Granada, en nivel rojo por polen

El polen de los los cipreses es uno de los alérgenos más comunes que afecta a la población. De hecho, la alta polinización de esta familia ha hecho que las conocidas como «alergias de invierno» se hayan adelantado.

A pesar de que las alergias son más conocidas en la temporada de primavera, las altas temperaturas registradas en las últimas semanas han favorecido que los niveles de polen de esta especie, el ciprés, aumenten, mientras que las concentraciones de polen de los alisos, avellanos y ortigas se encuentra en niveles bajos.

Por el contrario, en el resto de provincias andaluzas: Huelva, Sevilla, Córdoba, Málaga, Cádiz, Jaén y Almería los niveles de concentración de polen son moderados.

En muchas ocasiones, los pacientes confunden los síntomas de las alergias de invierno con resfriados comunes o gripes leves. Síntomas compartidos como moqueo, picor de nariz y ojos, irritación en la garganta, estornudos y cansancio, entre otros muchos, hacen que sea difícil diferenciar cuál es la afección.

La forma más sencilla de diferenciar la alergia de otras enfermedades es la duración de los cuadros sintomáticos. Mientras que los catarros o gripes tienen una duración estimada de cuatro a siete días, las alergias terminan cuando descienden los niveles de polen.

Por otra parte, y debido al aumento de los niveles de contaminación, la intensidad de los síntomas de los pacientes ha aumentado.