La sobreexplotación reduce un 30% el caudal de agua en el balneario de Alicún

«Un sistema hídrico es un sistema en equilibro, es decir, igual que entra, sale. Pero si se extrae más agua para distintas actividades de la que se introduce a través de las precipitaciones, se produce un desequilibrio. Es necesario tener conciencia respecto al uso del agua y que se tomen medidas oportunas para no llegar a niveles insostenibles», añadió el responsable del área, quien también afirmó que en 2020 presentaron hasta tres alegaciones por parte de distintos organismo para que se tomen medidas al respecto sin obtener ninguna respuesta.

Asimismo, indicó que hay numerosos síntomas hacen despertar las alarmas de la gravedad de la situación a la que se enfrentan, ya que el balneario se encuentra a 400 metros por debajo de la superficie del altiplano y el hecho de que esta escasez se note incluso ahí es una muestra de la gravedad de la situación a la que se encuentran. Por este motivo, defiende que su principal objetivo es que se lleven a cabo planes hidrológicos adecuados que velen por el equilibrio en las extracciones.

En este sentido, también explicó que el hidrogeólogo que está al frente de la Asociación por el Manantial de San Torcuato, Carlos Herrera, realizó un estudio a instancias del balneario que muestra que hay una sobreexplotación y que esto se manifiesta en aquellos sitios donde emana el agua de forma natural, como es el balneario de Alicún.

En las alegaciones presentadas a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en septiembre de 2020, los organismos pidieron que se realizase un control de las masas de agua afectadas y se destacaron los beneficios naturales de este bien escaso, así como una demanda para que todos los pozos legales cumplieran con la obligatoriedad de disponer de un contador volumétrico que pudiese indicar la cantidad extraída, la superficie regada y el tipo de cultivo o actividad que se ha llevado a cabo. Este periódico trató de pulsar la opinión de la Confederación sin obtener ninguna respuesta.

Las aguas de balnearios son muy antiguas de las que se estima que está saliendo el agua que llovió hace miles de años, por ello estas pérdidas han despertado todas sus alarmas. A esta preocupación se le une también la disminución de la calidad debido a la contaminación, otro de los factores que añaden que se deben tener en cuenta. «La administración no está haciendo la labor que debería ni está contestando a los requerimientos que le hemos presentado. Se están observando síntomas a los que se debe poner una solución antes de que sea tarde», sentenció Medialdea.