El trabajador fallecido el lunes eleva a 45 los muertos en accidente laboral desde 2014
Murió atropellado por un bulldozer en la planta de reciclaje de Alhendín, donde llevaba trabajando algo menos de dos años
El sueño de Javier era ver crecer a sus dos hijos y asegurarles un porvenir con el trabajo diario. Pero Javier perdió la vida en ... un accidente laboral en la planta de reciclaje de Alhendín tras ser atropellado accidentalmente, por otro compañero. Este empleado solo tenía 33 años y deja viuda, así como dos hijos pequeños huérfanos.
La víctima era camionero de la planta de reciclaje de Alhendín y pertenecía a la subcontrata Type C. E. que lleva en torno a dos años trabajando en estas instalaciones. La víctima perdió la vida sobre las 7.05 horas de ayer en un accidente laboral cuando su camión iba a ser remolcado por un bulldozer tras quedar atascado en una de las zonas de la planta. Este joven se encontraba en medio de los dos vehículos cuando fue atropellado y perdió la vida. Esta muerte eleva a 45 el número de fallecidos desde 2014 hasta la fecha en accidente laboral, tanto los generados en jornada laboral como en 'itinere', es decir, en el trayecto que discurre de casa a la trabajo o viceversa. Sólo el pasado año murieron 11 personas frente a las diez de 2017.
El fallecido de ayer estaba dedicado al movimiento de contenedores en el interior de estas instalaciones.
Otro trabajador de 33 años murió en la planta de reciclaje de Alhendín el 24 de diciembre de 2016. También se trataba de un camionero que bajó del vehículo para comprobar los problemas con un contenedor que transportaba y éste le cayó encima. En aquel entonces la víctima mortal también trabajaba para una subcontrata, tal y como ha ocurrido en esta última ocasión. Dos accidentes mortales con dos trabajadores muy jóvenes en apenas dos años y tres meses.
La provincia de Granada ha registrado tres muertes en accidente laboral desde el pasado 7 de marzo hasta la mañana de ayer. El primero fue en Loja. Un empleado de un taller se vio atrapado tras caerle encima el vehículo que estaba arreglando. Otro trabajador murió el 30 de marzo tras caer a una fosa séptica de una empresa ubicada cerca de Mercagranada y quedar asfixiado. Y la última desgracia se consumó ayer en Alhendín, con la muerte de un asalariado de tan solo 33 años.
«Los accidentes laborales son una lacra social pero cuando se registra una muerte se demuestra un fracaso en el ámbito laboral terrible. Lo ocurrido en estos últimos treinta días con tres muertes en accidente laboral es inadmisible. Hay más actividad laboral, pero de forma paralela más precariedad. Además los tres fallecimientos se han registrado en tres sectores muy azotados por esta precariedad, Industria, Servicios y Construcción. Y dos de ello en empresas sin representación sindical. Condenamos enérgicamente estos dramáticos sucesos y exigimos acabar con la precariedad», apunta María José López, responsable de Salud Laboral en CC OO-Granada.
Los ayuntamientos de la entidad autónoma local de El Turro y el de Láchar han decretado dos días de luto por el fallecimiento de Javier, que nació en El Turro pero en la actualidad residía en Láchar con su esposa y sus dos hijos pequeños.
El presidente de la Diputación provincial, José Entrena, ha lamentado este último accidente mortal y ha trasladado sus condolencias a la familia de la última víctima mortal en accidente de trabajo en la provincia de Granada. Inspección de Trabajo ha abierto una investigación para averiguar lo ocurrido y determinar posibles responsabilidades.
33 años, casado y con dos hijos
La última víctima mortal en un accidente laboral registrado ayer por la mañana en la planta de reciclaje de Alhendín tan solo tenía 33 años. Trabajaba para la subcontrata Type C. E. encargada del movimiento de camiones para trasladar contenedores y residuos de un lado a otro de las instalaciones de la planta. Javier residía actualmente en Láchar, estaba casado y tenía dos hijos pequeños. Todo un futuro por delante.
Aunque su residencia hacía años que la había fijado en Láchar, él era natural de El Turro, una entidad autónoma local, que durante muchos años ha dependido de Cacín y que es una de las bellezas naturales de esta provincia de Granada, con algo más de 300 habitantes. Javier solía ir con frecuencia a visitar a sus padres que residen en esta localidad. Allí se había criado, creció y educó en la escuela de El Turro. Tras casarse fijó su residencia en Láchar y allí luchaba cada día por labrarse su futuro, así como de garantizar el de sus dos hijos pequeños.
Quienes lo conocen, hablan de él maravillas. Era muy buena gente, trabajador y servicial.
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