia.

El total del dinero apropiado ascendió a 93.400 euros y las cantidades ya han sido «restituidas» por el banco depositario a sus legítimos propietarios. Ahora el acusado habrá de indemnizar a Bankia con todo ese dinero, así como pagar a dos de los clientes afectados 1.375 euros. Aparte habrá de hacer frente a las costas causadas a las dos acusaciones particulares que había en esta causa, que fue tramitada por el Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Fe.

Según el relato de hechos probados que recoge la resolución, el procesado, entre mayo y junio de 2016, efectuó seis reintegros de la cuenta de una madre y su hijo, a los que quitó 7.000 euros. También hizo seis reintegros de la cuenta de otro cliente por un importe total de 6.900 euros y, durante un año -entre junio de 2015 y junio de 2016-, traspasó dinero de una mujer para quedarse más de 71.185 euros.

El ilícito cometido fue en concreto un delito continuado de apropiación indebida en relación con otro de falsedad en documento mercantil. Inicialmente se enfrentaba a una petición de la fiscalía de cinco años y medio de cárcel y el pago de una multa de 3.600 euros, junto a las costas procesales.

El juicio fue el 18 de abril en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada y, durante la vista, «el acusado, como único autor responsable de los delitos imputados, mostró expresa conformidad al igual que su letrado defensor» con la pena finalmente fijada.

El fallo contempla una circunstancia atenuante que ha provocado que la pena sea menor: haber colaborado para el esclarecimiento del delito, pues fue «admitida en todo momento la autoría y responsabilidad del desfalco monetario a la entidad».

A la hora de abordar las indemnizaciones -la responsabilidad civil-, la sentencia hace mención a un caso similar que llegó hasta el Tribunal Supremo (TS), el cual condenó a una empleada a «responder ante el banco por el daño patrimonial que a este le pueda haber causado la distracción del dinero». Esa merma ocurrió «cuando se procede por la acusada a un reintegro en efectivo, que no consta recuperado, debiendo el banco reponer el crédito que en la cuenta tenía el cliente afectado antes de dicho reintegro».