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La localidad alpujarreña de Ferreirola celebra sus fiestas patronales en honor a la Santa Cruz

La localidad alpujarreña de Ferreirola celebra sus fiestas patronales en honor a la Santa Cruz

Los mayordomos han obsequiado a los vecinos, turistas y visitantes con una suculenta paella de mariscos amenizada por la banda de música 'Los Quinientos' de El Padul

Rafael Vílchez

Ferreirola

Martes, 22 de agosto 2017, 01:53

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Ferreirola, uno de los pueblecitos más recónditos, bellos y mejor conservados de la comarca de la Alpujarra, perteneciente desde 1972 al municipio de La Taha, ha celebrado durante cuatro calurosos días sus famosas y concurridas fiestas en honor a la Santa Cruz. Los mayordomos encargados de los festejos de este año han sido Juan Menacho y el matrimonio formado por Juan y Ana ‘Del Molinillo’.

En estas fiestas han habido lanzamiento de cohetes, inauguración de la terraza-bar a cargo de una estupenda familia de Pórtugos, verbenas con el ‘Trío Panorama’ y el ‘Trío Thema’, dianas y conciertos con la banda de música ‘Los Quinientos’ de El Padul (muy querida y solicitada en esta y otras zonas), misas ofrecidas por el célebre don Alfonso Aguilar (que tiene categoría para ser al menos arzobispo), procesión de las imágenes de la Santa Cruz y la Virgen del Carmen, actuación de Elena Romera (participante del programa de Canal Sur ‘Se llama Copla’, paella de mariscos elaborada por los mayordomos y por Antonio Jesús, Francisco, José María, José Antonio, Francisco, Fernando, Mariano, Aurelio…, merienda, concursos de pasodobles y disfraces, juegos tradicionales, ‘guerra del agua’, ‘entierro de la zorra’…

El gran Pepe Millán, disfrazado de sacerdote, se encarga con mucho arte y maestría de realizar por las calles de Ferreirola los sermones del ‘entierro de la zorra’. Antiguamente y durante muchos años hacía de cura un vecino de Pórtugos que realizaba el sermón metido en un capacho de esparto que era colgado en el árbol que existe cerca de la puerta principal de la iglesia. Él no fue el único. Antes, la zorra era cazada en el campo para las fiestas y después se les quitaban sus tripas, riñones, corazón… para poder rellenarla de cohetes sin carrizo y tras pasearla por todo el casco urbano el último día de las fiestas prenderle mecha en mitad de la plaza. Desde hace tiempo la zorra se elabora con papel, cañas y cartones.

Ferreirola posee muchos encantos: ‘La Fuente de la Gaseosa’; la antiquísima iglesia; el lavadero; la ermita de la Ánimas Benditas; tinaos y calles morunas; casa encantada, senderos hacía otras localidades; su paisaje y arquitectura tradicional; una casa-escuela para extranjeros donde no solo se enseña el castellano, sino también la historia y las costumbres del pueblo andaluz, con especial dedicación al folklore y la gastronomía alpujarreña…

El municipio de La Taha, que dispone entre otras cosas de una excelente oferta turística, gastronómica, artesanal, artística y de ocio, lo componen los bellos pueblos de Pitres, Ferreirola, Atalbéitar, Capilerilla, Mecina, Mecinilla y Fondales. Al ya desaparecido pintor, José Ortuño, le encantaba reproducir en sus lienzos de lino adquiridos cerca de la Calle San Matías de Granada capital, los rincones más típicos y pintorescos de este municipio. Merece la pena recorrer a pie y sin prisas el entramado urbano de esta zona. Ferreira en otros tiempos fue uno de los lugares más importantes de la Alpujarra occidental, pues no en vano La Taha se llamó en sus orígenes Taha de Ferreira, e incluso la actual ‘capital’ del municipio se conocía en otros tiempos como Pitres de Ferreira.

Probablemente sea Ferreirola uno de los lugares de la Alpujarra donde la tradición del ‘Entierro de la zorra’ cuente con mayor arraigo celebrándose el último día de sus fiestas patronales con los tradicionales cánticos y lloros al atardecer. Sostienen algunos vecinos que de esta fiesta surgieron las demás que se celebraban y celebran en la Alpujarra. El tradicional ‘Entierro de la zorra’ se ha perdido en muchos lugares de la comarca pero en Ferreirola y en Bubión, por ejemplo, se sigue celebrando a lo grande para disfrute de los vecinos, turistas y visitantes. Ferreirola bien merece una o varias visitas porque es un pueblo como los de antes, tranquilo y sereno y con una gente sin doblez, maravillosa y muy acogedora.

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