La piscina municipal de Dúrcal se reconvierte en pista de skate y botellón ante la impotencia de los vecinos

Construida en 2011, en plena crisis económica, su historia parece encajar con la de tantos ejemplos de obras faraónicas que vivieron del auge de la construcción. Dúrcal, que junto a todo el Valle del Lecrín tiene alrededor de 20.000 habitantes, posee una piscina que costó 1,7 millones de euros cuando se adjudicó la obra en 2009. La mayor parte del presupuesto, 1,4 millones de euros, corrían a cargo de la Junta de Andalucía y el resto tenía que abonarlo el Ayuntamiento de Dúrcal, algo que no se cumplió. El Consistorio no pudo hacer frente a todo lo que le correspondía y la obra se detuvo. Iniciando así un periplo hacia el olvido que hoy mantiene a la piscina sumergida en el abandono.

Por si fuera poco, la piscina de Dúrcal se encuentra ubicada en el patio del colegio de Nuestra Señora del Carmen. Un recinto al que acuden a diario niños de entre el 2º ciclo de infantil y 6º de primaria y que cuando salen al recreo se encuentran con un edificio abandonado, cerrado al acceso normal y en el que se acumula toda la suciedad posible. Y cuando los niños se marchan, cada tarde, cuando el colegio cierra sus puertas, la piscina se convierte en un lugar atractivo para algunos jóvenes.

Las botellas de alcohol que se acumulan fuera de la misma, los restos de suciedad y el hueco que ha sido abierto en la pared para que cualquiera pueda acceder al interior, dan fe de en lo que se ha convertido este lugar. Pilar, vecina de Dúrcal, explica que «los chicos se meten por el hueco que han abierto y utilizan la piscina como pista de skate». Además, según su relato y el de otros vecinos, los jóvenes se acercan por la noche para hacer botellón.

La situación ha provocado que los habitantes de Dúrcal protesten por varios motivos relacionados con esta instalación. Por un lado, porque reclaman que la piscina por fin pueda abrir sus puertas ante la falta de una infraestructura de este tipo en la localidad. Pero como es algo que dan casi por imposible, también solicitan que se cuide de la alberca para que esta no sea un foco de problemas relacionados con el vandalismo.

Carmen, representante de los padres y madres del colegio donde está ubicada, explica que llevan tiempo tratando de que las administraciones solventen el abandono de la instalación acuática, que no solo es foco de problemas para el municipio, sino para sus propios hijos que pueden sufrir algún daño si se cuelan en ella. Una de las propuestas que defienden pasa porque «ya que no se puede utilizar como piscina, que se use como pabellón multiusos que pueda aprovechar el colegio».

«El anterior equipo de Gobierno nos decía que lo estudiaría, pero no se ha hecho nada». Tal es la preocupación de los padres que llegaron a encargar un informe pericial a un ingeniero técnico para que este dejara por escrito el estado en que se encuentra la piscina. Dicho documento, al que ha tenido acceso IDEAL, no deja lugar a dudas sobre el deterioro de la instalación. Hay cascotes por todas partes, lo que deberían ser los baños se encuentran completamente destrozados, el vaso de la piscina está lleno de escombros, las puertas están destrozadas y tubos, restos de techo y cristales se acumulan por los rincones. Toda una batería de despropósitos a la que se le suma que hace dos años se detectó que la piscina estaba siendo utilizada como secadero de marihuana.

Por todo ello, el Ayuntamiento de Dúrcal tiene un problema grave con la piscina. Así lo reconoce su alcalde, Julio Prieto (PSOE), que admite que los actos vandálicos se suceden en el edificio y que la falta de presupuesto está lastrando que le pueda dar cualquier solución. «Hemos solicitado un informe de viabilidad a la Diputación de Granada para saber si es posible que algún día podamos terminarla y que funcione».

«Con la deuda que tenemos, el Ayuntamiento no puede asumir la remodelación, pero nuestro mayor interés es que se abra como piscina y que si no es posible, se le den otros usos», explica Prieto. A su vez, reconoce que el abandono de la instalación es consecuencia de la crisis económica «porque en aquella época se hacían proyectos sobredimensionados».

Con todo, espera que en los próximos meses se pueda proceder a una limpieza del interior del edificio que minimice los problemas. No descarta intervenir en el entorno para colocar vallas o muros que eviten cualquier acceso externo y espera que Diputación ayude a lograr una salida viable para una piscina en la que nunca se ha nadado pese a llevar diez años construida.