El número de presos yihadistas en la cárcel de Albolote se duplica en tan solo un año y medio
En estos momentos hay ingresados siete hombres y una mujer acusados por yihadismo frente a los cuatro que había en 2015
La cárcel de Albolote ha duplicado en apenas año y medio el número de presos yihadistas, pasando de los cuatro encerrados en noviembre de 2015 ... a los ocho aislados en estos momentos en los módulos para presos peligrosos, concretamente, los números 15, 16, 17 y 18. Ninguno de estos internos mostró un comportamiento anómalo el pasado jueves por la tarde cuando se produjo el primer atentado en Barcelona, ni la mañana del viernes tras conocerse la segunda acción terrorista de madrugada en la localidad de Cambrils (Tarragona). Las fuentes consultadas en la prisión granadina tildan de «discretos» a estos internos y no los consideran «nada conflictivos». En estos momentos hay siete hombres y una mujer encerrados por terrorismo yihadista frente a los trece etarras que comparten espacio en este penal.
La única fémina ingresada en Albolote por terrorismo yihadista está encerrada en el módulo de aislamiento número 16. Dolores H., alias la 'murciana', es española pero se radicalizó tras casarse con un yihadista que murió en una acción terrorista. Esta mujer de 37 años fue detenida en Alicante en febrero de 2016. No solo colaboraba con el Daesh haciendo proselitismo del Estado Islámico en las redes sociales durante varias horas al día. También era la viuda del yihadista marroquí Mohamed Belguin Ikhlaz, muerto en Siria al poco de llegar en 2014 para integrarse en las filas del Daesh. Ella, siguiendo los preceptos del Estado Islámico, buscaba en Internet desde hace meses un nuevo marido muyahadin para volverse a casar.
Fue detenida cuando tenía la intención de llevarse con ella a Siria a sus cuatro hijos: una niña de 6 años y tres varones de 4, 7 y 15 años, que fueron puestos en manos de los servicios sociales de la Comunidad de Valencia. Los tres mayores habían sido sometidos desde antes de la muerte de su padre a un «durísimo» proceso de radicalización.
En la casa de esta mujer en la calle Pintor Antonio Amorós, en el barrio de Juan XXIII de Alicante, la Policía encontró armas de entrenamiento (de aire comprimido) pertenecientes a su marido. Los agentes también se incautaron de abundantes efectos informáticos. Esta mujer estaba sometida a un estricto seguimiento policial desde que en 2014 los servicios antiterroristas supiera de la marcha de su marido a Siria. Entonces, ella misma intentó reunirse con Belguin Ikhlaz, portando consigo a sus cuatro hijos. Primero lo probó sin éxito en avión desde España y, luego, por carretera. Sin embargo, abortó sus planes cuando se encontraba en Francia y se enteró del fallecimiento de su esposo. No obstante, antes de ser detenida había retomado su idea de volver al «Califato» con un nuevo marido. Ahora duerme en la cárcel de Albolote.
Un chanero
Otro de los internos es Choukri. El joven detenido en la Chana junto a su mujer el pasado 15 de abril de 2016 y condenado por la Audiencia Nacional a seis años de cárcel por un delito de adoctrinamiento pasivo de índole terrorista y otro de traslado a zona controlada por organización terrorista. Él y su mujer Sara iban a unirse al Daesh. Así consta en la sentencia adelantada en exclusiva por IDEAL el pasado mes de junio. El tribunal tuvo en cuenta «la progresiva radicalización de sus posiciones en relación a la organización terrorista Daesh, que abarca en las actuaciones casi un año y medio». Y es que dos hermanos de Choukri habían combatido para el denominado Estado Islámico, y el tribunal, tras analizar el contenido de numerosas conversaciones telefónicas familiares, ha concluido que los planes del matrimonio eran viajar a Siria para unirse a esta organización terrorista.
El último terrorista de corte yihadista ingresado en la cárcel de Albolote procede de una célula terrorista desarticulada en Melilla en 2014 en la operación Javer. Fue condenado a seis años de cárcel por la Audiencia Nacional el pasado 4 de julio en una sentencia de conformidad, los seis detenidos en aquella operación integraban una estructura localizada en Melilla que desarrollaba, bajo el ideario yihadista, labores de captación, radicalización, adoctrinamiento, financiación y posterior envío de voluntarios yihadistas» para Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).
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